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DESTINO FATAL

Aparecen las biografías de Isadora Duncan e Isabelle Eberhardt, dos grandes mujeres con tristes finales.

6 de noviembre de 1989

"Isadora le dice que no con un movimiento de cabeza y se echa atrás el chal con un gesto amplio. "Bugatti" da una vuelta de manivela y se instala al volante. Isadora se vuelve hacia Mary y agita el brazo mientras grita:

- ¡Adiós, amigos, me voy a la gloria! El coche toma la Promenade des Anglais. Al frente, el mar hincha sus amplias velas negras. El chal de Isadora flota bailando, luego cae al ritmo de las olas y se arrastra por el suelo.

- ¡El chal, Isadora, el chal!
El grito de Mary se pierde en el viento. Cien metros más adelante, los flecos se meten entre la palometa y el cubo de la rueda. El coche se levanta.
Mary se precipita. La cabeza de Isadora se dobla hacia atrás. Se aplasta contra la lona. Desnucada. Estrangulada por el chal rojo. De un golpe seco". Así termina el libro escrito por Maurice Lever sobre Isadora Duncan. Así era su vida, un torbellino, una danza, un gesto nervioso, una impaciencia que nada ni nadie pudo frenar ni disminuir. Su pasión por el baile, sus ansias de liberación en una época en que la mujer debía estar dominada por la moral y las apariencias, la convirtieron desde muy joven en un ejemplar curioso, extraño para los más apacibles.

Sobre este personaje han aparecido numerosos estudios críticos y humanos, desde las memorias del director Jean Negulesco, pasando por el libro de Víctor Serov, hasta llegar a los trabajos de William Weaver y Anne Manson. En todos ellos asoma una mujer tempestuosa que en el cine, entre otras actrices, fue interpretada con garra por Vanessa Redgrave. En este libro estupendo de Maurice Lever está de cuerpo entero este personaje que en algunos aspectos sigue siendo un enigma, desde su reencuentro con el padre que no conocía, hermoso y elegante, desde su nacimiento el 26 de mayo de 1877. Descendiente de irlandeses, creció en San Francisco con sus hermanos Elizabeth, Augustin y Ray mond. En la vida de Isadora hay un momento mágico: cuando descubre que nació para bailarina, la mejor, y tiene dotes para enseñar a los demás.
A esa doble misión dedicaría su vida y moriría por ella. La sangre irlandesa que la sacudía haría más tormentoso su oficio y a los 12 años ya no cabían los alumnos en su casa. De ahí en adelante el libro intenta captar el torrente en que se convierten los días y especialmente las noches de esta mujer, los famosos que entran y salen de su vida, Cocteau, Colette, Lorrain, Loti, Morand, Proust, Wilde, Zweig, la lista es interminable mientras los hombres que la aman comprenden que esa mujer alta y sensual no es de este mundo. Es una diosa y algunos, bajo las sábanas, serán incapaces de poseerla porque el impacto que reciben es demasiado fuerte. Símbolo perfecto y hermoso de la liberación femenina, Isadora seguirá siendo un personaje atractivo para lectores y biógrafos, temblorosa y sensual abierta toda. Expuesta a todos los dolores, las angustias y la soledad de los elegidos.

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"Isabelle Eberhardt"
Eglal Errera - Biografía - Editorial Circe 376 páginas
El 21 de octubre de 1904 la ciudad de Ain-Sefra, en el sur de Argelia, fue cubierta por una crecida salvaje y sorpresiva del río que la atraviesa, el que destruyó y cubrió con barro amarillo una extensa zona y produjo una víctima célebre, la escritora Isabelle Eberhardt, quien a los 27 años había vivido y experimentado más que cincuenta personas juntas. Era el final trágico de una aventura llena de contradicciones, enfrentamientos, fantasmas y dudas. No era una vida fácil .

Rebelde: así ha sido recordada durante todos estos años una mujer que nació en Ginebra en 1877, hija de una alemana luterana, quien a su vez era hija de una muchacha soltera y un judío ruso. La leyenda alrededor de esta muchacha ha llegado a afirmar que Isabelle era hija del poeta Rimbaud, por las relaciones que la madre sostiene con los artistas e intelectuales de la época. De todos modos, a Isabelle le fascina alterar las fechas, los lugares, los nombres y los personajes que tienen alguna relación con ella. En los manuscritos que las cuadrillas de rescate encontraron junto a su cadáver sucio de fango, el lector puede ir armando una identidad que sigue fascinando a muchos, como lo prueba esta nerviosa biografía.

Isabelle era sensible, demasido sensible, sufría con el sufrimiento ajeno y en medio de esa atmósfera de artistas, refugiados y anarquistas que invadían su casa, fue creciendo una fascinación casi suicida por los personajes y los lugares del Oriente, el desierto, los camellos, los dátiles, las tormentas de arena. Después de estudiar árabe, marcharse a Argelia y convertirse al islamismo se dedicó, vestida de hombre, a recorrer el norte de Africa acampando con las tribus, durmiendo bajo las estrellas y haciéndose amiga de militares franceses que buscaban la pacificación de esa parte del mundo.
Después de haberlo tenido todo, vivia pobremente en esa ciudad argelina cuando la muerte y la avalancha la sorprendieron. Dejó sus "Diarios" y otros libros, testimonios de un alma atormentada y rebelde que logró algunas de las descripciones más hermosas e imaginativas sobre una tierra que poco a poco le ha devuelto la obsesión que ella sentía. Son emocionantes los cuadros, las descripciones, los diálogos, los recuerdos, los dolores recogidos en esos Diarios que le convierten, en algunas páginas, en verdadera travesia del infierno que todos temen tanto. Esta biografía ayuda a comprenderlo mejor.