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EL COLOR DE LA REVOLUCION

Treinta artistas contemporáneos se unen a las celebraciones de la Revolución Francesa.

13 de noviembre de 1989

La libertad, la igualdad, la fraternidad son temas que están de moda hace 200 años. La Revolución Francesa los puso sobre el tapete en 1789 y desde entonces el mundo entero no ha parado de hablar de ellos. Han inspirado tratados filosóficos, sociológicos, históricos... En fin, casi ninguna rama del saber ha sido ajena a la influencia de uno de los hechos que dejaron una huella profunda en la historia de la humanidad.
El arte también se ha acercado al tema de diversas formas y por eso, desde la semana pasada, el Museo de Arte Moderno de Bogotá presenta una exposición que, bajo el título de "Visión del siglo XX sobre la Revolución Francesa", dibuja todo un panorama de lo que este hecho representa para los píntores de hoy en día.

Son 30 obras, de igual número de artistas de diferentes partes del mundo, en las que cada uno da testimonio de cómo viven, 200 años después, la Revolución. La idea nació del historiador francés Georges Soria, autor de la Grande Histoire de la Révolution Francaise, obra rica en grabados y reproducciones de la época. El último de los capítulos del libro está compuesto por las 30 obras que ahora están en el MAM, la gran mayoría de las cuales fueron encargadas por Soria a sus autores.

En ningún momento se trató de imponer a los artistas un criterio determinado. La intención fue la de tener un testimonio de la forma como estos artistas ven la Revolución desde la actualidad. En otros casos, no muchos, Soria tomó obras de artistas ya fallecidos o cuadros pintados con anterioridad, pero todos del siglo XX y relacionados con la temática revolucionaria.

El resultado es interesante. La idea de un hombre nuevo, de un orden que nace y de otro que muere, recorre la muestra de comienzo a fin. Las grandes masas, el fuego con sus secuelas de muerte y destrucción pero también de esperanza, están en el corazón de obras como "Muchedumbre", de Antonio Saura, y "El enjambre", de Roberto Matta. André Masson centra su trabajo en una figura humana que se estira para lograr toda su dimensión. El ruso Alexandre Tichler prefiere ver el asunto como el comienzo de un nuevo día para el hombre y así lo hace en su obra "La aurora".

En el grupo de obras que no fueron realizadas especialmente para el libro, se destacan una de Tal-Coat y otra de Marc Chagall. En "Maranne", TalCoat echa mano de uno de los símbolos de la Revolución para plasmar la euforia que le produjo, en 1945, el triunfo de la resistencia francesa ante el embate del nazismo. Por su parte, Chagall trabaja la idea de un nuevo estadio, una nueva vida, en su cuadro "Hacia otra claridad".

Son 30 artistas contemporáneos que, cada uno a su manera y desde su propia realidad, se enfrentan a uno de los momentos que más han influido en la historia del mundo.