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El compositor argentino se presentará con su quinteto el próximo viernes en el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo. | Foto: Peter Schaaf

ENTREVISTA

“El tango es una música que no tiene fin”

El argentino Daniel Binelli, uno de los referentes del tango, se presenta con su quinteto en el Teatro Mayor el próximo 11 de septiembre. Semana habló con él.

7 de septiembre de 2015

Si por algo es reconocido Daniel Binelli en el entorno del tango es por dar continuidad con el legado y las influencias musicales de Astor Piazzolla, uno de los principales referentes de este género, recordado por su interpretación del bandoneón.

Binelli conoció a Piazzolla cuando tenía 17 años y empezaba su carrera, en la que se ha destacado como compositor, arreglista e intérprete del bandoneón. Eso le ha permitido presentarse como solista invitado en la Orquesta de Filadelfia, la Orquesta Sinfónica de Montreal, la Orquesta Tonhalle de Zúrich, entre otras.

El compositor argentino, quien se presentará con su quinteto el próximo viernes en el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo, habló con Semana sobre sus inicios, sus influencias musicales y el actual momento del tango.

Semana: ¿Cómo comenzó su relación con el tango?

Daniel Binelli:
Mi padre me regaló un bandoneón a los 9 años, luego estudié música, y a los 15 años ya tocaba el instrumento técnicamente bien. Entonces, me presenté a un concurso de televisión y gané. Tenía 17 años y tuve la oportunidad de conocer al maestro Astor Piazzolla. Eso me alentó muchísimo, fue una tremenda satisfacción, por lo que él significa para la música argentina.

Semana: ¿Cómo conoció a Piazzolla?

D.B.:
Él era una persona muy talentosa, su música me fascinaba. En el concurso hice un arreglo musical de un tango de él que se llamaba ‘Picasso’ y Piazzolla escuchó ese arreglo por televisión, le gustó y me invitó a su casa. A partir de ahí surgió una amistad.

Semana: ¿Qué aprendió usted de él?

D.B.:
De Piazzolla aprendí el enorme talento para inventar una música nueva y fue para mí una antorcha tremenda. Eso fue lo que me sostuvo gran parte de mi vida. También aprendí de él su convencimiento de imponérsele a la gente, de no quedarse en el lugar donde se nació haciendo música, sino salir al mundo en una época donde eso no era tan fácil como lo es ahora.

Semana: Además de Piazzolla, ¿Qué otras influencias resalta en su trabajo?

D.B.:
He tenido referentes del jazz como Keith Jarrett, Bill Evans, Miles Davis. Desde el barroco, sigo a Bach, Stravinski, Béla Bartók.

Semana: Y para usted, ¿Qué es el tango?

D.B.:
Un poema que expresa un pensamiento triste que se baila. Es el sentimiento más directo y más expresivo, donde el hombre se puede expresar con toda su realidad. Es una música muy intensa, buena, noble.

Semana: ¿Cree que el tango aún sigue vigente?

D.B.:
El tango es una música que no tiene fin, que continúa. De hecho, ha crecido enormemente en los últimos 20 años. Se impuso en Europa y en Oriente, en Francia, Holanda, Noruega. Al igual que el jazz, es una música muy profunda, donde toma protagonismo la voz y el dolor del pueblo, del barrio.

Semana: Aunque a veces da la sensación de que es para gente mayor...

D.B.:
Todo lo contrario. El tango se lo tomó la juventud. En las giras veo mucha gente joven interesada por este género.

Semana: ¿Cómo siente que Colombia acoge el tango?

D.B.:
En toda Colombia gusta el tango así como a los argentinos nos gusta la cumbia. En ese sentido hay reciprocidad de gustos.

Semana: ¿Y en el mundo?

D.B.:
Estoy sorprendido por la influencia del tango en el mundo. Es algo que se ve en Colombia, Argentina, Japón, en toda Europa. Ahora hay una explosión del tango.