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Con bombo y platillos

Como ya es tradición, el Festival Internacional de Arte que se inaugura el próximo miércoles aborda todas las manifestaciones del arte musical.

Emilio San Miguel
8 de octubre de 2001

Corazon de gorrión, una fábula musical con textos de Jairo Aníbal Niño sobre una idea original de Amparo Sinisterra de Carvajal, dedicada a la obra de Rafael Pombo, cuyo estreno ocurrirá la noche del sábado próximo en la sala Beethoven de Cali, es apenas uno de los tres grandes espectáculos musicales que este año trae el Festival Internacional de Arte de Cali, que en la capital del Valle del Cauca se realiza bianualmente y que llega este año a su décima versión. Para quienes consideran que en la tradicional realización de una gran obra íntegramente nacional se resume el ideal del evento, el momento culminante son las siete representaciones de Corazón de gorrión.

Sin embargo, para aquellos que creen que la quintaesencia de las artes escénicas y una de las más refinadas creaciones del teatro occidental es la ópera, está la puesta en escena de La serva padrona de Giovanni Battista Pergolessi, una obra cuyo estreno parisiense en 1752 generó una polémica lírico musical de tales dimensiones que hasta el mismísimo Rousseau tomó partido... aparentemente del lado equivocado. Como se trata de una ópera breve han tomado la muy original determinación de llevar a escena con ella la Cantata del café de Johann Sebastian Bach.

Este ‘doblete’, que se estrena el 22 de septiembre en el Teatro Municipal de Cali, corre bajo la responsabilidad de un equipo conformado por talento nacional e internacional que dirige Francisco Vergara, bajo colombiano radicado en Alemania.

Por una parte la puesta en escena de la obra de Pergolessi se ha encomendado a Doris Andrews, presidenta de la Academia Aida de Roma, en tanto que para la Cantata se cuenta con la dirección y la creatividad de Martin Blazer y Darko Petrovic, del Teatro de la Opera de Colonia, en Alemania. Ambos proyectos cuentan con la participación de la Orquesta Sinfónica del Valle, bajo la batuta del titular Francesco Belli, asistente de Ricardo Muti en la Scala de Milán, la dirección de luces del colombiano Raúl Osorio y un elenco de solistas que incluye al propio Francisco Vergara, a la soprano coreana Margarita Kim, al bajo italiano Francesco Verna, la soprano polaca Mariola Mainka y el tenor colombiano, radicado en Alemania, Diver Higuita.

Cerrando el cuarteto de grandes espectáculos está la reposición, en el Teatro Jorge Isaacs, del exitoso ballet Rito de manglares, creado por Incolballet para el IX festival, un trabajo que requiere el concurso de casi 100 artistas en escena, quienes bailan una original coreografía enmarcada en el mundo plástico del pintor Hernando Tejada, en cuyo honor se creó este ballet y se diseño la escenografía.

La esencia misma del Festival es la pluralidad, pues están presentes todas las manifestaciones musicales, desde la más clásica posible del cuarteto de cuerdas Willanov de Polonia en el Teatro Municipal hasta el cuarteto de Luis Bacalov, premio Oscar de la Academia por la Música de Il postino, en el Municipal, sin pasar por alto conciertos con la Sinfónica del Valle con el pianista Norman Krieger como solista, Nocturnos con la pianista Teresa Gómez con poemas de Rodrigo Saldarriaga, danza contemporánea con Azoe Danza y también danza con la francesa Catherine Diverres.

Estos son apenas algunos de los espectáculos que ofrece este festival, manifiesto cultural bianual de Proartes, una entidad que desde su fundación dirige Amparo Sinisterra de Carvajal, directora de Colcultura entre 1983 y 1986. Valga decir que la música es uno de los temas de un festival que con idéntica importancia aborda las artes plásticas, el teatro, la literatura, el arte popular y el debate filosófico. El tema central este año lo insinúa el mismo título del evento: ‘Reflexionarte’.