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Rene, líder de Calle 13, afirma que él solo proclama la ideología de ver a su país Puerto Rico, libre e independiente de los Estados Unidos. | Foto: Edwin Tamayo Rueda

CRÓNICA

Calle 13: “la ultraderecha me odia, la ultraizquierda también”

La fiesta de locos estuvo más concurrida de lo esperado: más de 40.000 personas abarrotaron la Plaza de Bolívar y sus alrededores.

Edwin Tamayo R., colaborador de Semana.com
15 de mayo de 2014

Ya no importaba qué pudieran decir en el Concejo de la capital sobre el concierto, 'el aguante' de sus promotores era recompensado con el entusiasmo de miles que exorcizaban con música sus angustias y deseos, sobre el cielo abierto del centro de la ciudad. Ellos, para ser felices durante más de ocho horas que duró el evento, no necesitaron de templos ni pastores.

Residente y Visitante toman sus lugares mientras el 'roncito' ya corre por sus venas. “Soy rebelde como monaguillo en la iglesia fumando cigarrillo”, las líricas y los platillos se estrellan sin prejuicio, los oídos atentos acompañando a la voz que se convierte en grito. Ya es imposible intentar callar las letras liberadas.

Para hacer realidad el tercer Concierto de la Esperanza, la Alcaldía destinó recursos por más de 1.400 millones de pesos de los contribuyentes bogotanos. Para Hollman Morris, gerente de Canal Capital, las utilidades se vieron reflejadas “en una Plaza de Bolívar llena de esperanza, con cultura, arte, memoria e historia”. Otros que ahora también deben estar contando sus beneficios fueron los miles de vendedores de pinchos de carne, chorizo con arepa, hamburguesas y perros calientes, por los cuales es mejor no pensar o preguntar por qué son tan baratos.

René se prepara para cantar Adentro, su canción favorita del último álbum de la banda llamado MultiViral, pero confiesa que le gusta cantarla con lentes oscuros, entonces le pregunta al público quién le puede prestar un par y, en segundos, un osado asistente decide lanzarle a la tarima sus Ray Ban.

Los teclados crean el ambiente y la crítica a la violencia de las pandillas en Puerto Rico viene en frases contundentes como batazos en los vidrios de un Maserati. “Tú no has vivido tres grados de dificultad en tu vida, a ti no te faltó la escuela, no te faltó comida. Si la gente del Congo hubiese tenido tus oportunidades, estarían graduados de las mejores universidades”.

"Veo la necesidad de que existan estos espacios donde la gente sea como quiera ser, haga lo que quiera hacer, mientras está tranquila y en paz", afirmaba la estudiante de maestría Catalina Varela. A pesar de que Bogotá está repleta de necesidades que también merecen una mejora urgente en inversión y, sobre todo en su gestión, se debe resaltar que en estos eventos culturales de masivo disfrute se tapan miles de huecos en el alma, el tráfico de los sueños mejora su movilidad y nos dan la seguridad de que podemos convivir en la diferencia.

Marco Fidel Ramírez, el autodenominado 'Concejal de la Familia' y el más visible contradictor de la realización de este concierto, debería saber que René, el compositor de las letras de Calle 13, tiene algo muy claro: "Yo sé que mi música es profana, pero cuando deje de vender, hago música cristiana".

Al final siempre hay algo de esperanza, señor cabildante.