CAMBIO DE TERCIO

Carlos Fuentes, el prolífico escritor mexicano, es un hombre sin límites. Es un incontrolable aventurero, un viajero impenitente, un estudioso obsesivo de países y culturas que no puede nunca quedarse por mucho tiempo en un mismo lugar. Y no sólo eso. No puede limitarse sólo a escribir novelas. Hoy, a los 62 años, ha decidido irse con su literatura para otra parte y ha resuelto instalar su residencia en Londres para explorar las posibilidades de la televisión.

El proyecto que lo llevó a instalarse en el Viejo Mundo es, de nuevo, una aventura más. Y para ella ha venido preparándose desde hace tiempo no sólo a través de sus múltiples viajes, sino por medio de su actividad como crítico literario, ensayista, comentarista político y conferencista. En plata blanca, lo que Fuentes busca ahora es explicar, ilustrar y defender la civilización hispánica en el ruedo de los escépticos y flemáticos habitantes de la pérfida Albión.

El plan comprende cinco programas de televisión de una hora de duración cada uno, y piensa grabarlos en inglés porque, según le dijo el escritor a The New York Times,