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Varias veces el escritor Javier Marías ha criticado los fuertes recortes de presupuesto a la cultura ordenados por el presidente Mariano Rajoy.

POLÉMICA

El malestar de la cultura española

El rechazo del escritor Javier Marías al prestigioso Premio Nacional de Literatura de España es una muestra más de la tensión latente entre los intelectuales de su país y el gobierno actual.

27 de octubre de 2012

“Lamento no poder aceptar lo que en otras épocas habría sido motivo de alegría”, dijo Javier Marías el jueves en la rueda de prensa que convocó para explicar su decisión de rechazar el Premio Nacional de Literatura. El galardón le había sido concedido en la modalidad de narrativa por su novela Los Enamoramientos y él lo había rechazado instantáneamente al ser notificado por teléfono. El autor advirtió que para él era importante ser consecuente con las posturas que ha ido planteando por años y agradeció a los miembros del jurado por evaluar su obra y considerarla merecedora del premio. Pero dijo que su decisión de declinar era inapelable.

Marías publicó a los 17 años su primera novela, Los dominios del lobo. Ha enseñado en varias universidades, entre ellas la de Oxford, y publica en diferentes medios de comunicación, como el diario El País. Allí, en junio del año pasado, escribió una columna titulada ‘Contra el revesino’, en la que explicaba su postura frente a los premios estatales. Marías sostenía que estos galardones pueden caer en el vicio de honrar por la edad y no por el talento, y además ignoran a personajes importantes que mueren sin obtenerlos. Citó el ejemplo de su padre, el filósofo Julián Marías, quien nunca recibió el Premio Nacional. “Pensé que si él no mereció ese premio, a lo mejor yo tampoco era merecedor de ello”, escribió.

Por otra parte, Marías siempre se ha cuidado de mantener distancia con el poder. Su postura siempre ha sido pública y los jurados conocían la posibilidad de que el autor rechazara el honor. Ellos, sin embargo, mencionaron que su trabajo era escoger el mejor libro y no entrar en discusiones sobre si el escritor iba a recibir el galardón o no. El premio, entregado por el Ministerio de Cultura de España, viene acompañado por un cheque de 20.000 euros. El dinero permanecerá en el Ministerio y, aunque el autor no puede escoger su destino, mencionó que le gustaría que fuera utilizado en las bibliotecas públicas que no han recibido ningún dinero de presupuesto del gobierno para 2013.

La crisis, justamente, está en el corazón de esta polémica. La recesión ha afectado gravemente a la cultura y ha generado recortes en todo tipo de sectores como el cine, la televisión y los museos. Los espacios culturales han sufrido una reducción en el presupuesto del 70 por ciento en los últimos cuatro años. El museo El Prado y el Reina Sofía ya fueron afectados y son solo una de las muestras más visibles de los problemas financieros de la cultura en España. Marías ha sido bastante crítico de las políticas culturales del Partido Popular. A comienzos de mes el autor declaró que “los recortes en cultura emparentan al PP con el franquismo”.

En otras ocasiones también ha criticado al presidente del gobierno, Mariano Rajoy, de quien dijo en su columna de El País: “Personalmente, siempre me ha parecido un cabeza hueca, y así lo he manifestado en alguna ocasión: un hombre sin ideas y desde luego sin ímpetu, sin capacidad para entusiasmar a la gente, ni siquiera para crearle ilusión o esperanzarla”.

Marías no es el único intelectual que ha criticado a Rajoy y a los golpes que le ha dado a la cultura desde su elección. A finales de agosto, un grupo de empresarios culturales le envió una carta al presidente pidiéndole reconsiderar el alza del IVA del 8 a 21 por ciento, que afecta las entradas a cines, espectáculos de entretenimiento, teatros y museos, entre otros. Personalidades como Pedro Almodóvar y Miguel Bosé también se han manifestado públicamente en contra de las decisiones económicas del gobierno.

El acto de Javier Marías es un ejemplo de la tensa relación entre el gobierno español y el sector cultural. El autor aseguró que su rechazo del premio no responde a posiciones políticas. “Mi postura viene de antes”, declaró. “No tiene que ver en principio, en absoluto, con quien gobierne o deje de gobernar”, pero admitió que la crisis económica puede ser otro motivo que refuerza su postura. “Veo que este gobierno recorta en cultura, educación y sanidad pública, que son de las cosas que a la gente más le importan y más centrales para la sociedad”, concluyó.