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El amor de la A a la Z

Una divertida comedia brasileña denuncia, con algo de cinismo y acidez, esa enfermedad propia de los humanos que llamamos amor.

29 de mayo de 2000

Diccionario, por lo general, suele ser sinónimo de cátedra. Y la cátedra, por lo general, suele ser sinónimo de aburrición. Pero en el caso de El diccionario del amor estas premisas carecen de validez porque se trata de una película muy divertida de principio a fin. Divertida y corrosiva, además, porque, a diferencia de los metódicos y asépticos diccionarios, en este las definiciones fluyen con una gracia y un desparpajo pocas veces vistos por los lados de la Real Academia de la Lengua. En realidad este diccionario no es más que un pretexto para contar la historia de amor entre Gabriel (Daniel Dantas) y Luiza (Andrea Beltrão), que como dato irónico nace en un encuentro fortuito en un cementerio. O, mejor, esa historia de amor más bien normal es el pretexto para armar este diccionario. En fin, lo único claro es que cada escena de este romance tiene como fin definir alguna palabra: expectativa, felicidad, fuego, juramento, nostalgia, por sólo citar algunas al azar. Pero eso no es todo. Además del par de tórtolos que del encantamiento y la magia pasan al desencuentro y la incomunicación de la rutina, están Marta (Mónica Torres) y Barata (Tony Ramos), amigos del alma de cada uno de los protagonistas. Marta, la íntima de Luiza, dispara a cada rato unas estadísticas que nadie sabe de dónde saca. “Las estadísticas no mienten”, repite a cada rato, y con ellas intenta demostrar cuán absurdo es enamorarse. Para la muestra, un botón: “Atracción. ¿por qué las mujeres se enamoran? El 40 por ciento se enamoran por atracción física. El 32 por ciento porque quieren tener hijos. El 18 por ciento por una cierta afinidad sicológica. El 8 por ciento necesita de alguien para compartir los gastos y, según la investigación, el 2 por ciento porque son estúpidas”. Por su parte Barata, biólogo como su amigo Gabriel, se apoya en sus conocimientos del comportamiento de los primates y otros mamíferos para acabar con el mito del amor. Este contrapunto entre la historia de los protagonistas y los comentarios de sus amigos le dan un ritmo muy especial a la película que, además, viene acompañada de una banda sonora en la que comparten créditos músicos consagrados, como Chico Buarque y Tom Jobim, con nuevos exponentes de la canción brasileña. Al final el espectador no sabe si creer o no en el amor, si darle la razón a Marta y sus estadísticas y a Barata y sus anotaciones sobre la vida sexual de los chimpancés y los macacos rhesus. Lo que sí queda es la sensación de que valió la pena invertirle hora y media a este diccionario que desnuda los vicios del machismo y pone en estado de alerta a los recién enamorados acerca de los peligros de dejarse llevar por la rutina y por los paradigmas establecidos de la vida en pareja.