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Manuel Borras fundó hace 30 años la editorial Pre-textos junto a un par de amigos. Hoy día es una de las editoriales pequeñas más importantes de España

Libros

“El catálogo es la obra de un editor”

La editorial Pre-Textos de España cumple 30 años de fundada. Su labor ha sido reconocida con varias distinciones. Hoy día son un modelo de editorial independiente que produce libros de calidad.

25 de noviembre de 2006

En septiembre de 1976, el valenciano Manuel Borras, de apenas 17 años, fundó la Editorial Pre-Textos en compañía de sus amigos Silvia Pratdesaba y Manuel Rodríguez. Era el final del franquismo y el comienzo de la transición democrática. Su proyecto inicial fue recuperar la memoria republicana del exilio. Aunque provenía de una familia monárquica liberal, veía la necesidad de encontrar lazos de unión en un país todavía dividido. Inicialmente, figuras importantes como Juan Larrea y Ramón Gaya aceptaron ser editados por él. Sin embargo, encontraron algunas resistencias de otros republicanos debido a su origen. Eso los llevó a incursionar en las traducciones y publicaron a los nuevos filósofos franceses -Gilles Deleuze, Jacques Derrida-, lo que le dio mucho prestigio a su editorial y los hizo visibles en América Latina. Al cumplir 30 años, su catálogo ofrece 670 títulos y varias colecciones consolidadas. SEMANA conversó con Manuel Borras en Bogotá.

SEMANA: A veces la gente no distingue muy bien el papel del editor. ¿Qué es en realidad un editor?

MANUEL BORRAS: Antes que nada es un buen lector. Es alguien que ha sido seducido por una lectura y quiere transmitirles a los otros esa alegría. Es un mediador que reúne dos mundos que aparentemente están separados: el mundo de los creadores y el de los lectores. Yo me guío por esta filosofía: los libros que te han ayudado a vivir a ti son susceptibles de ayudar a vivir a los otros.

SEMANA: ¿Cómo puede sobrevivir una editorial pequeña en una época de grandes grupos editoriales?

M.B.: Las pequeñas editoriales tienen mucha más oportunidad de supervivencia de lo que la gente les cree. Necesitan un mínimo de recursos. En Pre-Textos somos seis personas y no necesitamos vender más de 3.000 ejemplares de un libro -aunque en algunos casos hemos superado los 10.000 con un título- mientras que un editor a escala mayor necesita a veces hasta 120 personas y vender al menos de 25.000 ejemplares. Eso obliga a producir un best-seller a la fuerza e implica una multiplicación absurda de novedades. La naturaleza de la cultura es lenta, posee un ritmo más asentado.

SEMANA: ¿Cómo cree que perciben los lectores esos cambios?

M.B.: El error de las grandes editoriales está en haber sustituido la figura del lector por la figura de público. Al lector no se le puede dar gato por liebre porque tarde o temprano lo cobra. Al lector gustoso no se le puede engañar más de una vez. Lo he comprobado en las ferias del libro donde se acercan a nuestro stand y dicen estar hartos de determinadas editoriales. Hay que ser leal al lector tratando de aplicar criterios de excelencia. La obra de un editor es su catálogo. Un catálogo es un conjunto de voces que tienen cierta armonía y son afines a ciertos lectores.

SEMANA: ¿Cuál es la particularidad de Pre-Textos?

M.B.: Nosotros actuamos por selección y no por acumulación. No publicamos toda la obra de un autor, sino sus mejores libros. También, nos gusta proponer lecturas alternativas al canon vigente. Por ejemplo, en la colección Cosmópolis, reunimos libros en torno a ciudades: el París de Julián Green, el Berlín de Jules Laforgue, la otra Venecia de Pedrag Matvejecic.

SEMANA: ¿Qué autores ha descubierto?

M.B.: José Antonio Muñoz Rojas, gran poeta; Ramón Gaya, pintor excepcional y el mejor ensayista español del siglo XX; Andrés Trapiello: cuando empezamos ha publicarlo nadie lo leía y ahora es un autor muy importante en mi país.

SEMANA: ¿Cuál es su mayor satisfacción como editor?

M.B.: Cuando teníamos en prensa Voces de Marrakesh, de Elías Canetti -entonces un autor desconocido-, le dieron el premio Nobel de Literatura.