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El taxista Felipe de las Aguas se ve forzado a convertirse en un superhéroe para enfrentar los abusos de los poderosos

CINE

El man

El bogotano Harold Trompetero ha logrado crear, en medio de una trama enredada, un divertido personaje popular. ** 1/2

Ricardo Silva Romero
25 de enero de 2009

Título original: El man.
Año de estreno: 2009.
Dirección: Harold Trompetero.
Actores: Bernardo García, Fernando Solórzano, Aida Bossa, Lorna Paz, Jaime Barbini.  

Tenemos enfrente una película que no engaña a nadie. Para empezar, se llama El man, su afiche es una artesanía luminosa, su tráiler es una mamadera de gallo que parodia el cine de superhéroes, y su personaje principal es un torpe taxista de bigote que le habla a la mamá como a un bebé. Así que estamos advertidos. Esas son las reglas. Quien espere algo diferente después de todo esto, quien no tenga claro que va a jugar el juego de una comedia popular, que vaya a quejársele al santo de su devoción. El man enfrenta a nuestro protagonista con un villano millonario, Federico Rico, que quiere someter a la gente de su barrio. Recrea los chistes de oficina, la estética de las tiras cómicas y las atmósferas de los más célebres comedias de la televisión (de Sábados felices a Chespirito) que nos han invadido desde los 70. Y recoge, de paso, el tema que suelen compartir las producciones colombianas: el de la explotación del desafortunado.

Y es que Harold Trompetero, el valiente autor de obras tan disímiles como Diástole y sístole, Violeta de los mil colores y Muertos del susto, sabe lo que hace. Y es, si se piensa sin prejuicios, un hombre necesario en la cinematografía nacional: un camaleón que quiere hacer las mismas películas que la gente quiere ver. Es una lástima que en El man, por tanto pensar en el público, satirice con timidez, desaproveche a algunos de sus personajes y se enrede más de lo necesario. Porque ha logrado crear algo que no es tan fácil como parece: un entrañable personaje popular listo a vivir más aventuras.