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CAZADORES POR TELEFONO

Un curioso oficio en el que no se atrapan tigres sino personajes

30 de marzo de 1987

Es una profesión como cualquier otra. Implica mucha dedicación, conocimientos de geografía, historia, actualidad nacional e internacional, idiomas y, sobre todo, imaginación, personalidad y presencia de ánimo.

Sin embargo, se diferencia de las demás profesiones en que no se estudia en una universidad. Pero además, sus protagonistas jamás han salido del país, muchos de ellos no han ni siquiera terminado la primaria, y su único idioma es el español.

En su oficio se les conoce como "cazadores por teléfono". Y son, precisamente, a quienes se les debe en gran parte que la radio colombiana sea reputada como una de las mejores del mundo, por su agilidad y por la tenacidad con la que persigue y localiza a los personajes que hacen la noticia a lo largo y ancho del planeta.

Sus voces jamás se escuchan al aire.
Pero cuando Felipe González le pasa al teléfono a Yamid Amat, o Corazón Aquino a Juan Gossaín, necesariamente ha tenido que mediar el poder de convicción de un "cazador por teléfono". Con una facilidad asombrosa se comunican con Moscú, Viena, Entebbe, Tel Aviv o Sao Paulo, y logran conversar personalmente con presidentes, cancilleres, ministros, guerrilleros, estafadores internacionales o terroristas refugiados en la clandestinidad.

"Para tratar de hablar personalmente con Su Santidad, el Papa Juan Pablo II, yo tuve que viajar primero a Roma, después a Madrid, inmediatamente a las islas Azores, de ahí a las Bahamas, luego a Maiquetía en Venezuela, y finalmente volví a Colombia", cuenta Rubén Alfonso Castañeda, uno de los dos "cazadores por teléfono" de la Cadena Caracol. Pero desde luego, Rubén se refiere a "viaje" en sentido imaginario.
Ni él ni ninguno de sus respetables colegas ha salido jamás del país. Sus hojas de vida en materia de experiencias internacionales comienzan en Chía y terminan en Villavicencio. Pero desde luego, viajan alrededor del planeta, aunque por teléfono, no hay límite ni barrera geográfica que les impida llegar hasta los lugares más inalcanzables.

Al respecto, William Rojas ("Campaz"), "cazador por teléfono", de la Cadena RCN, dice: "He estado en la Tierra del Fuego, en Canadá, Nueva Delhi... en fin, pero la única parte a donde jamás he tenido que viajar por teléfono es a Australia, porque allá, nunca pasa nada".

BACHILLERATO POR RADIO
Aunque en este oficio es obligación manejar una alta dosis de cultura y de información, estos personajes claves de la radio colombiana no siempre han superado el nivel del bachillerato, y algunos ni siquiera lo han completado. "Hice solamente hasta cuarto bachillerato", cuenta "Campaz".
"Pero nunca es tarde, y de pronto hago un curso intensivo de bachillerato y estudio alguna carrera que me guste mucho".

A pesar de estas limitaciones, los "cazadores por teléfono" tienen que estar al día en cosas como quién es el canciller de Honduras, cuál es el problema con el café brasilero y quién es la persona más autorizada para analizarlo, qué tipo de gobierno tienen en Lesotho y cuántos barcos colombianos cruzan mensualmente el Canal de Suez.

Por eso la especialidad de los "cazadores por teléfono" es la que ha hecho de la radio colombiana una de las más profesionales del mundo.
Jairo Velasco, "cazador" de Caracol, y recientemente distinguido con el premio de periodismo CPB, dice: "Creo que la radio más avanzada del mundo es la nuestra, la colombiana. Porgue hemos sido el epicentro de la mayoría de cadenas radiales. A nosotros nos llaman de diferentes países a preguntarnos, consultarnos, y para que les prestemos sonido de noticias que hemos fabricado nosotros, y que ellos quieren pasar en el resto del mundo ".

Sobre este punto, las anécdotas son abundantes. Velasco recuerda cuando a Ricardo de la Espriella, presidente de Panamá, le dieron un golpe de Estado, y subió Jorge Illueca. "Yo llamé a las oficinas de la presidencia en Panamá, donde yo tengo mis contactos, para averiguar dónde se encontraba el nuevo Presidente. Cuando me pude comunicar, una persona me dijo que marcara un número y que preguntara por Helena G. Era una clave. Me contestó un señor y me dijo: soy el nuevo presidente de Panamá, y le hicimos el reportaje. Pero en Panamá nadie sabía lo del golpe, y por eso nos tocó llamar a todas las emisoras y prestarles el sonido de la entrevista, para que quedaran bien informados de que su nuevo Presidente era lllueca".

La galería de personajes famosos es interminable. La de "Campaz", por ejemplo, incluye a Hector J. Cámpora, Belaúnde Terry, Omar Torrijos, Jaime Roldós, Daniel Ortega y Fidel Castro. "Han sido tantos los presidentes y ministros de Relaciones Exteriores a los que he contactado telefónicamente, que ya no me acuerdo con precisión de sus nombres". Y a veces los persiguen con tanta insistencia, que "cazador" y "cazado" llegan a hacerse íntimos amigos. "Por ejemplo, a mí me pasó con un canciller de Costa Rica, con quien nos volvimos tan amigos, que lo primero que hizo cuando vino a Colombia, fue preguntar por mí".

"Campaz" recuerda que en cierta oportunidad le hizo una tenaz cacería a Rafael Caldera, el ex presidente venezolano. "Finalmente lo logré cazar en República Dominicana. La comunicación salió muy mala por problemas de sonido. Llamé otras cuatro veces, y en todas me contestó él desde el cuarto de su hotel. A la quinta vez Caldera me dijo: anda, chico, parece como si yo te estuviera debiendo plata".

Pero no siempre estos peculiares cazadores cazan tigres mansos.
"También hay gente grosera. Una vez llamé a San Andrés a un canciller colombiano que estaba allí de vacaciones. El señor me mentó la madre porque era muy temprano. Y yo le dije que aunque era muy temprano, yo no tenía la culpa de que él fuera el canciller. El me tiró el teléfono".

ROOM 234, PLEASE
La barrera del idioma jamás ha sido problema para los "cazadores por teléfono". Saben decir con excelente inglés frases anzuelo como "plis, rum 234". Y cuado la operadora al otro lado de la línea les hace una interpelación adicional, a todo responden que "yes, yes".

Para conseguir la "clientela", los cazadores muchas veces se ven obligados a recurrir a mentirillas blancas.
"Cuando yo llamo a una persona importante, no doy mi nombre, sino el de Juan Cossain", dice "Campaz".
"Porque si digo que es de parte de William Rojas, pues no me pasan".

A veces las "trampitas" son un poco más sofisticadas. Para contactar a Roberto Soto, cuando explotó la noticia de que era el sospechoso número uno del espectacular robo de los 13.5 millones de dólares, Jairo Velasco llamó al BHF Bank, y esta vez sí con ayuda de intérprete, le pidió a una secretaria que contestó, que lo pusiera en contacto con Soto. Esta le dijo que en el momento era imposible, porque Soto estaba renunciando al banco". "Yo le dije que era el papá, y que quería hablar con él. Entonces Soto pasó al teléfono, le hicimos el reportaje, y al final le pasé al papá, para que hablaran en privado".

Pero sin duda alguna, una de las mayores proezas de estos "cazadores" fue la que realizó Rubén Castañeda con el Papa. Una de sus obsesiones era conseguirle a Caracol úna entrevista radial exclusiva con Su Santidad, y estuvo a punto de lograrlo. Con ayuda de un compañero se levantó el teléfono privado de Papa cuando éste se encontraba en gira por Cali. "Lo llamé, y él personalmente me contestó. Le pedí una bendición y le dije a los de la cabina que tenía al Papa por teléfono. Pero mientras nos reponíamos del nerviosismo y en el transcurso de la conexión, el Papa no habló, pero tampoco nos colgó. Esta tal vez ha sido mi llamada más emocionante".
La herramienta de trabajo más valiosa de los "cazadores" es, desde luego, su libreta de teléfonos. "Campaz" anda con un maletín en el que carga varios de estos directorios personales, alimentados con el sudor de la frente y el transcurso de los años.
En cierta oportunidad, cuando pasó de trabajar de Caracol a RCN, "quisieron reclamarme mi libreta de teléfonos. Pero yo respondí que si yo había entrado a esa empresa y había sacado mi título de bachiller, yo no podía dejar mi título allí. Era una manera muy elegante de decirles que ese trabajo que contenía mi libreta de teléfonos, era mío".

Los "cazadores por teléfono" se saben de memoria absolutamente todos los indicativos telefónicos de los países del planeta, y las áreas que cada ciudad tiene. Muchas veces colegas de otros países no tienen los teléfonos de sus propios personajes, y puede suceder, por ejemplo, que un periodista español contacte a Caracol para entrevistar a los guerrilleros salvadoreños.

"La nuestra es una labor básicamente de sentimientos" dice Jairo Velasco. "Tenemos que sentir lo que estamos haciendo. Estar pendientes de lo que sucede tanto en el mundo como en Colombia. Somos una especie de asesores de los programas radiales matutinos. Y sabemos cuándo empieza nuestra jornada de trabajo, pero no cuándo termina, porque aqui puede ser de noche, pero en Sydney "sigue siendo de día". --