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Y DESPUES DICEN

2 de marzo de 1998

Los lugares comunes no son comunes, sino cómodos y facilistas y por eso es tan difícil extirparlos del cerebro de la llamada opinión pública. Por ejemplo, un lugar común es decir que a nadie le interesa la poesía, que nadie compra un libro del género. Y pueden asistir 10.000 personas a un evento poético o venderse muy bien un libro y nada: el lugar común sigue tan campante. Tal reflexión surge a raíz de la suerte y ventura corridas por la Antología de la poesía colombiana, realizada por Rogelio Echavarría para el Ministerio de la Cultura y El Ancora: apareció a mediados de diciembre pasado y hoy, mes y medio después, ya se agotó la primera edición y está en camino la segunda. Y no es un libro nada barato.