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El director de 'Forrest Gump' lleva a la pantalla el último sueño del fallecido científico Carl Sagan.

13 de octubre de 1997

Director: Robert Zemeckis Protagonistas: Jodie Foster, Matthew Mc Conaughey, James Woods, Tom Skerritt, Angela Bassett basado en la última novela del científico norteamericano Carl Sagan, el director de películas tan taquilleras como Volver al futuro y Forrest Gump, Robert Zemeckis, ha volcado en la pantalla gigante uno de los más grandes sueños del ser humano: la posibilidad de recibir comunicación extraterrestre. El tema, suficientemente explotado por la ciencia ficción desde La invención del cinematógrafo, llegó a uno de sus momentos más populares a mediados de la década de los 70 cuando el niño genio de Hollywood, Steven Spielberg, lo imaginó con lujo de detalles técnicos en Encuentros cercanos del tercer tipo. Ahora uno de sus discípulos, Zemeckis, lo secunda en la vieja y onírica idea del contacto, tomando prestados los conocimientos de uno de los más ilustres profesores del cosmos en los últimos años. Con la participación de Jodie Foster y Matthew McConaughey como protagonistas, Contacto es la historia de una inquieta astróloga, obsesionada con la intención de captar por fin señales espaciales que demuestren la existencia de otras civilizaciones en la inmensidad del universo. El apasionante argumento, respaldado por la seria imaginación de un hombre igual de racional y soñador como Carl Sagan, es la esencia de la cinta y, sin embargo, sucumbe ante la arbitrariedad narrativa de Zemeckis, a quien parecen interesarle mucho más los elementos distractores de la película que su propio núcleo. La cinta, de casi dos horas y media de duración, se embelesa sin sentido alguno en las relaciones sentimentales de Foster con McConaughey, de la astróloga con su padre, etc., antes de que la historia empiece realmente 30 minutos después del comienzo del filme. Tanto detalle superfluo le merma el ánimo al público antes de ofrecerle la función por la que ha pagado, aquella en la que los expertos de la Nasa terminan construyendo una nave siguiendo las especificaciones de los extraterrestres para intentar hacer contacto. Independientemente de las delirantes visicitudes creadas por Zemeckis alrededor de las reacciones del departamento de seguridad de Estados Unidos (protectores del universo y sus alrededores), la secuencia del posible viaje interplanetario es, sin duda, intrigante. Antes de echar mano de los fantasiosos dibujantes de La guerra de las galaxias para crear bestias extrañas o enanos cabezones, el director prefiere jugar con la belleza del universo y la propia imaginación humana, un recurso acertado si se tiene en cuenta que cualquier prototipo extraterrestre correría el riesgo de la ridiculez. Sin embargo son las maquinaciones que rodean el argumento las que impiden que esta quijotesca aproximación al fenómeno ovni no pase de ser una gringada: mucho efecto especial pero muy poco desarrollo argumental.