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La ceremonia de entrega de los premios Óscar será el domingo 26 de febrero.

CINE

El año de la nostalgia

Ha llegado, una vez más, el momento de predecir quiénes serán los ganadores del Óscar. Y todo parece indicar que 'El artista', una pequeña película muda de origen francés que ha conseguido encarnar las añoranzas de un Hollywood amenazado por la era digital, se llevará los principales premios de este año. Por Ricardo Silva Romero.

18 de febrero de 2012

odo se consigue en internet. Todo se consigue en los semáforos. Y, en medio de las virulentas persecuciones a los piratas de la web y de la calle (una guerra tan inútil, a la larga, como la guerra contra las drogas), los principales cineastas del mundo han vuelto la mirada a un tiempo en el que el cine sucedía en una pantalla gigante. El cine era una experiencia sobrecogedora, una mudanza a otro planeta, una misa laica. Pero millones de espectadores se han acostumbrado, hoy, a ver las superproducciones más anodinas en los computadores más solitarios. Suena obvio en este punto de la historia, claro que sí, pero, para dar por vistos los largometrajes de cartelera, a los clientes de estos días les basta con verlos en la 'pantalla completa' de los portátiles. Y los grandes directores de nuestro tiempo, toda una generación de artistas que aprendió a amar a las películas durante el 'nuevo Hollywood' de los setenta, se han visto en la obligación de inventarse relatos nostálgicos -relatos que solo pueden ser apreciados de verdad si se ven en los teatros- para que no se olvide que hubo un tiempo en el que el cine dejaba con la boca abierta.

Revisen la lista de las nominadas al premio Óscar de este año. Revisen, para no ir más lejos, las nueve candidatas a llevarse el título de la mejor película producida en 2011: todas narran alguna clase de nostalgia -El árbol de la vida busca la infancia, Caballo de guerra persigue el coraje de las naciones, Los descendientes recuerda a los antepasados, Historias cruzadas describe las luchas que no pueden perderse, La invención de Hugo Cabret recrea una época en la que el cine era lo mismo que la magia, El juego de la fortuna investiga la dignidad que fue posible hace apenas diez años, Medianoche en París revive el presente gracias al fantasma de los años veinte y Tan fuerte y tan cerca trata de regresar a una Nueva York que tema un poco menos- pero sobre todo ponen en escena la nostalgia por el cine, el anhelo por entrar en las salas de cine para hacer un paréntesis al drama de cada día, el dolor -de una generación en vías de extinción- que produce el hecho de sentir el cine tan lejos.

Las nueve nominadas a mejor película han sido editadas por la nostalgia: eso es. Y ha sido aquella actitud de "rescatar del olvido al espectáculo cinematográfico" ("imaginen que desaparecieran las estatuas y las pinturas y los monumentos", reclamaba Martin Scorsese el fin de semana pasado en una entrevista con el Daily News) la que ha convertido a El artista, una pequeña película muda de origen francés que cuenta una historia semejante a la de Cantando bajo la lluvia, en la favorita para llevarse los principales premios de este año.

No se puede jugar a predecir los ganadores del Óscar con el corazón en la mano. El Óscar es un juego que conocemos de memoria. Y, a estas alturas, es claro que no hay que imaginar lo que uno quiere que suceda sino lo que tiende a suceder. Esta vez, según lo que ha ocurrido durante las semanas pasadas en las premiaciones de los sindicatos de la industria, en la aburridísima entrega de los Globos de oro y en las ceremonias que han estado llevándose a cabo en las ciudades más cinéfilas de Europa, lo más probable es que El artista se quede con los premios más visibles de la noche: no es, de ninguna manera, la mejor película del año, pero tiene de su lado el lobby imbatible de The Weinstein Company, una innegable calidad que emociona al espectador más hastiado de la vida y el hecho de que resume mejor que las demás nominadas -o sea: de manera más evidente- el anhelo que está sintiendo Hollywood por aquellos tiempos en los que los estudios eran fábricas de mitos.

Mejor película:
‘El artista’

¿Por qué va a ganar?: porque, sobre la base de su entrañable homenaje al cine de Hollywood, y gracias a su sentido del humor, del drama y de la nostalgia, The Weinstein Company ha conseguido que El artista se convierta en la película de moda. Las otras nominadas: El árbol de la vida, Caballo de guerra, Los descendientes, Historias cruzadas, La invención de Hugo Cabret, El juego de la fortuna, Medianoche en París y Tan fuerte y tan cerca. Quién puede dañarlo todo: La invención de Hugo Cabret, la rival más clara de El artista, recibirá una manotada de premios técnicos que aliviarán la culpa de la Academia. Los descendientes se llevará, como premio de consolación, el reconocimiento al mejor guión adaptado. O sea que la más segura candidata a arruinar la fiesta es la taquillerísima Historias Cruzadas: el racismo –favor recordar Crash– sigue siendo un tema que fascina a los 6.000 votantes de la organización. En un mundo justo: La invención de Hugo Cabret se llevaría el Óscar a la mejor película del año.

Mejor director:
Michel Hazanavicius por ‘El artista’

¿Por qué va a ganar?: los rumores en las proyecciones especiales organizadas por la Academia de Hollywood, el oportuno reconocimiento en los BAFTA que entrega la Academia Británica y el premio del sindicato de los directores, confirmaron que Hazanavicius es el cineasta a vencer este año. Los otros nominados: Woody Allen por Medianoche en París, Terrence Malick por El árbol de la vida, Alexander Payne por Los descendientes y Martin Scorsese por La invención de Hugo Cabret. Quién puede dañarlo todo: Scorsese, uno de los grandes directores de la historia del cine, tendría que recibir el premio por el que quizás sea el largometraje más personal de su impecable carrera.
En un mundo justo: cualquiera de los cuatro perdedores, cuatro cineastas de primer orden que han construido obras de suma importancia en las últimas cinco décadas, pondría el Óscar en alguna repisa de su casa. Y Spielberg no habría sido ignorado.
 
Otros premios:

Mejor fotografía: El árbol de la vida no se irá en blanco: le dará a Emmanuel Lubezki, el brillante fotógrafo mexicano que ha trabajado con Alfonso Cuarón, Tim Burton y Mike Nichols, su primer premio Óscar. Mejor banda sonora: la música compuesta por Ludovic Bource no solo le da más fuerza a la historia sino que se convierte en uno de los personajes principales de la ingeniosa El artista. Mejor canción: el comediante australiano Bret McKenzie, conocido por la serie de culto Flight of the Conchords, compuso la canción más divertida de 2011: la ya clásica Man or Muppet. Mejor guión original: premiar el guión de la contagiosa Medianoche en París es premiar –o mejor: recordar que no se debe volver a menospreciar– la carrera asombrosa de uno de los grandes artistas norteamericanos de la historia: Woody Allen. Mejor guión adaptado: premiar el de Los descendientes, inspirado en una novela hawaiana, es la mejor manera de reconocer otro brillante trabajo de Alexander Payne. Mejor película animada: la maravillosa Rango, un homenaje al espagueti western en forma de película de niños, se quedó sin competencia en el mismo momento en que fue ignorada la mejor producción animada del año: Las aventuras de Tintín de Steven Spielberg. Mejor película extranjera: no hay nada qué hacer: la iraní Una separación, nominada también por su guión original, ha ganado 44 premios internacionales hasta este momento. Mejor documental: Paradise Lost: Purgatory de Joe Berlinger, la tercera entrega de aquella investigación tipo Truman Capote sobre un crimen brutal sucedido en Arkansas, competirá hasta el último minuto con Pina, un célebre documental en 3D filmado por el maestro alemán Wim Wenders.
 
Mejor actor principal:
Jean Dujardin por ‘El artista’

¿Por qué va a ganar?: porque, cuando todo parecía indicar que George Clooney recibiría su segundo Óscar por la extraordinaria interpretación que lleva a cabo en Los descendientes, Dujardin se convirtió en la revelación a reconocer en voz alta; porque, amparado por el siempre efectivo lobby del productor Harvey Weinstein, el actor francés se ha ido volviendo una de las figuras más populares del Hollywood de estas semanas; porque ha estado recibiendo, desde el SAG hasta el Globo, los principales premios del año. Los otros nominados: Demián Bichir por Una vida mejor, George Clooney por Los descendientes, Brad Pitt por El juego de la fortuna y Gary Oldman por El topo. Quién puede dañarlo todo: Clooney, tan popular entre los críticos como en los círculos de poder de la industria, hace el mejor papel de su carrera en la mejor película de su carrera. En un mundo justo: Leonardo DiCaprio, soberbio en J. Edgar y menospreciado por la Academia desde que el pobre tiene uso de razón, sería uno de los más firmes candidatos en esta categoría.

Mejor actor de reparto:
Christopher Plummer por ‘Así se siente el amor’

¿Por qué va a ganar?: no solo porque se ha llevado los más importantes premios de la temporada, desde el Globo de oro hasta el reconocimiento del National Board of Review, sino porque se trata de una manera inmejorable de celebrarle al capitán Von Trapp de La novicia rebelde los sesenta años de su carrera extraordinaria. Los otros nominados: Kenneth Branagh por Una semana con Marilyn, Jonah Hill por El juego de la fortuna, Nick Nolte por Warrior y Max von Sydow por Tan fuerte y tan cerca. Quién puede dañarlo todo: el único que podría haberle arrebatado a Plummer la estatuilla, el gran comediante Albert Brooks, no fue nominado: Brooks, aplaudido por la crítica tras interpretar a un villano psicopático en la estupenda Drive, era el favorito de los especialistas, pero la Academia de Hollywood lo ignoró. En un mundo justo: Viggo Mortensen habría recibido al menos una nominación por encarnar a Sigmund Freud, bajo la dirección de David Cronenberg, en la versión cinematográfica de Un método peligroso.
 
Mejor actriz principal:
Viola Davis por ‘Historias cruzadas’

¿Por qué va a ganar?: hubo un momento, hace apenas un mes, en que era más que seguro que Meryl Streep se llevaría el enésimo Óscar que se merece de sobra, pero entonces, de la nada, Davis se llevó el premio de los actores: el SAG. Y ahora es claro que la Academia, cuyos miembros suelen marchar hacia el mismo lado en el último minuto, ha encontrado en la gran actuación de Davis una forma de seguir reconociendo uno de los peores lunares de la historia estadounidense: el racismo. Las otras nominadas: Glenn Close por Albert Nobbs, Rooney Mara por La chica del dragón tatuado, Meryl Streep por La dama de hierro y Michelle Williams por Una semana con Marilyn. Quién puede dañarlo todo: Streep ha caído en el limbo en el que caen los artistas más brillantes: sus contemporáneos, acostumbrados
a un talento que tendría que seguir maravillándonos a todos, han caído en la trampa de pensar que premiarla es una obviedad. En un mundo justo: la inglesa Tilda Swinton, ganadora de un Óscar, habría sido reconocida por su impresionante interpretación en We Need to Talk About Kevin.

Mejor actriz de reparto:
Octavia Spencer por ‘Historias cruzadas’

¿Por qué va a ganar?: porque, a ojos de las trece organizaciones que la han premiado hasta el momento, ha sido más que claro que consigue darle cuerpo y voz al mejor personaje de la conmovedora Historias cruzadas: su Minny Jackson, una sirvienta dispuesta a todo con tal de recobrar su dignidad, se roba por completo la película. Las otras nominadas: Berenice Bejo por El artista, Jessica Chastain por Historias cruzadas, Melissa McCarthy por Damas en guerra y Janet McTeer por Albert Nobbs. Quién puede dañarlo todo: nadie, ni siquiera la divertida Melissa McCarthy, célebre por su extrañísimo papel de madrina burda en la comedia Damas en guerra, va a quitarle a Spencer una estatuilla que le tienen reservada tanto su talento como la corrección política de la Academia de Hollywood. En un mundo justo: Shailene Woodley, la actriz que interpreta a la hija mayor de Los descendientes, habría recibido una nominación por su gran trabajo.