Home

Cultura

Artículo

La Laguna verde, en Pasto. | Foto: Archivo particular.

CULTURA

El maravilloso encanto de Pasto

Semana.com estuvo en el carnaval de Negros y Blancos, y descubrió los riquezas escondidas de esta región llena de historia, lagunas y belleza.

18 de enero de 2016

Durante el mes de enero Pasto es conocido por ser la ciudad del Carnaval de Negros y Blancos. Miles de personas se agolpan en las calles para llenarlas de espuma y talco. Sin embargo, detrás de esa fiesta centenaria existe un departamento de exuberantes paisajes, fantástica tradición cultural y gente excepcional.
 
Nariño se ha destacado en el país por tener un carnaval incluyente desde su nombre, Carnaval de Negros y Blancos, que en el año 2009 fue declarado por la UNESCO patrimonio cultural inmaterial de la humanidad. El encuentro es una gran fiesta de la  cultura, el entretenimiento y el juego, que funciona perfectamente como un ejercicio colectivo de tolerancia. No importa si es local o extranjero, mucho menos el género o la edad, simplemente se juega en armonía y respeto con todos.
 
Pasto a su vez conserva una variedad de estilos arquitectónicos que se pueden ver sobre todo en sus iglesias. La ciudad muestra la mezcla que vivieron los nativos durante y después de la colonización. Sus casas con balcones ornamentados con tallas en madera o sencillamente lisos, denotan el estilo colonial y republicano con que fueron creadas.
 
Pero más allá de este exceso de alegría de carnaval, en la región existen muchos destinos fantásticos para conocer. Estos son algunos.

Foto: Mauricio Quevedo.
 
El Galeras y su laguna verde
 
La biodiversidad de Nariño ofrece bosques secos, montañas y páramos.
Dentro de los volcanes, El Galeras es uno de los más conocidos por su actividad volcánica y por su cercanía a la Capital del departamento. Laguna verde es un espectáculo natural ubicado en el cráter del volcán Azufral cerca de los 4.000 metros de altura y a dos horas en automóvil desde Pasto, tiene una longitud de aproximadamente 1.5 Kms y ofrece aguas azufradas que, según cuenta la gente del lugar, son medicinales.


Foto: Mauricio Quevedo.

La laguna Negra
 
Dos pequeñas lagunas la anteceden, La Laguna Negra y La Cristalina. Estas tres lagunas son protagonistas de leyendas de duendes y dioses que narran los guías durante el recorrido de aproximadamente dos horas, según sea el ritmo del caminante, también alquilan caballos para el ascenso y descenso. Aunque el olor a azufre está siempre presente, zambullir los pies en el agua fría escarbando la arena hasta encontrar agua caliente, ver las burbujas que salen de la tierra dentro de la laguna y algunas formaciones rocosas alrededor, son motivos para visitar este destino natural.
 


Foto: Mauricio Quevedo.

La Cocha
 
La Cocha, que en idioma Quechua significa Laguna, también llamada Lago Guamuez, contiene la isla La Corota, Santuario de flora y sitio Ramsar, lo que implica que es un humedal de importancia internacional. Esta isla posee un sendero de 500 metros de longitud para disfrutar tranquilamente de toda la biodiversidad propia del santuario, único en el mundo con un templo en su interior.
 
Alrededor de La Cocha, en tierra firme, existen dos importantes puntos turísticos. El más comercial cuenta con un puerto financiado por Fontur donde se han organizado las lanchas y los comerciantes de artesanías y alimentos, los coloridos botes se deslizan por el río cruzando bajo los puentes que conectan las pintorescas casas de sus habitantes con la vía principal por donde transitan los turistas. En el menos visitado se pueden conocer tres puntos donde emerge el agua de la montaña, un espectáculo inigualable que, debido al calentamiento global, cada vez será más difícil apreciar.
 
Silvio es un habitante de esta región que abre las puertas de su casa para enseñar objetos tan curiosos como una pizarra antigua de su abuelo o una piedra utilizada en un hacha antigua, con plena convicción cuenta historias de sirenas que vivieron sus antepasados en esta laguna.
 
Laguna de la Bolsa
 
Otro espectáculo natural a los pies del volcán El Cumbal es La laguna de la Bolsa, allí se puede disfrutar la trucha arcoíris, realizar un paseo en lancha y extasiarse con los paisajes que brinda este conjunto de maravillas naturales.
  


Foto: Mauricio Quevedo.

Las Lajas

 
La iglesia de Las Lajas es un destino obligado para aquel que visita Nariño por primera vez, más ahora con la implementación del teleférico en el cual el Fondo Nacional de Turismo participó y que permite realizar el recorrido de 1.200 metros a través de cabinas con capacidad para 6 pasajeros, logrando una espectacular vista aérea de esta maravilla arquitectónica enclavada en el cañón del río Guáitara.
 
¿Qué comer?
 
Nariño se conoce por su gastronomía. El cuy o la trucha arcoíris son dos de los platos típicos de la región, pero también existen otras opciones como ensaladas de frutas orgánicas o el delicioso y particular helado de paila, que según cuentan algunos habitantes, en un principio se realizaba con la nieve del nevado El Cumbal.
 
Historias como el primer partido de fútbol, el primer grito de independencia de Colombia, registrado en una placa del parque San Andrés, o el origen de la familia Castañeda, hito dentro del Carnaval de Negros y Blancos, son una muestra de lo profunda que puede ser la historia que cuentan las calles de Pasto, historia que pretenden conservar gracias a la investigación que adelanta Juan Ignacio Guerrero con un equipo multidisciplinar de la Institución Universitaria CESMAG.
 
Nariño es un departamento muy rico en cultura y biodiversidad, ejemplar por el nivel de convivencia que han desarrollado en su carnaval y por la hospitalidad de sus gentes, con un enorme potencial turístico que permite sorprender como bien invita su eslogan, con sus fascinantes artesanías en paja toquilla, barniz y madera tallada. Un destino que nos enseña porqué como decía el poeta nariñense Aurelio Arturo el verde puede ser de mil colores.
 

*Por Mauricio Quevedo, director de iPad, publicaciones SEMANA