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El regreso del "Tap"

La magia de la música negra retorna a la pantalla gigante.

16 de octubre de 1989


"Tap" ("La danza de dos vidas")
Dirigida por Nick Castle. Con Gregory Hines y Sammy Davis Jr.
En los años treinta, si un bailarín no era capaz de echar mano del "Tap" para demostrar sus habilidades ante los demás, estaba perdido, se quedaba sin empleo, tenía que encerrarse o buscar otro oficio. Durante muchos años, el jazz y la música negra estaban conectados de manera profunda con el "Tap", ese baile que depende de los zapatos y los tacones y las suelas de los demonios que todos los bailarines llevan bajo la piel, con ese ruido seguido, que no admite interrupciones, que es agresivo y sensual y también provocativo.
Un joven director, Nick Castle, apoyado en dos de las grandes figuras de la música norteamericana, el joven Gregory Hines (conocido por "Sol de medianoche") y el legendario Sammy Davis Jr. (el mismo compinche de Frank Sinatra y Peter Lawford en tantas comedias musicales de los sesenta), ha rendido un cálido y emocionante homenaje a la música, especialmente al "Tap", con la historia de ese hombre atrapado por el delito y estremecido por las ganas de liberarse a través del baile, y también la historia de ese otro, destruído por los años y para quien el renacimiento del "Tap" es la gran ilusión de la poca vida que le queda.
Son dos generaciones de bailarines, dos lenguajes unidos por ese taconeo, por ese estilo directo que cada vez se utiliza menos pero jamás ha perdido su significado cultural. Como dice el mismo Davis Jr., todas las formas musicales pasarán. Pero como el "Tap" está alimentado por las mismas raíces de la cultura popular, no sólo norteamericana, nuevas generaciones de espectadores y bailarines sabrán encontrar en estos movimientos la explicación de esa contagiosa sensación de vitalidad, sensualidad y liberación que el bailarín sabe transmitir a sus espectadores.
La historia de la película (con una fotografía esplendida que sabe aprovechar los gestos más fugaces de los personajes y con una banda sonora que es un recorrido por distintas y características etapas de esta música) es simple pero significativa: como dice Davis Jr., "afirmar que los bailarines de 'Tap' sólo utilizan los pies es injusto con ellos. Lo cierto es que hay tantas historias detrás de ese taconeo, detrás de ese golpe de las suelas contra el piso de madera, que cada espectador puede asombrarse de todo lo que va descubriendo en estos ritmos.
Puedo asegurar que el 'Tap' se siente ahora tan vivo como 50 años atrás y soy un testigo de esta afirmación". Es que la carrera de Sammy Davis Jr., quien hoy ha sobrepasado los 70 años, comenzó a los 8, cuando bailaba "Tap" en locales sucios y peligrosos, con su cara negra que reflejaba el miedo y el cansancio, mientras pensaba en las monedas que recibiría al final de la jornada. Para una leyenda como esta, interpretar al bailarín retirado que guía al muchacho que ha estado en la cárcel, ha sido una experiencia traúmatica porque, en el fondo, "Tap", la película, es también un resumen de la carrera y los conflictos emocionales de Davis Jr.
La relación de estos personajes, completada con la presencia de una mujer espléndida (Suzanne Douglas quien interpreta a la hija de Davis Jr. y a la amante de Hines), le proporciona al espectador la ocasión de descubrir un guión sencillo y bien desarrollado con una actuación impecable. Aún para quienes no se interesen por el baile, el jazz y los personajes marginales, esta película encierra numerosas sorpresas. Descubrir, por ejemplo, que la soledad del bailarín, enfrentado a un público y un número musical, es desesperante.

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"El cielo se equivocó"
Dirigida por Emille Ardolino.
Con Cybill Sheperd, Ryan O'Neal y Robert Downey, Jr.
Lo mismo que "Tap", es un homenaje al género musical en el cine. "El cielo se equivocó" es un gesto cómplice a las buenas comedias de Hollywood, especialmente a las de los años treinta y cuarenta, con situaciones ingenuas y picantes que se iban enredando cada vez más, con esos personajes que en determinado momento son incapaces de entender lo que está ocurriendo, por ridículo o divertido que sea.
Un nuevo director, Emille Ardolino, es capaz de contar una estupenda crónica de amor y supervivencia. Corinne Jeffries es una joven y hermosa recién casada, que pierde al marido pocos meses después de su matrimonio. Louie Jeffries sube al cielo inmediatamente pero ama tanto a su mujer que provoca todo un conflicto entre los ángeles y es enviado de regreso a la tierra, donde nace de nuevo. Durante 23 años, Corinne permanece viuda, es decir, resiste los ataques de numerosos pretendientes, encabezados por Philip Train, el mejor amigo del difunto marido. Train, quien trabaja en el Washington Post, recibe un día la visita de un muchacho que quiere trabajar como reportero y se llama Alex Finch. Hasta aquí, todo normal. Corinne (Cybill Sheperd, la rubia protagonista de la serie Moonlighting) tuvo una hija de su difunto marido, una muchacha (interpretada por Mary Stuard Masterson), independiente y de pelo corto, que conoce por accidente al apuesto aspirante a reportero. Se enamoran enseguida.
"El cielo se equivocó" plantea sutilmente una divertida situación incestuosa, inmoral, pero con el método de los grandes directores de comedias de Estados Unidos: es que el joven reportero es el marido reencarnado y por eso, cuando conoce a la madre de la joven, una serie de recuerdos y sensaciones comienza a golpearlo. El padre, que está en el cuerpo del otro, se enamora de la hija. La muchacha, curiosa por los momentos extraños que está viviendo, intenta seducir al padre como sea. La viuda siente que algo no funciona como debe ser y el mejor amigo de la familia descubre que, con la aparición del joven, todo ha cambiado en sus vidas.
Esa descripción es apenas una parte de todos los conflictos, enredos, equívocos y situaciones ridículas y divertidas que son planteados por una película que el espectador no podrá anticipar en su desenlace porque cada vez aparece otro elemento cómico y, cuando todo aparentemente está solucionado, aparece otro giro, otro ángulo en las relaciones de una viuda que tiene el marido vivo, una hija que es incestuosa sin proponérselo y un buen amigo que siente que el mundo está al revés.
Lo atractivo de esta comedia es que un guión desternillante está realizado de manera impecable, con cierto gusto por la nostalgia del cine cómico, de situaciones domésticas, el género que parecía sepultado para siempre. Como el marido.