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Plinio Apuleyo Mendoza, embajador de Colombia en Portugal, ha sido el principal impulsor de este proyecto editorial

LANZAMIENTO

¿Caprichos literarios?

En los próximos días se lanza la antología '100 autores colombianos del siglo XX'. SEMANA consultó la opinión de tres expertos en literatura colombiana sobre la selección de los autores.

23 de septiembre de 2006

La idea de hacer el libro 100 autores colombianos del siglo XX le surgió a Plinio Apuleyo Mendoza, embajador de Colombia en Portugal, luego de ver un proyecto similar que llevó a cabo en ese país el instituto Camoes para promover la lengua portuguesa. "Hay que hacer ese libro", dijo en 2003, y para el efecto convocó a los escritores Dasso Saldívar, Juan Gustavo Cobo, R. H. Moreno Durán y Santiago Gamboa. "Yo proponía, pero ellos decidían", contó Mendoza a SEMANA.

Hubo mucha discusión, muchos nombres que se consideraron y luego se descartaron. Mendoza reconoce que pese al prestigio de las personas que escogieron, habrá controversia, principalmente sobre los escritores más recientes. "Es una propuesta atrevida, moderna, muy rica visualmente que quiere mostrarle al mundo que la literatura colombiana es más que García Márquez y mostrarles a los jóvenes escritores lo importante del pasado que no conocen y que deben conocer", dice.

No obstante sus buenos propósitos y sus evidentes aspectos positivos -es una invitación a reflexionar sobre el canon de la literatura colombiana-, el libro ya empieza a suscitar encendidas polémicas entre las personas que han conocido la lista a través de Internet, pues el libro físico apenas será presentado el 17 de octubre en la Casa de Nariño por el presidente Álvaro Uribe, quien escribió el prólogo. Por esta razón, SEMANA invitó a Conrado Zuluaga, Luz Mary Giraldo y Mario Jursich -profesores de literatura colombiana de las universidades Javeriana, Nacional y editor de la revista El Malpensante, respectivamente- a hablar sobre el libro.

Su opinión general es que la selección fue bastante caprichosa y no tiene criterios muy claros. Para comenzar, versa sobre autores del siglo XX y abre con José Asunción, quien muere en el siglo XIX, y termina con varios autores cuyas primeras publicaciones son del siglo XXI. Publicaciones que, además, muestran obras todavía en proceso de gestación. "Harold Bloom termina su canon occidental precisamente con García Márquez porque incluir escritores más jóvenes que están empezando su carrera es muy precipitado", dice Conrado Zuluaga. "Más aún, al incluirlos en el siglo XX se les está negando la oportunidad de pertenecer al siglo XXI", agrega Luz Mary Giraldo. Quienes hicieron la selección se incluyeron en lista -con excepción de Dasso Saldívar- y aunque se trata de escritores reconocidos, no se puede ser a la vez juez y parte. Entre escritores contemporáneos existen afinidades y también recelos y animadversiones. Por eso, para evitar tales interferencias y obtener mayor objetividad habría sido mejor buscar una participación de críticos académicos que le hubieran dado más transparencia al proceso de escogencia y así evitar suspicacias. "Pocos días antes de morir, Moreno Durán me dijo que lamentaba profundamente haber sido injusto en no reconocer el valor de la obra de Rodrigo Parra Sandoval, por la afinidad que tenía con sus propias búsquedas estéticas", dice Luz Mary Giraldo. Por cierto, este último es a su juicio uno de los grandes ausentes de la selección, y su novela El álbum secreto del sagrado corazón marcó una ruptura importante con García Márquez y señaló nuevos derroteros a la novelística colombiana. "La publicó en México la editorial Joaquín Mortiz y de inmediato fue elogiada por críticos tan respetables como Severo Sarduy y Jacques Gilard".

La noción de autor que maneja este libro es demasiado general y por eso, aunque priman los escritores, hay indiscriminadamente ensayistas, críticos y filósofos y hasta periodistas. Pero, en ese mismo orden de ideas, no hay los suficientes ensayistas, críticos, filósofos y periodistas que debería haber. Para Mario Jursich, si de periodistas se trata no podían faltar Luis Tejada, Juan José Hoyos o Alberto Salcedo. La combinación de autores consagrados con otros que sólo han publicado un libro -o simplemente han tenido éxito por sus libros vendidos- muestra que se mezclaron a la vez varios parámetros: literarios, comerciales y personales. "Cuando una de las personas que hizo la selección de este libro me consultó a quién escogería entre dos autores sobre los cuales no había consenso, yo le dije que necesitaba que me aclararan cuál era el criterio. Nunca me respondieron", dice Luz Mary Giraldo.

El hilo conductor parece ser el autor con su libro representativo. Sin embargo, en varios casos el libro escogido no lo es, literariamente hablando: Esplendor de la mariposa no es el libro más representativo de Raúl Gómez Jattin, como tampoco Tratado de culinaria para mujeres tristes lo es de Héctor Abad; La ceniza del Libertador, de Fernando Cruz Kronfly; Cola de zorro, de Fanny Buitrago; El exilio y la culpa, de Óscar Collazos; La virgen de los sicarios, de Fernando Vallejo; El vuelo de la paloma, de Roberto Burgos; Breve historia de todas las cosas, de Marco Tulio Aguilera Garramuño; Del amor y su huella, de Mario Rivero. "Aunque la intención de la selección sea meramente divulgativa y no académica, no debe inducir a errores pues puede llegar a ser un texto de referencia para personas interesadas en apreciar nuestra literatura", dice Luz Mary Giraldo.

100 autores colombianos del siglo XX no es en rigor una antología sino un catálogo de los más importantes escritores. Y al ser realizada por el gobierno colombiano a través de sus embajadas de Portugal y Lisboa adquiere un carácter distinto al de una publicación hecha por una editorial privada. De alguna manera es una selección oficial de los escritores colombianos más representativos que circulará por el mundo. "Es como si el gobierno dijera 'estos son", dice Conrado Zuluaga. En ese sentido, la exclusión tiene una connotación diferente. No es lo mismo que ser excluido de una de las tantas antologías que se hacen de la literatura colombiana: los que no están aquí podrían ser "los que oficialmente no son". El problema surge entonces cuando la lista de los excluidos empieza a ser muy larga. Y, según los expertos consultados por SEMANA, la lista de excluidos es larga y significativa: Tomás González, Julio Paredes, Evelio José Rosero, Álvaro Miranda, Carlos Obregón, Darío Ruiz Gómez, Álvaro Rodríguez, Juan Diego Mejía, Yolanda Reyes, Jairo Aníbal Niño, Alfredo Iriarte, Triunfo Arciniegas, Pedro Badrán, Ramón Illán Bacca, entre otros. "Se podría hacer otro libro", dice Mario Jursich. "Esta selección me parece irregular e irrespetuosa con la literatura colombiana del siglo XX", dice Luz Mary Giraldo.

Frente a estas objeciones, Mendoza dice enfáticamente: "Me tiene sin cuidado la crítica académica y la malevolencia colombiana, las pequeñas minucias. Los escritores que hicieron la selección tienen méritos suficientes para hacer la selección y para incluirse. Desde luego que en los autores recientes hay una apuesta, pero de eso se trata, de arriesgarse, de proponer nombres. Siempre hay injusticias y me parece sano que haya discusión: para eso se hacen las antologías. Esta me parece valiosa y siempre será mejor hacerlas que no hacerlas. De todas maneras se trataba de un experimento, de un primer intento al que se le pueden corregir muchas cosas". Queda abierto el debate.