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EL ARTE DE SALVAR RECUERDOS

La casa de las Marías, en Pamplona, donde tantas veces se hospedó Bolívar camino a Venezuela, albergará ahora la obra de 36 importantes artistas colombianos.

13 de julio de 1992

LAS CINCO DE LA TARDE LAS CAlles de Pamplona se llenan de sacos azules y de faldas a cuadros. De sacos rojos y de pantalones grises.
Una algarabía como de circo de paso se toma la plaza. Los estudiantes han terminado su jornada. Las colaciones, recién sacadas del horno, se agotan antes de la puesta del sol. Hace muchos años, cuando Pamplona era ya uno de los primeros centros estudiantiles del país, Eduardo Ramírez Villamizar también recorría, todas las tardes, esas calles empedradas por donde sube la brisa húmeda del río Pamplonita. Allí nació y allí vivió sus primeros años.
Cuando dejó su ciudad, todavía era muy joven como para que alguien sospechara que habría de convertirse en uno delos escultores que más nombre le ha dado a Colombia. Sólo los dibujos que dejó entre los armarios de la casa del abuelo sabían, desde entonces, que a su autor la historia del arte le había reservado un lugar tan especial.
Ramírez Villamizar vivió en Cúcuta, vivió en Bogotá y volvió a nacer en París, donde descubrió que esas planchas con motivos figurativos con las que se paseaba por los Campos Elíseos debían girar hacia la abstracción.
Más adelante comprendió que, a pesar de ser un buen pintor, lo suyo era la escultura.
En su memoria de artista, una memoria que logra rescatar imágenes que apenas llegan a insinuarse más allá de lo aparente, el escultor nortesantandereano almacenó durante años esos pedazos de vida que se fueron quedando en diversos rincones del mundo. Pero a medida que avanzaba en el tiempo, y descubría que la verda dera razón de su obra estaba en su tierra, fueron tomando cada vez más fuerza los recuerdos pamploneses. Los que lo marcaron para siempre. Los que imprimieron carácter. El olor de los duraznos de su casa paterna se hizo más evidente que el aroma de los castaños parisinos.
Tanto así que algún día, hace unos 12 años, quiso volverse a asomar desde esos balcones donde veía pasar los desfiles de Semana Santa. Pero su casa se había convertido en un edificio de oficinas para abogados. Se acordó entonces de la casa de las Marías, con su fama de ser la más bella del pueblo. Y allí, en esa construcción colonial donde se hospedó Bolívar las siete veces que pasó por Pamplona, decidió darle forma al Museo de Arte Moderno Ramírez Villamizar, en un intento por salvar los recuerdos de su infancia.
Restaurada de manera ejemplar, la Casa de las Marías alberga hoy 36 esculturas del pamplonés. Y dentro de pocos días, con bombos y platillos, el museo les dará la bienvenida a las 36 obras que acaban de donar destacados artistas del país. Allí estarán, pues, entre otros, Luis Caballero, Juan Antonio Roda, Santiago Cárdenas, Carlos Rojas, Manuel Hernández, Miguel Angel Rojas y Bernardo Salcedo, en los salones donde Bolívar varias veces comentó los avances de la campaña libertadora.