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| Foto: Archivo particular

MÚSICA

Cinco preguntas a GusGus

La banda islandesa estará en Bogotá este fin de semana. Hablamos con su fundador.

18 de abril de 2015

Cuando empezaron a tocar juntos en 1995, GusGus estaba integrado por doce personas. A lo largo de dos décadas, la banda islandesa se contrajo y se expandió como un acordeón. A veces eran dos, tres o nueve. Ahora son cinco. En su primera alineación participó la cantante Emiliana Torrini, una de las voces más importantes de la música islandesa.

Aunque GusGus ha no ha tenido ningún reparo en tocar diferentes géneros, lo suyo ha sido, sobre todo, la música electrónica. Artistas como Björk, Depeche Mode, Moloko y Sigur Rós han sido mezclados oficialmente por ellos. Hablamos con Birgir Þórarinsson, uno de los tres miembros fundadores del grupo, que se presenta este 18 de abril en el teatro Metropol de Bogotá.

SEMANA: GusGus es tal vez una de las bandas con más cambios de alineación. ¿Qué tan intencional ha sido esto?

La verdad es que no mucho. Para la época en la que tuvimos primera ola de cambios de alineación en el año 2000 ya habíamos publicado un álbum instrumental como GusGus vs T-World y como ya habíamos estado de gira con el nombre de Gusgus, nos sentíamos cómodos así, a pesar de los cambios. Después de eso, ocurría de algo natural cada vez que había nuevos integrantes. Creo que esto nos ha dado la libertad de cambiar cuando queramos y saltar entre géneros electrónicos como nos parezca.

SEMANA: Para ser un país tan pequeño, Islandia tiene una escena musical vibrante. ¿Qué la nutre? Porque eso no ocurrió de la noche a la mañana.

Me parece que el momento clave ocurrió a principios de los ochenta cuando el punk llegó a Islandia con toda su fuerza. Hubo una explosión de bandas de garaje. La consigna era “no importa lo que puedes hacer sino lo que haces de verdad”. No era necesario tener conocimientos musicales o talento para estar en una banda. Uno simplemente lo hacía. Y como esta escena tuvo éxito comercial en Islandia y como los Sugarcubes (donde estaban varias de las figuras principales de todo este ambiente) conquistaron el mundo, ese sentimiento y esa actitud quedó grabada desde entonces en la escena musical.

SEMANA: ¿La crisis económica islandesa los afectó de alguna manera en su trabajo?

En lo personal sí me afectó mucho. Pero no puedo decir lo mismo de la banda. Nuestro arte, más que material, es más abstracto y emocional. Tal vez sea posible que haya un leve efecto de consciencia social en nuestras letras. Pero muy leve.

SEMANA: La música electrónica pasa por un nuevo auge. Por supuesto, nada de esto es nuevo para ustedes. ¿Cómo resumiría poco más de dos décadas de trabajo, que empezaron cuando no estaba muy de moda ser un músico electrónico?

El nivel de lo cool que uno sea proviene de la subcultura con la que uno se identifica, así que desde mi perspectiva, la música electrónica siempre lo ha sido desde que emergió en la cultura pop de la década del setenta. Y a pesar de que algunos periodistas del New Musical Express intenten definir qué es cool y qué no, a la gente que crea la música no le importa. Ser parte de la escena a través de todos sus cambios desde principio de los noventa ha sido una experiencia llena de gozo. Siempre hay algo nuevo que nos inspira, y al mezclarlo con nuestro vasto catálogo siempre hace que nuestra aproximación a la música resulte fresca.

SEMANA: Casi todos los artistas tienen algún proyecto alterno, o al menos algo archivado en el computador o en un cajón. ¿Qué tienen ustedes?

Högni (Egilsson) se dedica a explorar sus numerosas intereses musicales con su banda Hjaltalin, y con su proyecto solista He. Daniel (Haraldsson) sigue con su banda NyDonsk y se ha medito en otros ámbitos con su proyecto Open Source. Pero yo me he dedicado a poner todas mis locuras en Gusgus.