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CARATULAS DE CARATULA

Las portadas de Daniel Gil venden tanto o más que los títulos publicados por Alianza Editorial.

30 de agosto de 1982

Su sitio de trabajo se parece más a la tienda de un anticuario que a un departamento de diseño gráfico. El visitante se encuentra con candados viejos, mariposas disecadas plumas de las más variadas aves, frascos de todos los colores, muñecas rotas, en fin, los objetos más inesperados. Ninguno de ellos sobra, porque cualquier cachivache puede transformarse, por obra y gracia de la magia de Daniel Gil, en el tema de una portada para un nuevo libro.
Desde que en 1965 Alianza Editorial comenzó sus labores en Madrid. Daniel Gil ha estado al frente de la elaboración cuidadosa de las ilustraciones de los volúmenes publicados. En ese entonces, el primer libro que se lanzó al mercado fue "Ocio y Trabajo", sobre Pablo Picasso, y un año más tarde hizo su aparición la serie "Libro de Bolsillo" con la que Gil pudo desplegar su imaginación realizando sugestivas composiciones sobre lo que un libro de Proust, Kafka, Baudelaire o Cortázar le insinuara.
La vida de Daniel Gil siempre ha transcurrido por el camino de las artes plásticas. Con cincuenta años encima, de pocas palabras pero con una mirada bastante inquisidora, Gil no deja de evocar en muchos de sus trabajos, a su Santander natal, la provincia española perteneciente a Castilla la Vieja, situada en la costa Cantábrica. Desde muy joven, entra a estudiar pintura en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando. Más tarde viaja a Checoslovaquia donde aprende diseño y gana varios premios por sus creaciones. A su regreso a España, comienza a trabajar en la elaboración de carátulas de discos para una importante casa musical del país, y en el 65 se convierte en el artista exclusivo de Alianza Editorial. Hoy en día, su trabajo como diseñador gráfico es tan valioso e imprescindible para Alianza, que Gil se puede dar el lujo de demorar la edición de una obra durante todo un año, hasta que encuentre la composición artística que le satisfaga. Por eso, Javier Pradera, director editorial de Alianza, afirma: "Nosotros trabajamos para Daniel Gil, y no Daniel Gil para nosotros".
La exposición de sus trabajos en Bogotá, ha sido organizada con motivo de la inauguración de la sede distribuidora de Alianza Editorial en nuestro país. Esta es la tercera en su género de toda Latinoamérica, después de México y Argentina, donde, por las condiciones políticas reinantes en el Cono Sur, la sede atraviesa por una etapa de crisis. Según sus promotores, la estabilidad política que ofrece Colombia en comparación con los demás países del continente, fue uno de los motivos fundamentales para que la editorial decidiera abrir la distribuidora en Bogotá.
Hoy en día no se puede hablar de Daniel Gil sin hablar de Alianza Editorial, como tampoco se puede hablar de Alianza sin hablar de Gil. La muestra permanente de sus creaciones se ha instalado en la sede de la distribuidora, que es una de esas construcciones de estilo colonial que todavía quedan en Teusaquillo. La casa se ha acondicionado de tal forma que el primer piso sirve de depósito para los libros, más de 1.500 títulos diferentes en campos como la literatura, la psicología, la ecología, la sociología, la filosofía, la historia. En el segundo piso funciona la sala de lectura y la galería.
Entre las labores que se desarrollarán están la promoción universitaria de los textos y su divulgación en bibliotecas centros culturales, medios de comunicación, etc. Al frente de estas actividades está Olga Acevedo, quien ha asumido la responsabilidad gerencial de la nueva sede y para quien Daniel Gil es "un neurasténico genial que se pasa la vida caminando los mercados populares en busca del motivo inspirador". En realidad, el mal genio de Gil es comprensible, si se piensa que sus obras artísticas son las más manoseadas de la historia, aunque todavía quedan lectores que, en forma compulsiva, siguen forrando las portadas de sus libros.