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De viva voz

Un grupo de españoles quijotescos revive el arte de los juglares, una manifestación escénica proveniente de la Edad Media

20 de diciembre de 1999

El actor español Luis Felipe Alegre decidió hace 16 años que no era descabellada la idea de revivir la figura del juglar, personaje típico del siglo XII que se

preocupaba por llevar la

poesía de un lugar a otro. Lo comprobó en medio de una serie de festivales musicales que en ese entonces se llevaban a cabo en Zaragoza y que el actor complementó, con gran acogida por parte del público, con recitales que hacía de poemas épicos.

Tal vez, sin pensarlo, su propio apellido lo invitaba a continuar con esa tarea, dada la coincidencia con los nombres de los más famosos juglares de la historia: alegre, alegrete y alegría, una saga que hizo carrera en territorio español hace más de 600 años. A finales del siglo XIV estos personajes fueron desapareciendo y se resignaron a continuar sus vidas como músicos o bufones. Desde entonces la presencia de esos hombres que traían a colación heroicos pasajes de la historia y que hicieron famosos, entre otros, los versos del Mio Cid, parecía destinada al olvido.

Su tarea fue fundamental para la conservación de poemas como La hija del conde don Julián, Sancho II de Castilla, El infante don García y La condesa traidora, que permanecieron durante siglos en la cultura española sólo a través de las bocas de los juglares.

Algunos de ellos aparecieron en Francia y luego se trasladaron hacia España con el ánimo de difundir el repertorio de los trovadores provenzales y de divertir a grandes públicos recitando romances, bailando o cantando. Paralelamente al mester de clerecía, crearon su propio lenguaje y un uso particular del verso.

Seis siglos después han reaparecido Luis Felipe Alegre, junto con cinco juglares más, crearon el grupo ‘Silbo Vulnerado’ con el fin de retomar esta actividad “El nombre es un verso de Miguel Hernández que nunca quiso publicar por considerarlo de baja calidad, y lo elegimos como un homenaje a él, y también porque es un grupo que no tiene temor a la imperfección. Preferimos hacer una atmósfera que provoque un minuto de emoción antes que crear un espectáculo perfecto”.

Esa era una de las características de los juglares. No se imponían con majestuosas presentaciones sino que improvisaban sobre la marcha según el interés del público. Y bajo esta idea han recorrido durante estos 16 años varias ciudades de Europa y de América con un repertorio que no sólo incluye poemas del siglo XII sino también vates contemporáneos como Borges y Lorca.

Una maleta es el único elemento que siempre los acompaña durante sus largos recorridos. En ella guardan carteles, bolsos, una pequeña grabadora, libros y pancartas. “Nos ganamos la vida llevando la poesía de un lugar a otro. A todos les gusta la poesía y nosotros hacemos que les llegue para que ni siquiera tengan que ir a buscarla”, dice Alegre.

Asimismo ‘Silbo Vulnerado’ ha retomado la figura de los bululús, también declamadores pero del siglo XVII, que hablaban en lugares públicos a cambio de alguna propina que les permitiera trasladarse de ciudad en ciudad. En Bogotá Alegre y sus amigos llevan varias presentaciones en el colegio Reyes Católicos y esta semana van a recitar en la Universidad de los Andes, en la facultad de bellas artes de la Nacional, en el centro cultural Artificios y en el Don Bosco de Ciudad Bolívar. Convencidos de su aceptación, no dudarán en seguir promoviendo su objetivo: “La poesía está hecha para ser dicha y escuchada y vuelta decir, para poder ser aprendida de memoria y circular de boca a oreja. No busca morada, sino viaje”. n