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EL ARTE DE CONTAR

En el mismo estilo de El mundo de Sofía, un nuevo best seller escrito por un poeta alemán descubre para los jóvenes el fascinante mundo de las matemáticas.

2 de marzo de 1998

Se llama Hans Magnus Enzensberger, y aunque su nombre no es muy conocido en Colombia, en Europa ocupa desde hace varios meses los primeros lugares en las ventas de libros. Y no precisamente por sus sesudos ensayos sobrelos temas de la actualidad alemana y del antiguo continente, o por sus recopilaciones de poemas dedicados a la cotidianidad. El secreto de su éxito radica en haber hecho descender las matemáticas de su pedestal científico sólo accesible a los iniciados y convertir el arte de los números en una diversión al alcance de cualquier mortal. Su libro, El diablo de los números, ha sido escrito en el mismo estilo de El mundo de Sofía, ese otro best seller que causó sensación internacional hace algunos años por su ameneidad y pedagogía con que acercó la historia de la filosofía a miles de prevenidos lectores. Sólo que Enzensberger se ocupa poco del desarrollo de las matemáticas a lo largo de los siglos para centrarse en la matemática misma, con todas sus complejidades y sus ilimitadas posibilidades de asociación. La serie de ilustraciones sobre el tema de la diseñadora Rotraut Susanne Berner, facilitan la comprensión de la lectura. A los pocos días de aparecer el libro en Alemania ya se habían vendido más de 80.000 ejemplares, mientras en España dobló el récord de El mundo de Sofía al vender más de 100.000 en los primeros dos meses, y en Italia superó la cifra de 45.000 ejemplares en dos semanas. En Colombia acaba de llegar a las estanterías y es de esperar que el fenómeno sea similar. Su hija de 10 años, una inquieta estudiante a punto de descubrir los tormentos del aprendizaje de uno de los cocos más grandes del currículum escolar, le sirvió de inspiración a Enzensberger para inventar una historia simpática y divertida para ayudarla a entender el arte de los números sin recurrir a pesadas teorías y ecuaciones. El protagonista de su libro es Robert, un niño que sueña todas las noches con un pequeño diablo al que le gusta alardear de matemático y quien se encargará de llevar a Robert por una senda insospechada de asociaciones aritméticas basadas en los dos números más importantes de las matemáticas: el uno y el cero. Por supuesto, este es sólo el inicio de una aventura que se irá volviendo cada vez más compleja pero que de la mano de aquel travieso demonio se hace llevadera y comprensible. El viaje onírico de Robert le ayudará a entender la noción del infinito, los números quebrados, las raíces cuadradas, los números primos y los irracionales, los principios pitagóricos y otros tantos descubrimientos matemáticos, gracias a las enseñanzas de un brujo juguetón que concibe a los números como sus amigos. A lo largo del libro Enzensberger también propone ejercicios que le sirven al pequeño lector a iniciarse en la geometría y sus curiosas complejidades. Aunque el autor ha sido enfático en afirmar que su idea no es reemplazar el modelo de enseñanza de las matemáticas en las aulas, sí pretende cambiar la idea generalizada de que las matemáticas son aburridas. "El pensamiento matemático no se da verdaderamente en la escuela, comenta Enzensberger. Y eso es algo que no hace justicia con los matemáticos, pues las matemáticas son de todo, menos aburridas. Son tan interesantes que cuando uno cae en la cuenta puede llegar al entusiasmo más puro". Y eso es lo que está provocando Enzensberger con El diablo de los números, cuyo índice de ventas se ha encargado de demostrar, entre otras cosas, la avidez de los no iniciados por acercarse a un tema que hasta el momento les había sido prácticamente vedado.