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COSMOGONIA MICROSCOPICA

La sugestiva ambigüedad de los óleos de Cecilia Vargas.

28 de septiembre de 1998

Cecilia Vargas es una pintora colombiana que se halla radicada en Londres desde hace 17 años, donde ha desarrollado un estilo intuitivo que se nutre en múltiples fuentes. Sus obras iniciales fueron paisajes imaginarios, pero pronto desembocó en la abstracción y así se hizo manifiesto en los primeros lienzos que presentó en Colombia, en la Segunda Bienal de Arte de Bogotá (1990), los cuales hacen gala de colores intensos aplicados en áreas rectangulares que dejan entrever cierto trasfondo geométrico.
Posteriormente sus formas se hicieron más definidas y los rectángulos se poblaron de líneas verticales y horizontales ubicadas a distancias diferentes: una especie de notas musicales y silencios cuya irregularidad es claro indicio de una búsqueda de libertad dentro de los patrones de su expresión, hasta entonces relativamente estrictos. A partir de ese momento las sugerencias de su obra, al igual que su color, empezaron a adquirir un carácter ambiguo y sutil, desembocando finalmente en la insinuación orgánica, en creaciones en las cuales cada toque del pincel y cada combinación cromática adquieren un poder evocador que varía según el talante y la imaginación de quien se expone a sus influencias.
Su exposición en la Galería Diners alude al mundo microscópico, pero no con intención científica sino con ambición poética, como medio de despertar recuerdos, de proveer experiencias y en directa relación con aquella sentencia de la doctrina hermética que correlaciona el microcosmos con el macrocosmos, según la cual el mundo entero es un organismo vivo dotado de procesos metabólicos.