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EL OFICIO DE ESCRIBIR

Con 85 años, Graham Greene acaba de publicar "El capitán y el enemigo", su más reciente novela.

28 de noviembre de 1988

A los 85 años y para sorpresa de muchos, Graham Greene ha publicado una nueva novela, "El capitán y el enemigo", catorce años después de haber iniciado la redacción de una historia que es una mirada al oficio de escritor. Se centra en su papel en un mundo tan convulsionado como éste, transcurre en los escenarios tropicales ya aparecidos en otros libros y sobre todo, es un balance compasivo hacia personajes y situaciones que le pesan a Greene en esta etapa de su vida.

"El capitán y el enemigo" ha sido todo un acontecimiento en Europa y Estados Unidos (en castellano aparece, fuera de Colombia, editado por Seix Barral y aquí, por Ricardo Arango, el mismo que publicó la novela erótica de Vargas Llosa), aunque algunos criticos como el inglés Brian Moore (uno de los mejores novelistas contemporáneos), han sido duros con un libro que exorciza fantasmas de ese pasado literario y personal de un escritor lleno de tantas cicatrices de tantas batallas.

A una edad en que otros autores estarían con las pantuflas junto al fuego, Greene se anima a publicar un libro que había dejado inconcluso en varias ocasiones, apremiado quizás por otros proyectos. En uno de los párrafos finales del libro, que apenas cuenta con menos de 200 páginas, el narrador, un periodista que quiere convertirse erl escritor, toma la decisión de dejarlo todo: "Más que nunca llego a la conclusión de que no soy un escritor. Es que la ambición de un escritor de verdad no tiene por qué morir con su protagonista". Para quienes crcen conocer a Greene, estas palabras encierran una especie de epitafio literario, pero algo igual ocurrió en 1978 cuando publico uno de sus libros más intensos y vivos, "El factor humano", y uno de los personajes se refiere al final del oficio de escribir cuando no se tienen más cosas que contar. Pero, después aparecerían "Dr. Fischer y la bomba de Ginebra" y "Monseñor Quijote", además de "El décimo hombre" que ya existia como preguón para la Metro desde 1944.

El narrador tiene 22 años de edad.
Diez años atrás fue ganado por el capitán durante un juego de backgammon, al padre del muchacho. Este dato sorprendente es uno de los primeros golpes de gracia que recibe el lector. El capitán reclama su premio, saca al chico del colegio y se lo lleva a vivir con una muchacha llamada Liza, quien alguna vez fue amante del padre del joven. Si a esa altura del relato, con ese lenguaje preciso y directo que tiene Greene, el lector lo ha aceptado todo, entonces no habrá mayor problema para seguir la novela. Esa es la magia que Greene ha sabido desplegar en todos sus libros, hacer que el lector acepte sus reglas narrativas, acepte sus personajes, acepte sus historias que mezclan hechos reales con situaciones ficticias. Esta vez, uno de esos elementos reales, tiene que ver con la que se considera la gran obsesión personal del autor, el general Omar Torrijos.

El capitán y el narrador se embarcan en un largo viaje, un itinerario que va más allá de la simple descripción física porque encierra la búsqueda de la ficción, la caceria de los personajes, la identificación de tantas ansiedades que rondan la mesa de trabajo de un escritor como Greene.
Será ese entorno, primero la Inglaterra familiar a sus lectores y más tarde escenarios salvajes y peligrosos, el que contenga estos personajes disparatados .

En la primera mitad de la novela, el narrador crece en uno de los sectores más pobres de Londres, en un sótano y como hijo de esa muchacha que siempre había querido tener un bebé.
La época, antes de la guerra, cuando todos están desesperados pero curiosamente, los recuerdos del narrador hacen relación a varios años más adelante, estableciéndose, como afirma Brian Moore, una extraña dicotomia entre lo que recuerda y lo que el personaje inventa en su afán por escribir.

El capitán entra y sale del sótano perseguido por la policia, en una relación que Liza mira más como una protección, aunque el lector sabe que se encuentra ante una historia de amor o al menos, ante una meditación sobre las distintas formas del amor.

El escenario cambiará cuando el narrador crezca, se marche de Londres y viaje a Panamá en busca del capitán. Aparecerá entonces un personaje que ya se ha encontrado en otros libros de Greene, un aventurero con cierta tendencia a mezclarse en líos políticos, Mr. Quigly, al lado del cual el narrador vivirá tensos momentos en la Nicaragua de Somoza, en El Salvador de los escuadrones de la muerte y en el Congreso norteamericano que intenta bloquear la firma del Tratado Torrijos-Carter sobre el Canal de Panamá. Entonces el capitán emerge como un traficante de marihuana, que tiene nexos fuertes con Torrijos .

"El capitán y el enemigo" es una mezcla extraña de los ingredientes favoritos del autor, sus obsesiones: el amor, el sexo, la autoridad, Dios, las paradójicas naturalezas de la verdad la honestidad, la fortaleza, la bondad y la maldad. Muchos criticos coinciden en que ese capitán, que agoniza y enfrenta una muerte heroíca bajo la mirada del muchacho, es un reflejo de la propia agonía física y siquica de Graham Greene,quien sigue siendo, a pesar de este libro menor, uno de los grandes escritores vivos de este siglo. --