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CONTRA VIENTO Y MAREA

Con un directos escenico de Colonia, "Rigoletto" abre temporada ópera en el Colon.

16 de agosto de 1982

Como en una Torre de Babel en donde se mezclaron órdenes en alman-español, conversaciones en ingles, aclaraciones en Italiano y gritos en todos los idiomas y, a pesar de las críticas en su contra el montaje de la ópera, en este caso de Rigoletto transcurrió de acuerdo a lo programado. Para tener listo este primer estreno de la VI Temporada de la Compañía de Opera en Colombia fueron necesarios más de 50 ensayo; con coros, solitas, orquesta, personal de utileria, vestuario y tramoya. Unas 350 horas de largas repeticiones y de justes escenicos y musicales. Porque en una producción operatica no hay problema pequeño: una escalera mal clavada puede impedir al cantante dar su do de pecho; unas velas mal puestas pueden ocasionar un incendio en el escenario y el dobladillo de un vestido puede acabar con cualquier intención dramática de la protagonista. Pero si bien todas estas circunstancias han sido afrontadas durante actos por todos los elencos y directores de este genero en el mundo, lo que hace diferente un montaje de "Rigoletto" de otro es la concepción escenica. Esa responsabilidad está en este caso en manos de un joven aleman de 31 años, Willy Decker, quien en forma habil y precisa, sorteando las dificultades del idioma ha logrado poner de acuerdo escenicamente a 56 integrantes del coro, 14 solistas y 17 extras.

UNA VISION MODERNA
La ópera Rigoletto, del compositor Italiano Ciuseppe Verdi está basada en el drama de Victor Hugo, "El Rey se divierte" y fue presentada al público, por primera vez, en 1851 en el Teatro Fenive de Venecia. A partir de ese momento y hasta hace poco tiempo su concepción teatral estaba dada en un marco romantico de castillos medievales y melífluas relaciones. Tal vez correspondiendo a su argumento: un duque que convierte a las mujeres en victimas de sus caprichos y un bufón amargo y cruel que no logra sustraer a su hija de las veleidades de su amo. Pero ya que la parte musical de la ópera como espectaculo es poco variable, el desarrollo del genero tiene que partir de lo teatral. Y es precisamente en este punto en donde se han encontrado los esfuerzos de Willy Decka analizando los personjes tradicionales de la obra (Rigoletto, el deforme bufón; Gilda, su hija, el Duque de Mantua; Sparafucile, el bandido y su hermana Magdalena) a través de una visión más profunda sicológicamente y eminentemente moderna. Para esto Decker parte de dos puntos fundamentales que son: el carácter teatral de la figura de Rigoletto y el fondo social que le rodea. La violencia personal y del medio trasciende en ambos casos: Rigoletto, hombre de muchas facetas, es un ser cruel pero su crueldad es tan sólo una máscara, una armadura que lo protege de la maldad de los otros.

DAMAS ANTIGUAS Y POLICIAS
Por otro lado es el conformista, el sumiso de todos los regímenes totalitarios, según el director escénico alemán, pero que en el fondo no se conforma y por eso trata de apartar a su hija, manteniéndola casi prisionera, de aquellos a quienes sirve y acompaña. Y es precisamente éste el error trágico del personaje; creer que se puede ser dos personas diferentes: por un lado un padre tierno y solícito y, a la vez un ser sin escrúpulos de ninguna clase. Este error "explica Decker" es el de millones de personas en el mundo. Son estas circunstancias sicológicas las que le dan a la obra de Verdi una especie de intemporalidad y, por consiguiente de actualidad.
De otro lado, la escenografía, armada con desechos de madera y materiales de otras obras montadas en temporadas pasadas, formada por castillos, cárceles y calles que pueden ser de siglos remotos o de hoy, contribuye a esa sensación de intemporalidad un tanto oscura y lúgubre. El vestuario, diseñado, como la escenografía, por el catedrático alemán Martin Ruprecht, y confeccionado con unos 1800 metros de tela, va desde trajes brillantes de estilo antiguo, hasta uniformes de cuero que en poco se diferencian de los que actualmente la policía en moto, norteamericana, utiliza. La perfecta integración de todos estos elementos teatrales con la acción dramática ha sido la característica de los montajes dirigidos por Willy Decker en nuestro país, (La Viuda Alegre, de Franz Lehar en 1980 y Turandot, de Puccini en 1980). Su experiencia en la ópera de Colombia le ha permitido apreciar la mística y la vitalidad y el entusiasmo con que trabajan cuatrocientas personas que se empeñan en salir adelante cada año, superando el nivel artístico anterior.
REPARTO OPERA RIGOLETTO
Director músical, Daniel Lipton
Director escénico, Willy Desker (alemán)
Escenografia y vestuario, Martin Rupprecht (alemán)
Iluminación, Hans Toelstede (alemán)
Rigoletto, Juan Pons (baritono español) Gilda, Zoraida Salazar (soprano colombiana)
Beatriz Parra (soprano ecuatoriana)
Duque de Mantua, Maurizio Frusoni (tenor italiano)
Magdalena, Marta Senn Sofia Salazar (mezzo-sopranos colombianas)
Sparafucile, Francisco Vergara (bajo colombiano)
Monterone, Alberto Arías (baritono colombiano)
Condesa Ceprano, Marcela Cerón (soprano colombiana)
Ceprano, Alejandro Correa (baritono colombiano)
Paje, Miriam Salazar (soprano colombiana)
Ujier, Rafael Cárdenas (baritono colombiano)
Marullo, Alfredo Landinez (baritono colombiano)
Borsa, Gerardo Arellano (tenor colombiano)
Coro estable del Instituto Colombiano de Cultura.