Home

Cultura

Artículo

EL CONTRABAJO

Como parte de la obra 'Desvaríos' el contrabajista suizo Dargo Raimondi hace una elocuente muestra de su creatividad y talento interpretativo.

13 de julio de 1998

Dargo Raimondi ha dedicado su vida al contrabajo. Incluso se ha dado el lujo de construir su propio instrumento dándole nuevas características: una caja más pequeña, una quinta cuerda y un dispositivo electro-acústico que percibe la vibración de la madera y no así la de las cuerdas, como suele ser. Raimondi, quien nació en una población suiza cercana a la frontera italiana, se encuentra actualmente en Colombia, tomando parte de una obra teatral llamada Desvaríos, que por estos días presenta la fundación de teatro colombo-suizo Los Funámbulos. Allí, en su primera experiencia como actor, el artista no sólo aporta el aspecto musical de la obra sino que hace partícipe de la misma a su extraño contrabajo de color rojo. La capacidad interpretativa y la creatividad del artista suizo se dejan sentir durante la obra en los pasajes que son ambientados con su música. Una música que se deja tentar por una fusión de sonidos clásicos, ambientes jazzísticos y mucho de experimentación. En uno de los segmentos Raimondi hace una especie de presentación oficial de su instrumento el cual se convierte en un actor más de estos Desvaríos. Dargo Raimondi tiene una larga de hoja de vida que incluye estudios de jazz en la escuela musical de Lucerna, estudios de contrabajo con Bobby Burry, Andreas Pflüger y Andreas Cincera Zurigo. Ha tenido igualmente cursos de teoría, contrapunto, música para películas, composición, dirección, música africana con Papa Oyeah Makenzie y talleres con gente como Marc Dresser y el famoso bajista de jazz Johnny Patittucci. Igualmente, y en especial desde 1985, ha aportado su música para más de 10 obras de teatro y cuatro para espectáculos de danza, la última de ellas con una obra llamada L'Alchimista, que el año anterior realizó una gira por más de 30 ciudades en Europa. Raimondi también ha colaborado en cerca de una docena de grabaciones diversas para músicos suizos, italianos y alemanes y ha tocado con diversas orquestas sinfónicas y filarmónicas. La música de Dargo Raimondi brilla por su aspecto melódico, al que da un cuidadoso tratamiento y en el que deja sentir diversas influencias. En L'Alchemista, por ejemplo, experimenta dentro de sonidos orientales, para lo que se sirvió de la colaboración de músicos marroquíes y árabes. Una pequeña muestra de lo que hace este virtuoso se puede ver en la obra Desvaríos, que entre el 17 y el 27 de junio se presenta en el Teatro Libre de Chapinero en Bogotá, antes de que el intérprete suizo viaje al Festival Internacional de Lugano en Suiza.