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"EL PINTOR VOLADOR"

A los 97 años murió Marc Chagall, el artista que logró convertir los sueños en pintura

6 de mayo de 1985

Novias que se elevan al cielo como Remedios "la bella", vacas y caballos alados, violinistas en los tejados, fantasías que sólo caben en las mentes infantiles y en los sueños de los románticos, poblaron las telas de uno de los más grandes artistas del siglo 20: Marc Chagall, casi un precursor del realismo mágico.
Chagall, "el pintor volador", como él mismo quiso que lo recordaran, ha dejado de pintar. Y lo hizo a los 97 años, cuando la primavera despuntaba en Vence, una localidad veraniega de Francia, el pasado 29 de marzo.
Voluntariamente provocativo, no se dejó tentar por ninguno de los movimientos que vio surgir y morir durante su larga carrera. Fue un artista único, un artista que desafió toda clasificacion y encasillamiento, a pesar de que no faltan en los libros alusiones a sus vínculos con el expresionismo y el surrealismo. Buscó el secreto del arte no sólo al margen de las apariencias exactas de la realidad física, sino al margen de una plástica organizada por el intelectualismo. De ahí que alguna vez dijera: "el gran arte comienza donde termina la naturaleza", dándole la espalda al realismo y a su respeto por la naturaleza.
Era el mayor de nueve hermanos y había nacido el 7 de julio de 1887 en el seno de una familia judía en un pueblo de Rusia: Vitebsk. Persuadió a su padre para que le permitiera asistir a la escuela de arte, primero en su ciudad natal y luego en San Petersburgo, donde se informó acerca de las corrientes modernas junto a León Bekst. Hay en sus obras de entonces (1908-1909) un peculiar clima poético donde prima un cierto irrealismo, factor que le daría el sello personal a su obra. Creía en la interrelación de lo visible con lo sobrenatural y logró así crear un mundo plástico donde la fantasía ocupó lugar preponderante.
Viajó a París a los 23 años, experiencia que él recuerda diciendo: "El sol del arte no brillaba entonces más que en Paris, y me parece hasta ahora que no hay mayor revolución del ojo que la que he encontrado en 1910 a mi llegada". Acogido por la colonia rusa, tuvo también la oportunidad de conocer a otros pintores jóvenes como Picasso, Matisse, Bonard, Soutine y Modigliani. Y aunque recibió la influencia del cubismo del cual utiliza los acoplamientos de los planos y los volúmenes que sirvieron a su irrealismo instintivo, fue el color el que se le reveló, hasta el punto de que Picasso llegó a decir de él que era "el último pintor que queda, que entiende lo que es realmente el color".
Pero su experiencia soviética logró dejar la imagen de un universo en el que se mezclan lo real y lo irreal. En Paris ilustró "Las almas muertas" de Gogol y las "Fábulas" de La Fontaine, y en su oficio de grabador y de pintor fue dejando establecidos sus medios de expresión: su color cada vez más profundo y saturado, donde el rojo y el azul se destacani su composición regida por grandes curvas dinámicas que disponen los temas según imperativos espirituales.
Entre 1911 y 1913, sin embargo, su obra está más cerca de las "Señoritas de Avignon", pero también es cierto que no pudo olvidar el pais de su niñez, de sus nostalgias, de sus recuerdos, de sus sueños, porque "sólo es mio el pais que se halla en mi alma".
Y Rusia estuvo presente en "A Rusia, a los asnos y a los demás", y constituyo el tema de las obras ejecutadas entre 1911 y 1914.
Volvió luego a Vitebsk, después de una exposición en Berlin, corazón del expresionismo, al parecer por sugerencia de su novia Bella. Allí, entre 1914 y 1922, se produjo una especie de paréntesis en el cual llegó a utilizar el cubismo como nunca antes lo había hecho, para después rechazarlo porque lo consideró "demasiado distante del corazón". A partir de 1917, el irrealismo poético volvió a invadir sus telas, especialmente la levitación de los personajes. Fue la época de las grandes composiciones que celebran su matrimonio con Bella ("Doble retrato del vaso de vino"). Ningún pintor de antes de la guerra habia revelado una intuición más maravillosa de las relaciones secretas de la imagen pictórica con la imagen del sueño.
Nadie como él habia logrado hacer pintura los sueños.
La revolución rusa lo adoptó y lo promovió a un cargo dirigente, comisionado de Bellas Artes en el norte de la Bielorusia, pero pronto entró en conflicto con las autoridades por el decorado de edificios que, en lugar de las figuras de Marx y Lenin, exhibian curiosas figuras de animales. Desilusionado, regresó en 1922 a Paris, donde más tarde adoptaria la nacionalidad francesa.
Los artistas surrealistas, encabezados por Max Ernest y Salvador Dali, pidieron a Chagall que se uniera a este movimiento, pero él dijo "que esa escuela era artificial y muy formalista".
Trabajando aislado de sus amigos artistas, las obras de Chagall pronto lo ubicaron como una de las principales figuras del arte en este siglo. Hizo trabajos al óleo, acuarelas y plumilla, vitrales para iglesia, diseñó vestuarios, escenografías e ilustró libros.
Durante 25 años hizo 125 ilustraciones para la Biblia a pedido del representante de arte Ambroise Vollard, lo que creó un nuevo estilo de arte religioso. Diseño vitrales para catedrales góticas en Jerusalén, el edificio de las Naciones Unidas y la capilla de la familia Rockefeller. Creó obras para el Parlamento israeli y pintó los techos del teatro de la Opera en París.
En 1941, Chagall escapó de Vichy, Francia, ante la amenaza nazi, y fue a los Estados Unidos, donde trabajó los siguientes ocho años produciendo vestuarios para el ballet de Nueva York. En 1944 dejó de pintar tras la muerte de su esposa. En 1945, Chagall elaboró la escenografía para un ballet de igor Stravinsky. De los Estados Unidos le siguieron llegando encargos hasta mucho después de haber regresado a Francia. Uno de ellos fue el mural del Centro Lincoln, que alberga la nueva Opera de Nueva York.
Chagall se volvió a casar en 1952 y en 1966 se estableció en San Paul de Vence, no muy lejos de Niza. En 1973, el gobierno francés celebró el octogésimo sexto cumpleaños de Chagall con la inauguración de un museo para albergar varias de sus obras sobre temas biblicos.
Prevenido contra las teorías, poseido por la influencia misticoreligiosa de su raza judia y embrujado por las leyes oidas en su infancia, podría decirse que Chagall crió en su vida de pintor una pajarera de sueños que alzaron vuelo, desafiando las leyes de la fisica, para crear un espacio sin lógica donde la fantasia y el sueño se instalaron para siempre.-