Home

Cultura

Artículo

tendencias

¿Creativos?

Terminó Colombiamoda 2007 y fuera de los balances económicos, de las estadísticas y el 'glamour', lo que muchos se preguntan es si hay nuevos aires creativos en la moda colombiana.

14 de julio de 2007

El jueves pasado, mientras hacían el balance general de la feria de moda más importante del país, algunos expertos en el tema, que habían llegado por primera vez a Colombia, elogiaban la organización de Inexmoda y no paraban de hablar de lo placentero que fue haber estado en Medellín. Sin embargo, en cuanto a las tendencias, a la innovación en los desfiles y a la creatividad de los diseñadores locales, muchos prefirieron guardar silencio.

Otros asistentes, que han ido a las últimas cuatro versiones de la feria, se preguntaban cuándo llegaría el recambio generacional de la estirpe de modelos, por ejemplo, o por qué no aparecían desfiles atrevidos o hasta cuándo los diseñadores seguirían confundiendo creatividad con localismo. Independientemente de las cifras que, como es usual, dejan satisfecha a toda la organización del evento (ver recuadro), Colombiamoda 2007 plantea el interrogante de qué tanto contribuye esta feria para impulsar nuevas propuestas en la moda.

Jean-Luc Dupont es un experto en moda francés y pasa la mayor parte de su tiempo en diferentes países del mundo caminando ferias y eventos, todos relacionados con las nuevas tendencias de la moda. Salvo Brasil, ningún país del cono sur lo tenía registrado en su inventario de visitas. Fue un amigo de su país quien le habló el año pasado de Colombiamoda e hizo todas las gestiones necesarias para asistir a la de 2007. Dice que en cuanto a organización y logística, la feria tiene poco que envidiarle a alguna europea. Incluso, la imaginaba más pequeña.

Sin embargo, cuenta, esperaba encontrarse con desfiles que le hablaran más de la identidad colombiana: "Aunque no quería ver trajes folclóricos, sí me imaginé que Colombiamoda me iba a mostrar más creatividad colombiana", dice Dupont, que no se perdió ningún desfile, y agrega que vio los mismos colores plata y amarillos que se ven en Europa, por ejemplo. Él lo llama "la globalización de la moda".

El tema de lo folclórico tiene que ver, por supuesto, con lo cultural. Es usual que las pasarelas de los diseñadores colombianos estén colmadas de detalles artesanales -recordar los sombreros vueltiaos gigantes que sorprendieron hace cuatro años-. En la pasarela de Fucsia este año, por ejemplo, con la diseñadora nariñense Adriana Santacruz, se mostraron prendas elaboradas en algodones y sedas, tejidos en telar vertical pero con técnicas únicamente indígenas. La colección se llamó Sara y el Halcón y aunque no estuvo muy concurrida, obtuvo buenas críticas. Sin embargo, a la hora de hablar de creatividad, fueron pocas las sorpresas para los visitantes extranjeros.

Pepe Rebleda, analista de moda español y quien ha visitado en varias ocasiones la Feria de Medellín, comparte la opinión de Dupont. A la hora de rescatar la creatividad en un desfile de esta versión, los dos tienen que pensarlo dos veces. Señalan el de Chocolyne-Nuevos Creadores llevado a cabo el martes en la tarde. Los diseñadores de este desfile son jóvenes de la Colegiatura Colombiana y obtuvieron bastantes halagos de la prensa especializada. Incluso, en las libretas de anotaciones de expertos europeos los nombres de Marcelo Rivadeneiro y Camilo Álvarez estaban resaltados. "Han sido los únicos que me han sorprendido", comentó Dupont.

Y la sorpresa no viene propiamente porque sean dos jóvenes que no superen los 25 años de edad, sino porque en sus colecciones queda palpable lo que significa creatividad en la moda. No se trata de ignorar lo artesanal ni tampoco de caer en lo estrambótico. En otras palabras, tener un sello propio donde haya un balance de las dos cosas. En la presentación de Camilo, por ejemplo, hay una marcada influencia de lo urbano. En cada prenda modelada se ve la calle y el mestizaje entre el hombre y la máquina. Pantalones con colores desvanecidos, con colores insolados, prendas cortadas muy angularmente, casi cuadradas y rígidas, pero con buena caída. Fue un desfile creativo que supo hacer el balance entre lo local y lo universal.

Según Julián Posada, director de proyectos especiales de Inexmoda, esta versión de Colombiamoda le apostó al relevo de diseñadores. Por un lado estaban las diseñadores tradicionales como Olga Piedrahíta, Francesca Miranda, Judy Hazbún y, por el otro, los diseñadores de la Colegiatura, los de DCI Arte, Divino, Agua Bendita y el payanés Carlos Valenzuela.

Posada los llama "la generación del algodón" porque hacen ropa con creatividad y para el día a día. Han entendido, dice, que si bien sus diseños deben ser internacionales, también deben contener algo propio. Y eso fue lo que pasó, precisamente, con los jóvenes de la Colegiatura. A ellos se les podría agregar Carlos Valenzuela, quien se ganó además el premio Marangoni al mejor diseñador de Colombiamoda. Su colección, sólo para hombres, se inspiró en el Londres de los años 30 y en ella predominaron los tonos violeta, amarillo y blanco sobre el algodón como protagonista.

En 2006, la diseñadora Olga Piedrahíta fue la ganadora del premio y este año muchos expertos coinciden que fue la más vanguardista dentro de las pasarelas de diseñadores tradicionales. Su colección fue arriesgada porque algunos de los asistentes al desfile estaban esperando "algo más colombiano". Ella, en cambio, prefirió el estilo futurista. Muchos expertos, dice ella, tienden a confundir el estilo colombiano con lo artesanal, y es un error. Aunque no se pueden negar las raíces, aclara, la creatividad también va de la mano de lo que llega de afuera.

Hablar de nuevos aires en la creatividad de la moda en el país puede resultar azaroso. Los más jóvenes, tal vez, son los más arriesgados, pero tienen que enfrentarse a un consumidor que, por tradición, es esnobista, y no está dispuesto a arriesgar sino más a soñar con lo que ve en revistas europeas. El hecho de que se destaquen en este tipo de ferias los nuevos diseñadores es un indicador optimista de lo que pueda venir para la moda en Colombia. Pero el camino que falta por recorrer todavía es largo.