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CACIQUE Y PLUMA

6 de abril de 1987

Que un parlamentario colombiano tenga inclinación a la historia y sea un escritor, es algo que el país nacional descarta por incompatible: político e intelectual no se dan en este país, en donde los primeros tienen fama de interesados y los segundos de altruistas incorruptibles.
Y puede que el caso del senador Luis Guillermo Giraldo (el mismo involucrado en investigaciones de la Procuraduría sobre "el robo de Caldas") no sea la única excepción de esa norma, pero por esos antecedentes y la denominación de "animal político" que suelen darle, sí hacen que sea la más sorprendente confirmación de la regla.
Abogado y economista, nacido en 1944, con una carrera política que lo ha llevado a ocupar cargos de representación popular desde el Concejo de Manizales hasta el Senado de la República, Luis Guillermo Giraldo acaba de publicar "Contrapuntos del poder y de la fama", un libro extraño (por venir de quien viene), pero fascinante porque son pequeñas biografías bien escritas sobre hombres históricos como Colón, Mirabeau, Mussolini, Dostoievski, Iván el Terrible, Petain, De Gaulle, Maquiavelo, Gandhi y el Che Guevara. Pero no biografías idealizadas de vidas ilustres ni cuentos de cómo manejaban el poder, sino de actitudes muy humanas de ellos.
"Para quien estas líneas escribe no deja de ser una incógnita por qué para un político, como Luis Guillermo Giraldo, no es la inteligencia ni la cultura ni la capacidad organizacional ni la ductilidad del hombre de Estado lo que lo seduce en sus biografiados, sino la actitud, el comportamiento de los hombres frente a su entorno", escribe el ex presidente López Michelsen en el prólogo de este libro, que revela el talento literario de un dirigente político, de esos que llaman clientelistas.