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| Foto: Sony Music

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El buen momento de Chocó

Esta deprimida región del país y golpeada por escándalos se hace notar con triunfos en varios frentes que la ponen a soñar con un mejor futuro. ¿Lo logrará?

7 de diciembre de 2015

A los chocoanos se les acabaron las lágrimas y esta vez por el derroche de alegría. En menos de un mes se dieron el lujo de festejar por partida doble: primero fue la elección y la coronación de Andrea Tovar como Reina Nacional de la Belleza, y luego el Grammy Latino que ganó la agrupación musical Chocquibtown.
 
Y hace apenas unos días esa región fue el epicentro de uno de los encuentros culturales más impactantes que muestran la tenacidad artística de los chocoanos: el Festival Detonante.
 
Si miramos un poco hacia atrás, podemos concluir que los últimos años ese departamento ha sido una montaña rusa de emociones buenas y malas, pero que en últimas dan la sensación de que algo está cambiando y ponen sobre la mesa que pese a los pésimos indicadores sociales, es una tierra fértil capaz de ofrecerle alegrías al país.
 
Los dos reciente triunfos así lo demuestran. La coronación de Andrea Tovar es una muestra de la tenacidad chocoana. Esa joven de 22 años de edad, estudiante de Diseño Industrial, debió recorrer un camino de espinas para obtener el título real.
 
No sólo tuvo que aguantar un año de espera para representar a su departamento ante el Concurso Nacional, ya que encontró resistencia en la dirigencia local, que se negó a nombrarla por Decreto como estaba previsto en 2014, sino que cuando lo logró fue objeto de toda clase ataques y ofensas en redes sociales.
 
Los señalamientos iban desde criticarla por “falta de melanina” en su piel; el exceso de cirugías, hasta sus presuntas relaciones con políticos corruptos de la región. Pero nada de ello la detuvo y hoy es motivo del orgullo chocoano por ser la segunda reina nacional de ese departamento, luego de Vanessa Mendoza, que obtuvo la corona en el 2001.
 
Y la historia detrás de la exitosa carrera musical de Chocquibtown es otro ejemplo de tenacidad pura. Los artífices de ese fenómeno que nació hace 15 años son los chocoanos Gloria 'Goyo' Martínez, su hermano Miguel 'Slow' y Carlos 'Tostao' Valencia, su esposo. Todos de Quibdó, Chocó; de ahí el nombre.
 
Con una mezcla de sonidos urbanos del litoral pacífico y el hip hop, lograron hacerse notar a tal punto que suman nueve nominaciones a los Grammy y dos premios en la categoría de Mejor Canción de Música Alternativa en el 2010 y el de la semana pasada como Mejor Álbum de Fusión Tropical. Lo meritorio de la agrupación no son sus títulos, sino que los obtienen siendo fieles a sus orígenes: la cultura chocoana.
 
De ahí que ningún colombiano está en desacuerdo en aceptar que si existe una región del país que merece tanta alegría, es Chocó. La razón es sencilla: ese departamento es de los pocos que suman tantos escándalos y sufrimientos a la vez.
 
No sólo tiene el récord de liderar casi todos los pésimos indicadores sociales del país, al ser la región con más pobreza, pobreza extrema y desempleo, sino que allí la violencia se enquistó tanto, que se volvió paisaje.
 
Por ejemplo, hasta hace un par de años era el único departamento donde la guerrilla ordenaba un paro armado y se cumplía al pie de la letra, y los desplazamientos masivos de campesinos podían tardar días antes de que el resto de los colombianos se enteraran.
 
Y ni hablar de los penosos escándalos de su clase dirigente, que han contribuido con creces al abandono y atraso en el que se encuentra Chocó. Ellos han protagonizado casi todos los carteles de corrupción que se mencionan en el país: desde la salud, pasando por la educación y hasta el de las pensiones y la rama judicial.
 
Un termómetro que mide ese cáncer es que por cuenta de la corrupción ese departamento tuvo seis gobernadores en un mismo período electoral y los tres congresistas que llegó a tener en la anterior legislatura resultaron implicados en escándalos como parapolítica y corrupción. Pero nada de ello le impide a los chocoanos llorar de alegría, así les toque alternarla con profundas tristezas.
 
Hace cinco meses el mundo entero se conmovió con la trágica historia aérea de la joven Mary Nella Murillo, quien salió ilesa de un accidente aéreo luego que la avioneta en la que viajaba se fue a tierra. Lo épico de la historia, considerada todo un milagro, es que además de salvarse del siniestro aéreo junto a su bebé de apenas 108 días de nacido, ambos sobrevivieron varios días en las selvas de Chocó.
 
Esa misma montaña de emociones la vivieron los chocoanos el año pasado. En febrero estaban llorando a los cuatro muertos y 15 heridos que dejó el atentado con un paquete bomba que una miliciana de las FARC hizo detonar dentro de un supermercado de Quibdó.
 
Pero meses después estaban celebrando como nunca el triunfo del equipo de baloncesto Cimarrones de Chocó, tras coronarse campeones de la liga nacional. Más allá de ese título, la emoción regional se debía a que esa selección era un verdadero retazo de perseverancia, disciplina y lucha, ya que sin plata para pagar la inscripción en el campeonato, lograron alzarse con el título.
 
Y finalizando el 2014, el país y el mundo entero volvió a hablar de Chocó, pero por un escándalo de talla histórica: en zona rural de Quibdó ocurrió el primer secuestro de un alto oficial del Ejército por parte de la guerrilla de las FARC. Se trató del general Rubén Darío Alzate, quien luego de varias semanas fue liberado, pero dejando una profunda herida en la moral de las Fuerzas Militares y sacudiendo la mesa de diálogos de La Habana, entre el Gobierno y las Farc.
 
Pese a todo ello, Chocó sigue siendo tierra fértil para cosechar triunfos. Así lo demuestra con el ramillete de deportistas que se destacan en diferentes disciplinas. Medallistas olímpicos, campeones suramericanos, panamericanos, integran el podio de figuras que surgieron en medio de la adversidad, con esfuerzo y sudor en la frente.
 
Sólo por citar algunos nombres: los futbolistas Jackson Martínez, Carlos y Wason Rentería, Carmelo Valencia, y el baloncestista Édgar Moreno. La atleta Felipa Palacios; las pesistas Mábel Mosquera y Ubaldina Valoyes; los entrenadores Francisco Maturana, Alexis García y Mábel Mosquera, medallista olímpica en Atenas 2004.
 
Y todo ello coincide con otro momento especial para Chocó y sus 30 municipios. En la actualidad ese departamento, junto a Valle, Cauca y Nariño, hace parte de un programa de inversiones del Gobierno llamado Plan Pacífico, que suma más de tres billones de pesos en obras sociales y de impacto, con el que buscan cerrar la brecha social en esa zona del país.
 
Luis Gilberto Murillo, gerente del programa, explicó que “15 de los 50 proyectos bandera se ejecutarán en Chocó. La inversión de crédito con BID y Banco Mundial alcanza aproximadamente 100 millones de dólares para saneamiento básico y soluciones energéticas”.
 
Uno de esos proyectos que ya causa revuelo es el de los sistemas de acueducto y alcantarillado, ya que en ese departamento el agua potable llega por horas y una porción de la población. Para mitigar ese problema el Ministerio de Vivienda adelanta inversiones por más de 206.000 millones de pesos para acueductos que beneficiarán a 264.000 habitantes de Quibdó, Bahía Solano, Lloró, Tadó, Nuquí y Atrato.
 
Quizá toda esa euforia chocoana sea sólo producto de una agradable coyuntura, pero no se puede negar que pese a ser una de las regiones más deprimidas y golpeadas por la violencia, atraviesa por un buen momento.