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"EL PRECIO DEL ARTE ES UN VALOR SOCIAL"

ENTREVISTA:EDWARD LUCIE-SMITH

3 de noviembre de 1986

El ingles Edward Lucie-Smith es considerado por muchos como uno de los más serios conocedores del arte actual en el mundo. Autor de varios libros sobre la historia del arte en el siglo XX y de textos sobre diseño industrial y fotografía, Lucie Smith escribe habitualmente en el Sunday Times, de Londres y en las revistas Art and Artist y Art News. Invitado por Cooperartes y el Consejo Británico, el crítico e historiador del arte vino a Colombia a dictar conferencias y ver arte y artistas con el fin de asesorar una exposición gigante que habrá en Indianapolis con motivo de los próximos Juegos Panamericanos. Para conocer sus opiniones sobre las artes plásticas colombianas y latinoamericanas, SEMANA lo entre vistó en Bogotá.
SEMANA: ¿Cree usted que existe una crítica de arte en Colombia? EDWARD LUCIE-SMITH: Todos me preguntan y se quejan de la calidad de la crítica de arte. El problema es universal y en casi todos los países surge la misma queja. Una de las dificultades que la gente no conoce es que el espacio accesible al crítico en los diferentes medios de comunicación es bastante reducido y va a una gran audiencia, de forma que es poco razonable quejarse de que no resulte un material profundamente intelectual porque el crítico de arte de un periódico es un reportero y su trabajo es decir lo que hay para ver, dándole al lector una guía inteligente. En cuanto a la crítica de arte sostenida y constante, el problema tiene sus raíces en la industria editorial. He notado en Latinoamerica la falta de libros de arte a precios populares. Sólo cuando tengan esto tendrán el público que lo exija y en ese momento tendrán los críticos .

S.: ¿ Hay interés en los Estados Unidos y Europa por el arte latinoamericano.?

E.L-S.: En los Estados Unidos, debido al crecimiento de la población hispana, el arte latinoamericano tiene un papel social porque permite reconocer el valor de la propia cultura. En Europa hay tres niveles: en España se aprecia porque es hispana; en Francia porque hay varios artistas latinoamericanos que viven allí y a los franceses les gusta sentirse culturalmente ecuménicos y en los paises nórdicos, incluida Inglaterra, se considera el arte latinoamericano como un fenómeno exótico, y no al mismo nivel que el resto del arte contemporáneo.

S.: ¿Usted cree que la realidad social y política de Latinoamérica está reflejada en su arte?

E.L-S.: Creo que lo hace, pero en una forma especializada. Hay que establecer categorías: hay una clase de arte que no refleja a este continente para nada, a la que solamente le concierne las preocupaciones estilísticas. Un buen ejemplo de esto es el grupo de expresionistas abstractos japoneses con base en Sao Paulo. Por el otro lado hay una gran cantidad de pintura política que, es comprensible, se está haciendo hoy en día en Latinoamérica y eso se puede considerar como un reflejo directo de la realidad. Pero en verdad la mayoría del arte latinoamericano que se ocupa del realismo social, generalmente expresionistas dentro de un marco conceptual, están evadiendo la realidad en su propio país, para afanarse en expresar su desilusión con la política americana. En cierto sentido los Estados Unidos son un "coco" conveniente para la cultura latinoamericana y la penosa influencia de los EE.UU. se ha convertido en una excusa para no tener que enfrentar las realidades internas de cada país. Talvez es falta de tacto decir esto como extranjero en su país. Si es así, lo siento pero es mi opinión. Creo que hay una tercera y mucho más interesante relación entre la realidad latinoamericana y el arte latinoamericano y está conectado con el concepto del realismo mágico en la literatura. En un artista como Botero uno encuentra una transcripción tanto del pasado reciente como del presente de Latinoamérica en lo que parecen términos fantásticos, sólo que cuando se examinan los hechos en los que el cuadro se basa, encuentra que aunque le parezcan extraordinarios, realmente existieron. Creo que de las pinturas más extraordinarias que se han producido en Latinoamérica en las últimas dos o tres décadas son las grandes composiciones de Botero mostrando la vida en los burdeles de Medellín. Fuera de Colombia se acusa a Botero de ser un artista que usa una fórmula para producir sus cuadros, pero debo confesar que habiendo estudiado su obra, estoy convencido de que estos cuadros son sumamente interesantes en la complejidad de su contenido.
S.: Se habla mucho de los años precios del arte en Colombia. ¿Qué piensa usted al respecto?
E.L-S.: No los he investigado en mucho detalle pero creo que en comparación con los EE.UU. son muy razonables. En comparación a Gran Bretaña son sorprendentemente altos; en comparación a la economía colombiana y a la clase de dinero de que dispone la gente son probablemente muy altos, y creo que la razón puede ser que, primero que todo, no hay un mercado importante de antiguedades en Colombia, que en Europa y los EE.UU. se lleva una cantidad del dinero de los coleccionistas. Y, segundo, se ha establecido que tener obras de cierto pequeño grupo de maestros modernos en Colombia es signo de que se ha "llegado" socialmente, y los artistas se han beneficiado al convertirse en símbolos no sólo culturales sino sociales.
S.: Usted visitó el XXX Salón de artistas Nacionales. ¿Cómo le pareció?
E.L-S.: Sí lo visité. Como extranjero me pareció que el Salón no es muy representativo de la naturaleza del arte colombiano en este momento. En general estoy de acuerdo con los premios, aunque hay un artista que me gusta particularmente que no estaba bien colgado y no recibió premio ni mención alguna y es Germán Grisales Jiménez. Hay otro artista, este sí recibió una mención, que me llama la atención por su sentido del humor, es Marco Espinosa.