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EL ARTISTA COMO ILUSTRADOR

Una muestra organizada por el Museo de Arte Moderno de New York y presentada en Barranquilla, presenta 28 artistas de gran renombre internacional.

14 de junio de 1982

En el Salón Cultural de Avianca en Barranquilla se inauguró recientemente la exposición "Artistas Modernos como Ilustradores", la cual fue organizada especialmente por el Museo de Arte Moderno de Nueva York para ser presentada en algunas ciudades de Asia y América Latina. La muestra que incluye obras,en diversas técnicas, de 28 artistas de gran nombre internacional, ofrece un claro e interesante panorama de los aportes que han representado para la historia de la ilustración los más caracterizados movimientos pictóricos del Siglo XX.
En efecto, un cuidadoso recorrido de la exposición permite, por ejemplo, comprobar que en ella se hallan incluidos trabajos realizados según los objetivos del Fauvismo, el Cubismo, el Expresionismo, Dada, el Surrealismo, el Expresionismo Abstracto, el Pop, el Minimalismo y el Conceptualismo haciendo posible, por lo tanto, un recuento bastante completo de los argumentos estilísticos de la vanguardia artística a partir de 1900. La muestra permite así mismo apreciar las numerosas técnicas que en las últimas décadas han sido utilizadas con fines ilustrativos (puntaseca, aguafuerte, aguatinta, xilografía, serigrafía, litografía, etc.), algunas de las cuales no tenían precedente en la historia del libro.
La exposición, sin embargo, resulta atrayente y profunda porque señala con claridad y con oportunos y finos ejemplos, la evolución que el concepto ilustración ha experimentado en los últimos años. Después de estudiarlo, no queda duda respecto a que dicho término tiene hoy poco que ver con lo que se entendía por ilustración a comienzos de siglo, es decir, con la representación literaria de anécdotas. De ahí que en el completo y didáctico catálogo que acompaña la muestra, Riva Castleman afirme que en este momento "quizá la palabra iluminación, característica de una manifestación más temprana de este tipo de obra (los manuscritos miniados), explique mejor la contribución del artista moderno, puesto que muchas veces la relación entre la parte pictórica y la textual es más estétiea que descriptiva".
La muestra incluye, desde luego, algunos libros en los cuales coinciden en forma cercana la imagen y el texto. Las ilustraciones a la "Biblia", de Chagall, por ejemplo, representan en su lenguaje plastico característico pero de manera perfectamente reconocible, los sucesos de mitología judeocristiana tan prominentes en la temática de este maestro. Igualmente, las obras de Rouault y de Matta están directamente relacionadas con la descripción literaria, pero estos artistas trabajan sobre sus propios poemas lo que les otorga especial armonía y un sentido distinto a la idea de ilustrar.
Las ilustraciones de Picasso para la "Historia Natural de Buffon" también corresponden en forma cercana con la temática del libro, pero en este aparecen numerosas imágenes sin texto dado que el artista, ya con un concepto totalmente nuevo de la ilustración, estaba creando su particular visión de un bestiario sin buscar convergencias con su descripción en palabras. El mismo Picasso, para el "Saint Martorel" de Max Jacob, realiza aguafuertes de estilo cubista (que por consiguiente trascienden los fines de una afirmación puramente anecdótica) certificando así, desde 1911, que para el artista moderno ilustrar puede consistir en complementar el espíritu de la publicación, o en reafirmar su carácter, sin tener que ceñirse fielmente a la narración literaria. Esta misma acepción del término ilustración se halla representada en la muestra a través de trabajos como los de Gris y Villón.
Para Matisse, por otra parte, la ilustración de libros se convirtió en motivo de experimentación técnica logrando los colores más vivos e intensos que se hubieran impreso hasta entonces, en su libro "Jazz" de 1947, algunas de cuyas páginas se presentan en la exposición. Matisse, además, al igual que Miró, aprovecha sus textos como elemento visual integrándolos cuidadosamente al diseño de sus publicaciones.
Mediante trabajos más recientes de artistas como Motherwell, Broodthaers y Lewitt, finalmente, la muestra enfatiza la orientación cada vez más conceptual que ha tomado el aspecto visual de los libros. Motherwell, por ejemplo, se basa en grabados para ilustrar sobre técnicas de calidad tan distinta como la pintura; Broodthaers reemplaza totalmente las letras por barras negras que cambian según la longitud de las líneas; y Lewitt, como resumiendo la independencia total que para el artista moderno significa ilustrar, prescinde por completo de la literatura, concentrándose en cambio en la imagen que hila de acuerdo con las exigencias de las publicaciones impresas.
Aparte de los artistas mencionados, la exposición incluye obras de Laurens, Leger, Derain, Kirchner, Beckmann, Chirico, Moore, Arp, Ernst, Tanguy, Warhol, Dine, Johns y Uecker, lo cual la sitúa como una de las muestras más completas sobre arte moderno que se hayan visto en Colombia. La tesis de que "el fenómeno de un pintor o de un escultor de tiempo completo que deja el pincel o el cincel para ilustrar el texto de un escritor llegó a su cumbre creativa en el Siglo XX", queda perfectamente establecida a través de los valiosos ejemplos que la conforman. Es por ello una lástima el que por motivo de la construcción del edificio del Museo de Arte Moderno de Bogotá, "Artistas Modernos como Ilustradores" (que fue también presentada en Medellín y Cali) no hubiera podido ser apreciada por el público capitalino.