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CON PIE DERECHO

Un colombiano representará al Ballet San Francisco en la competencia de mayor tradición en el mundo.

20 de julio de 1992


CADA CUATRO años, Varna, un puerto sobre el mar Muerto en Bulgaria, recibe lo más granado de la danza clásica para su Competencia Internacional de Ballet, la de más antigua tradición en el mundo. Varna ha lanzado al estrellato bailarines de la talla de Mikhail Baryshnikov (1966) y Fernando Bujones (1974). Allí sólo llegan los mejores.

Para la versión 1992 el Ballet de San Francisco, una de las compañías más prestigiosas de la actualidad, mezcla afortunada de escuela rusa, americana, danesa y técnica Balanchine, tendrá un solo representante: el colombiano Felipe Díaz.

Nacido en Bogotá hace 18 años, Díaz parecía estar signado por el destino para moverse con éxito en el mundo de la danza. Sus padres, Jaime Díaz y Ana Consuelo Gómez, están considerados como los máximos exponentes del ballet clásico de Colombia. En la Academia Ana Pavlova recibió de ellos los fundamentos de su arte en la formación rusa y norteamericana.

La Escuela de Ballet de San Francisco lo recibió en calidad de becario en 1988 luego de examinar y aprobar un video enviado desde Bogotá. Al año siguiente se le otorgó la medalla Lew Christensen para "estudiantes excepcionales". Ahora, Felipe Díazacaba de hacer realidad otro de sus grandes sueños:
entre el 15 y 30 de julio estará en Varna, compitiendo con los mejores del mundo en la categoría Junior. Actualmente prepara un repertorio de Danseur noble de la más alta exigencia técnica y artística, que incluye las variaciones de Quijote, Gisselle, El lago de los Cisnes, Coppelia y Nápoli.

Aún sin terminar estudios académicos forma ya parte de la compañía en calidad de Apprentice, y en septiembre entrará al Corp de ballet, luego de hacer de lado una tentadora oferta del American Ballet Thealre de Nueva York.