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CINCO VOLUMENES NATURALISTAS

Con motivo de la llamada "Segunda Expedición", la ciencia se pone nuevamente al servicio del nacionalismo.

11 de julio de 1983

La Segunda Expedición Botánica ha sido un tema de gran importancia en los últimos días, en los que la TV ha presentado varios especiales sobre el tema, un homenaje del gobierno a la celebración del bicentenario de la Expedición Botánica. Las cámaras se han desplazado a los lugares importantes de la expedición que comandó José Celestino Mutis, como la casa que fue sede del proyecto en Mariquita y la única planta física que el país le heredó al trabajo de Mutis, el Observatorio Astronómico. Todo este despliegue informativo sobre lo que fue la Expedición Botánica y lo que será la nueva versión del siglo XX ha incluido varias exposiciones, pero tal vez lo más importante en el campo científico fue la aparición de 5 libros que son el resultado de cuidadosas investigaciones realizadas por naturalistas en nuestro país y que son apenas una muestra del gran potencial científico nacional que se esconde tras las dificultades financieras que desgraciadamente han retardado el desarrollo de las Ciencias Naturales en nuestro país.
Estos libros fueron lanzados por el Instituto de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional el día de la inauguración de la exposición que esta entidad organizó para celebrar los 200 años de la Expedición Botánica, fecha señalada como el "arranque" de la nueva expedición, lo que fatalmente vincula estos trabajos a la idea de realizar esta empresa. Tres de estos cinco libros forman parte de la biblioteca "José Jerónimo Triana". El primero de ellos es una recopilación de una serie de conferencias dictadas el año pasado para celebrar los 250 años del nacimiento de Mutis, que tratan sobre distintos aspectos de la vida y obra del sabio español. Cierran la obra, unas notas, la mayoría de ellas inéditas que realizó hace medio siglo un español llamado Francisco de las Barras de Aragón, uno de los primeros autores que estudió a Mutis. Los otros dos volúmenes de esta biblioteca están a cargo de Jorge Hernán Torres y son dos contribuciones al estudio de la plantas tánicas, importantes por su propiedades curtientes, y de las plantas tintóreas registradas en Colombia. Estos dos libros incluyen reseñas históricas y descripciones científicas acompañadasde dibujos.
"Los crocodylia de Sur América" es un volumen que complementa al libro que publicara su autor, Federico Medem, hace algún tiempo y que es el resultado de un recorrido que realizó el autor por Suramérica para estudiar la situación de los cocodrilos en los países visitados, el impacto que ha producido la caza comercial de estas especies y las medidas adoptadas por los distintos gobiernos para garantizar la protección y la conservación de los cocodrilos. Este libro incluye una serie de mapas que realizó el autor para corregir las equivocaciones que tenían los mapas oficiales. El libro está ricamente ilustrado con fotos y dibujos descriptivos.
Un volumen que merece una explicación aparte es el trabajo de Gustavo Lozano sobre la familia Magnoliaceae, que inicia una serie de textos que poco a poco completarán la colección "Flora de Colombia", un proyecto que ya tiene varios años de vida y que sin duda es el que sustentará la Nueva Expedición Botánica. Desde 1931, cuando fue fundado el herbario Nacional, la tarea que inició José Celestino Mutis y luego la Comisión Corográfica de 1850 fue reanudada y se afianzó en 1936 con la fundación del Instituto de Botánica, que se convirtió más adelante en el Instituto de Ciencias Naturales. Varias generaciones de científicos han realizado la enorme tarea de clasificar nuestra flora y en la actualidad el Herbario Nacional posee una colección de unos 250.000 ejemplares que se complementan con otros herbarios de provincia. "Flora de Colombia" es sin duda un proyecto tan ambicioso como desconocido, que pretende clasificar la flora colombiana y publicar monografías a la vez que prepara personal científico capaz de continuar esta difícil disciplina de la taxonomía, la rama de la botánica que se encarga de clasificar las especies existentes, y que es en últimas el mejor testimonio de los recursos vegetales de un país.
El Instituto de Ciencias Naturales también está interesado en llevar a cabo otro gigantesco proyecto, que es la publicación de los 40 tomos que completan la obra "Flora de Mutis". Esta tarea se inició hace 30 años y hasta el momento ha logrado publicar 7 volúmenes. Los restantes deberán ser completados, eso se espera, antes de la celebración de los 500 años del descubrimiento de América. Esta labor se desarrolla en llave con el Jardín Botánico de Madrid, propietario de las láminas que dibujó Mutis. Estas, sin embargo, carecían de descripciones científicas, y el Instituto de Ciencias Naturales posee las diapositivas de estas láminas. Los científicos de la institución están trabajando en este proyecto a pesar de los intereses que algunas embajadas tratan de mover para incluir en esta labor a científicos extranjeros. Como lo dijo el mismo presidente Betancur, el "saber nacional" debe encargarse de estas tareas científicas que tanto ayudan a afianzar los ideales nacionalistas, como lo hizo la Expedición Botánica que, a pesar de haber interrumpido su labor científica por los problemas políticos que afrontó la Nueva Granada antes de nuestra independencia, sin lugar a dudas preparó a una serie de personajes que años más tarde fueron protagonistas de la emancipación de Colombia.
Estos cinco libros que marcan el inicio oficial de la Nueva Expedición Botánica son un testimonio claro de la actividad científica del país, que pasa desapercibida la mayor parte de las veces y que realmente merece un nuevo impulso por parte del Estado. Si esto se cumple con la Nueva Expedición Botánica, esta empresa estará justificada.