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"CREACION NO HAY SINO UNA"

Luis Vidales, premio nacional de poesía 1982, dialogó con Armando Orozco para SEMANA.

14 de febrero de 1983

SEMANA.: ¿Cómo hace usted un poema?
LUIS VIDALES.: Pues mire. Métase a la cocina. Junte los componentes más dispares. Y antes someta todo a una secuencia rigurosa (platos limpios, cubiertería, etc.). ¡Y a la cocción! Asi, exactamente se hace un poema.
S.: ¿Esa unión de cosas distantes sólo opera con la poesía?
L.V.: Casa, cuadro, música, qué sé yo, todo es una unión de contrapuestos. Mamá no hay sino una. Y creación no hay sino una.
S.: Bueno, insisto, ¿cómo hace usted un poema?
L.V.: Es un tumor. Como el hijo en el vientre de la mujer. Dejarlo que se forme. Y extraerlo. Y eso sin cesárea.
S.: ¿Por qué su poesía es humorista?
L.V.: Por culpa del trascendentalismo reinante en el mundo.
S.: ¿Cuál es para usted el mejor poeta?
L.V.: El que está en mí haciendo el poema. Hecho, compruebo que no lo es.
S.: Sinceramente, ¿usted se cree un gran poeta?
L.V.: Le repito. El que sueña los poemas. El que los escribe es de los peorcitos.
S.: ¿Cómo debe ser la poesía?
L.V.: Mala, buena, regular, coja, rimada, en verso libre, larga, corta, con o sin cita de nombres vivos o muertos de lucha, acongojada, de cualquier modo. Pero que sea poesia.
S.: ¿De qué medio se sirve para escribir?
L.V.: Del boligrafo. Necesito ver los "huevillos" de mi letra. Después, la máquina de escribir hace su trabajo frío. Y además, el poema, caliente, lo hago acostado, ¿No es así como se tiene un hijo?
S.: ¿Qué agentes externos lo convocan?
L.V.: Usted, la gente, una palabra al vuelo oída en la calle, la vista de un cielo claro, una muchacha que pasa a nuestra medida, la lectura, ¡ah, la lectura! (sin la menor influencia directa; solo los débiles se contaminan), la presencia de un entusiasmo íntimo, la conversación con una flor, la conversación con un niño o con el perro, con el que nos entendemos con un lenguaje horaciano. ¡Oh, los agentes externos! ¡El universo!
S.: ¿Qué es para usted un poema?
L.V.: El orden perfecto dentro de la unión de las cosas distantes. Si yo fuera de cristal usted vería a alguien apasionado del orden. Y eso me vino de Marx. Este desorden capitalista me enferma. Goethe sentenció: "Prefiero una injusticia a un desorden". Cómo se ve que este gran genio ignoraba que la injusticia es un desorden.
S.: ¿Cómo vea los colombianos?
L.V.: Clase obrera y campesinado, limpios de alma. De las medias para arriba razonando por calificativos. Se rebuscan un adjetivo, de aplauso o de vituperio, y que el hecho se joda. ¡El gran rabulismo nacional!
S.: Además de estudiar, ¿qué hacía usted en París?
L.V.: Aguantar hambre a lo César Vallejo, sorberme a París intelectual y anti-intelectualmente, sorbermelo entero.
S. : ¿Cómo así?
L.V.: Lo leía. Lo pisaba. Lo tumbaba. Lo amaba, lo odiaba. Me le montaba encima. Lo olía.
S.:¿A qué huele París?
L.V.: Ellos dicen que a pájaro. A mí me olía a colores al óleo. A pintura. A lo que huelen los libros. Y lo oía. A Beethoven, a Bach, a Erik Satié. Y a Gide, a Jacobo, a Cocteau. ¡Qué gritería! Me lo bebía, a París en dos copas: una cristalina, brumosa de crema. Era el día. Y una negra retinta: era la noche. Y en la chimenea de mi cuartucho, el aullido del lobo estepario...
S.: En 1935 usted hizo en Neiva huelga de hambre. ¿Quépasó?
L.V.: Como usted ve, el humorismo no lo pongo yo. Lo pone la vida. Lo de Neiva es otro cantar. Me condenaron por vago dieciocho meses a la colonia penal de Araracuara. "Primero va el presidente que yo", grité en la fila de los reclamos de presos, en la cárcel de Neiva, después de 32 días de reclusión. El delito: la lucha por la posesión de la tierra en las montañas de Baraya. Llegó a examinarme un médico y me dijo: --¿qué siente?-- --Las garras de la República Liberal. Se puso energúmeno: --Extraño mucho que me conteste así. Yo soy un médico. No un político.-- Pues yo extraño más su pregunta, porque no soy un médico. Soy un político.-- Y puso pies en polvorosa.
S.: Dígame: ¿el hambre encarna alguna filosofía?
L.V.: Pues la de Neiva fue victoriosa. Pero sospeche usted de aquel que no la haya aguantado en su vida. Yo, de mí, lo miro con el rabo del ojo, que es el más certero de todos los rabos.
S.: Cambiemos de tema. ¿Qué opina usted del conflicto en Centro América y el mar Caribe?
L.V.: Me acuerdo de Gabo. De la venta del mar Caribe y su traslado, por partes, donde el comprador se lo guarda. ¡Y a semejante realidad, la llaman fantasía. ¡Vaya! ¡Vaya!
S.: ¿Cómo define la situación actual del mundo?
L.V.: En la historia actual sólo se oye: sálganse, déjenme a mí. Para multinacionales, gobernante multinacional ¡Clarísimo!
S.: ¿Cuál cree usted que sea la actividad política más grande del demócrata en el mundo de hoy?
L.V.: La lucha por la paz.
S.:¿ Y en Colombia?
L.V.: La paz colombiana, como parte de la mundial, porque si se desencadena el delirio nuclear, ¿en qué queda la nuestra? ¡Todos a la fosa común!
S.: ¿Qué piensa de la amnistía?
L.V.: Pues como dicen en Chile: "Entre poner ley no ponerle, es mejor ponerle".
S.: Por último, ¿qué opina de Belisario?
L.V.: Está gobernando "comme il faut". De pronto, por molestar al pueblo, me le crean molestias. ¡Ah, el pueblo, mi amigo! ¡El pueblo! Y no digo más, así los poetas seamos proféticos.
S.: ¿Qué opina de Borges?
L.V.: Un europeo en el exilio. Lo dice él mismo.
S.: ¿No tiene peripecias con el Premio Nacional de Poesía que le han otorgado?
L.V.: Sí. Quienes no paraban mientes en mí, me están mirando con mucha admiración. ¡El premio por encima de este pacientísimo poeta!
S.: ¿Cuál cree que es el personaje político más grande de este siglo en América Latina?
L.V.: Fidel Castro. Así,en seco.--