BOWIE EL TALENTOSO

BOWIE-ACTOR
¿Por qué un japonés se interesa en David Bowie? Esta es la leyenda que apareció acompañando el cartel que promocionaba la película "Furyo" en la página de cine del periódico El Tiempo. ¿Valdrá la pena esclarecerla? Tal vez no. Pero me obsesiona.
Suponiendo que el japonés al que se refiere la pregunta es el director Nagisa Oshima y no alguno de los otros japoneses que actúan en la película, esta formulación resulta de un "No sé y no me importa" casi provocativo. Oshima, no como japonés sino como cualquier realizador, vio en Bowie lo que muchas otras personas habían visto ya: un actor con talento.
Su carrera teatral y cinematográfica no es muy extensa (¿con qué tiempo?),pero tampoco despreciable. Hizo su primer papel, que le iba bastante bien con la personalidad extraterrestre de la época, en la cinta The man who fell to earth de Nicholas Roeg; más tarde actuó en Just a Gigolo al lado de otras diosas, Kim Novak y Marlene Dietrich; el año pasado trabajó en un pequeño papel en "El ansia", y finalmente no fue escogido por Bergman para filmar "El huevo de la serpiente". Pero Bergman llegó a interesarse en él. Y es sueco. Bowie, recibiendo grandes elogios, trabajó además en Broadway haciendo el "John Merrick" del "Hombre Elefante" y en una versión de la BBC de la obra "Baal" de Bertold Brecht. Todo esto antes de que Oshima lo convenciera de actuar en su película. Bowie era pues para ese entonces, un actor crecido y desarrollado, no digamos independientemente del Bowie músico pero sí, con ciertos méritos propios. Uno de ellos, no ha cantado una sola canción en ninguna de sus películas.
¿Será alguna conexión por el lado de la sensibilidad oriental la que pudo haber motivado a Oshima? Es menos probable. Algunas clases de yoga que creo tomó hace años y su super hit de 1983 China Girl, considero que es demasiado poca cosa para tramarse a un oriental. Después de todo, ¿a quién diablos puede interesarle semejante pregunta?

BOWIE-MUSICO
"Furyo" no fue sin embargo lo único de David Bowie para ver en estos días. Su último disco Tonight fue impreso igualmente Colombia. El álbum pertenece a su última etapa. Es decir, la continuación del Bowie perfeccionista con que retornó hace un año, dandy de los 80 ahora con el pelo blanco y filosofía Let's Dance, porque la gente ha vuelto a bailar. Lejos está ya de los otros personajes que alguna vez interpretó, o mejor fue: el Ziggy Stardust y sus arañas de Marte que sonaban de lo más psicodélico en el 70, el Bowie héroe homosexual y bisexual de cara maquillada que posa con "Twiggy" para la carátula de su disco Pin Ups, del David "retro" rey del glamour y del Glitter rock que brilló hace más de 10 años, del perro de diamantes que cree ciegamente en la profecía de Orwell, del "Delgado Duque Blanco" que canta desde Filadelfia como un puro negro, de la superestrella de Hollywood Your American Fame y otros sinsabores de las sociedades industrializadas, del humano-máquina que desde Berlín graba Low y "Héroes" con Brian Eno y otros maestros de la música "ambiental". Lejos incluso del Bowie de hace tres años y seguramente del Bowie de dentro de sólo dos. Porque David cambia su música tantas veces y tan radicalmente como su figura. El Bowie de hoy es descomplicado, fino en sus más finos movimientos, lleno de vitalidad, mitad romántico (Loving the Alien), mitad discotequero (Dancing whith the Big Boys), pero siempre con un toque de anticipación.
No le dolerá, entonces, invertir uno de los miles de bonos que seguramente le habrán regalado esta navidad, en su última producción discográfica ¿verdad?