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El Metropolitan en Bogotá

El inicio de transmisiones en directo de la 'Hjck' desde la primera casa de ópera del Nuevo Mundo ratifica la tradición colombiana de buena radio.

Emilio Sanmiguel
1 de marzo de 2003

Que en Colombia hay tradición de buena radio es de sobra conocido, reconocido. Lo asombroso es la tradición de emisoras consagradas con exclusividad a la música clásica, o culta, o como se la quiera llamar. Tanto es que Bogotá tiene más emisoras de música clásica que la mayor parte de las grandes capitales del planeta. Por eso el inicio de transmisiones en directo de los grandes espectáculos de la Metropolitan Opera House de Nueva York ratifica la tradición colombiana de la buena radio.

La tarde del sábado 11 de enero los oyentes de Hjck se encontraron con la transmisión en vivo de El murciélago, la opereta de Johann Strauss II, que en ese momento se presentaba en Metropolitan neoyorquina, primera casa de ópera de Estados Unidos y uno de los teatros más respetados del mundo.

Tamaña sorpresa es apenas el inicio de transmisiones a que ahora los oyentes tendrán acceso periódicamente. Alvaro Castaño logró que Colombia, a través de la Hjck, ingrese al grupo de estaciones radiales que se benefician de la política de difusión de espectáculos de la Met, que desde 1940 patrocina Chevron-Texaco.

Esta tradición se remonta al 7 de diciembre de 1940, cuando se difundió la histórica representación de Las Bodas de Fígaro, de Mozart, con dos leyendas del canto: Ezio Pinza y Licia Albanese. Hoy en día se difunde en 42 países con el ingreso de Perú, Argentina y Colombia.

Cuando la tecnología de grabación ha alcanzado niveles de perfección inimaginables estas transmisiones enfrentan dos retos. El primero, claro, el que supone la magia de un espectáculo en vivo, que involucra ingredientes artísticos por línea general imposibles de conseguir en un 'perfecto' registro de estudio. El segundo guarda relación justamente con los avances tecnológicos; y es ahí donde estriba la maravilla de estas transmisiones.

En buena hora la primera transmisión ha ocurrido con El murciélago. La denominada 'reina de las operetas' es una pieza de exquisito humor vienés, cuyo corazón argumental es la rutilante fiesta en casa del príncipe Orlovsky. El desafío es transmitir al oyente la vivacidad dramática con el sonido, puesto que se prescinde del recurso de la imagen. Y eso precisamente se consiguió en más alto grado: nitidez en el sonido de la orquesta del Met y de las voces del elenco. Además, con cuidado admirable, estuvo el sonido de escenario y auditorio, con sutilezas de alto grado, porque en la escena de la fiesta hasta se oyeron los suaves roces del vestuario, sin que ello alcanzara a distraer el disfrute de lo fundamental: la inspiradísima música del 'rey del vals'.

Si se agrega que el evento representó el debut de Philip Jordan, joven director de la Opera de Graz, en Austria, y de la nueva diva noruega Solveig Kringelborn, y que se contó con personalidades del prestigio de Jennifer Larmore, Paul-Charles Clarke y John del Carlo, pues hay que convenir que son las ligas mayores del mundo operístico.

El banquete continuó el primero de febrero con El rapto en el Serrallo, de Mozart (James Levine dirigió a Alexandra Deshorties, Kurt Moll y Paul Groves) y sigue el 8 con Il pirata de Bellini; el 15 con Don Giovanni, de Mozart, y el 22 con la nueva producción, a propósito del bicentenario de Berlioz, de su espectacular ópera Los troyanos. Para marzo Bohéme, de Puccini, y Traviata y Otello, de Verdi, porque en abril las cosas adquieren el tono místico de Semana Santa con el solemne Parsifal, de Wagner.

La radio cultural colombiana entra de lleno en las grandes ligas con los espectáculos de una de las grandes casas de ópera del mundo. Espectáculos 'en vivo' para la afortunada e 'inmensa minoría' de Hjck.