EL REGRESO DE MAQROLL

"La vi de espaldas, manipulando una de las máquinas que producía toda suerte de sonidos y campanilleos anunciadores de un acierto en las figuras. Dudé un instante. Era casi imposible que estuviera en Panamá, si me atenía a las últimas noticias que de ella tenía. Me acerqué y volvió el rostro con esa expresión tan suya de regocijada sorpresa que a cada instante le afloraba con cualquier pretexto. Sí, era ella": el que habla es uno de los personajes más extraños, más fantasmales y más rebeldes de la narrativa latinoamericana, Maqroll el Gaviero, un vagabundo que atraviesa los mares, se refugia en hospitales de leprosos, busca la tranquilidad en el cuerpo tibio de mujeres sin nombre y en ocasiones se deja herir para demostrar que sigue vivo. El Gaviero se reencuentra con esta mujer, Ilona, la que da título a un libro nuevo y fresco, "Ilona llega con la lluvia", editado por Oveja Negra y compuesto por ese y otros cinco cuentos, "Cristóbal", "Panamá", "'Villa Rosa y su gente", "Larissa" y "El fin del Lepanto"" .
Los buenos lectores de Alvaro Mutis sabrán descubrir en estas historias, raíces comunes, personajes y situaciones y, sobre todo, obsesiones del autor que ya han aparecido profusamente en sus libros anteriores, publicados o no. Mutis es un apasionado de la palabra, goza con ella, la desmenuza, la hace rebotar, la destripa como si fuera un insecto y el resultado es asombroso, un dominio total de la técnica narrativa y un gesta de complicidad con ese lector que se siente trastocado por un espectácula lujurioso y voraz.
Mutis se burla de la historia, desnuda sus protagonistas, los ubica en situaciones insostenibles y los hace girar alrededor de alegrías y pesares alimentados con sus propios recuerdos. Por eso en estas narraciones aparecen personajes que uno ya conoce hechos que ha memorizado u olvidado, ese humor negro que lo va destruyendo todo porque Mutis, como pocos, sabe manipular a ese lector cautivo en medio de estos manglares, hospitales, manicomios y mansiones donde la hierba sigue creciendo.
Lo que sorprende en este libro de Mutis es la sensación de novedad" a pesar de toparnos con espejos ya descubiertos. Nuevas aristas emocionales, nuevos engaños, nuevas trampas del destino y sobre todo, nuevas posibilidades de fuga para estos personajes que protagonizan aventuras que tienen todos los elementos de la locura porque, para este narrador, pocos tienen cordura, pocos entienden que la mesura es una necesidad cotidiana, aunque se trate de esos navegantes que buscan estrellas extraviadas, o de los piratas que atraviesan el canal de Panamá, o de las mujeres que se entregan porque ya no tienen escapatoria, o de las princesas que persiguen una nobleza imposible. La locura, la poesía, el humor negro, la soledad, la destrucción de los enemigos y sobre todo, ese vacío que le queda al Gaviero cuando entiende, una vez más, que todo es efímero.