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COMEDIA DE EQUIVOCACIONES

"Susana... fin de semana", una obra sin pretensiones que hace reir

25 de noviembre de 1985

Después de haber montado "Sé infiel y no mires con quién" y "La senorita Margarita" en 1984, vino Manuel de Sabatinni con diversas obras. En este año, luego de "Préstame tu apartamento", que duró cuatro meses, el Teatro Arte de la Música (antiguo La Comedia) presenta "Susana... fin de semana", una comedia italiana dirigida por Víctor Hugo Morant, en la que él también actúa, que cuenta con Jacqueline Henríquez, Lucero Galindo, Mauricio Rivero y María Margarita, como protagonistas, y la escenografía de Alvaro Caycedo. La obra está actualmente en cartelera.
Al mencionar uno de los actores "la prótesis dental", Susana se voltea indignada: "¡Ya mí que me importa su próstata dental!". Esto en boca de Jacqueline Henríquez provoca la hilaridad general. Son muchos los comentarios y los malentendidos "idiomáticos" del mismo estilo que mantienen el entusiasmo por la obra, sobre todo en el primer acto.
La trama es tejida involuntariamente por cada uno de los cinco actores y se enreda cada vez más en la medida en que el plan inicial no da resultado. Bernardo (Victor Hugo Morant) decide traer a su casa de campo a su amante Susana (María Margarita) para estar con ella el día del cumpleaños de ésta. Y para disimular, invita a un amigo, Roberto (Mauricio Rivera), y hace pasar a Susana como la amante del mismo, lo cual no puede funcionar, ya que Roberto y Elisa (Lucero Galindo), la esposa de Bernardo, mantienen un affaire hace días. Toda la expectativa se centra entonces en el papel que juegue la verdadera muchacha (Jacqueline Henríquez) --contratada para el fin de semana-- y que también se llama Susana.
"¿Y usted?... Yo, soy la moza", es la frase que marca el clímax de obra cuando la pareja dueña de casa vuelve de hacer compras y mientras tanto Roberto ha tomado a la muchacha por la amante de Bernardo. A partir de este momento, el único camino que les queda es ir agregando malentendidos a la comedia de errores en la que se hayan.
Los actores representan su papel --tanto en gestos como en palabras-- con la seriedad que exige una pieza de humor como es "Susana... fin de semana". El director, Victor Hugo Morant, está involucrado desde un comienzo en la escogencia de la obra en la "criollización" de la misma. De una parte, el escenario es bastante sencillo, lo cual es clave en el caso de que la obra sea imitada a otras ciudades del país (como ocurrió con "Prestame tu apartamento", pero no pudieron aceptar la invitación por la escenografía tan aparatosa) y no se requieren sino cinco actores. En cuanto a la obra, que fue originalmente escrita por el italiano Carlo di Prieto, sufrió cambios de modismos en el lenguaje: así, el aguardiente reemplazó a la grappa, los nombres de las ciudades fueron cambiados y referencias a calles como la Pepe Sierra y el carro Renault, suplantaron a las originales para crear un ambiente más familiar con el cual el público se sienta identificado.
El primer acto, como decía anteriormente, mantiene un grado de humor estable por las situaciones cómicas que plantea: la amante no quiere ser la muchacha, mientras ésta hace toda una exposición acerca de las ventajas de su verdadera condición: llevarse parte de la comida a la casa y sustraer objetos que "los patrones no necesitan". Susana, la amante, en su papel de muchacha, aparece con un vestido elegantísimo, mientras Bernardo "mete la pata" y menciona lo que le costó... Por su parte Elisa se siente supremamente herida en su amor propio cuando Bernardo, el marido, le explica que Susana, la muchacha, es la amante de Roberto, puesto que ese es su verdadero lugar. En fin, con palabras es difícil describir la clase de enredos en los que estos personajes se han metido. Es algo que hay que ver.
En cuanto al segundo acto, la atención del público baja mucho, porque es la consecuencia de todos los malentendidos de la primera parte. Entonces, al no haber ningún elemento que inyecte nuevos puntos de acción humorísticos en la trama, el efecto desciende. De todas maneras, pese a la baja de temperatura "en el humor", el balance sigue siendo positivo y la comedia, "Susana... fin de semana", es una obra bien montada, para reir a carcajadas, y como dice Victor Hugo Morant: "Yo siento que va a pegar".
Diana Lloreda
Arte y parte
Víctor Hugo Morant estuvo diez años vinculado al Teatro Popular de Bogotá y actualmente interpreta en televisión el papel del Doctor Pardito en "Don Chinche", y el de Juan Ramón en Dejémonos de vainas". Sin embargo, como una prueba más de su versatilidad ahora es el director y actor en la comedia Susana... fin de semana".
SEMANA: ¿Qué tan difícil es lograr la comunicación con el público haciéndolo reír?
VICTOR HUGO MORANT: Es difícil, pero si se tiene un buen libreto
como en el caso de "Susana...". que ya de por si plantea situaciones cómicas, uno tiene bases más seguras. Además, hay un bagaje cultural muy nuestro en dichos y en formas de actuar que si el actor logra integrar, son identificadas por la gente, produciendo hilaridad. Entonces, hay más comunicación.
S.:¿Cómo escogió usted a los actores de esta comedia?
V.H.M.: En este caso particular, yo ya había trabajado con Mauricio, María Margarita y Lucero. En cuanto a Jacqueline, ella había participado indirectamente en el montaje anterior. La escogencia se dio en base a dos cosas: buscar actores que correspondieran al personaje que yo tenía en mente y que estuvieran más a la mano.
S.: ¿Qué tanta improvisación hay en teatro y en televisión"
V.H.M.: En televisión menos, por el tiempo y por la manera como se graba: si uno se equivoca o se olvida una parte, existe la oportunidad de repetir hasta que la escena salga más o menos bien, o bien. En cambio, en teatro, una vez que se abre el telón y la función empieza, el actor debe salir del apuro como sea. Es una experiencia emocionante. ¡Claro, uno se muere de los nervios! S.: ¿Cuál de sus papeles le gusta más no como profesional sino en cuestión de afinidades?
V.H.M.: Es como cuando a una madre le preguntan que a cuál de sus hijos prefiere... Desde luego, hay características que a uno le gustan más de uno o de otro. Por ejemplo. del Pardito lo que más me atrae es que su mentalidad es totalmente distinta a la mía y me proporciona la oportunidad de crear un personaje fuera de mí. Por las razones contrarias, me gusta el de Juan Ramón, personaje con el cual me identifico más, porque él y yo tenemos mucho en común. En el papel de Bernardo, también gozo, y el serlo en "Susana", una comedia que presentamos a diario, me permite perfeccionarlo en forma progresiva.
S.: Finalmente ¿cómo siente usted, unos días después del estreno, la obra?
V.H.M.: Yo creo que la obra es buena. Siendo objetivos, en este momento (después de cuatro funciones) la obra no ha llegado a su desarrollo cabal y aunque la estamos puliendo, artísticamente todavía es susceptible de ser explotada. Esta obra puede crecer como un ponqué... Está apenas horneándose...--