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El teatro vive

Más de 30 años de tradición respaldan al Festival de Teatro de Manizales. La crisis no ha opacado la vigencia del encuentro.

2 de octubre de 2000

Desde 1968 el Festival de Teatro de Manizales se ha convertido en el encuentro permanente de los mejores grupos latinoamericanos. Ha sido durante 32 años una vitrina excepcional para quienes se desenvuelven en el mundo de las tablas. Y, sobre todo, se ha convertido en el mejor ejemplo de que ninguna crisis será capaz de acabar con los ánimos creativos que se tejen en torno a la cultura. El esfuerzo de sus organizadores es digno de aplausos en momentos en que los recursos económicos tienden a desaparecer.

Llegar a la XXII versión del festival no sólo consolida al evento como uno de los más tradicionales del continente sino que también confirma la importancia de mantener con vida un encuentro de esta índole. Pocos recuerdan que el Festival Iberomericano de Bogotá que organiza Fanny Mikey nació, en buena parte, gracias al precedente impuesto en la capital caldense.

Desde este jueves 7 de septiembre, y durante una semana, de nuevo se abrirá el telón. Cuba es el país invitado y de allí que el festival tenga como eje el lema ‘Cuba, un lugar en el mundo’, apoyado en un completo panorama de las artes, espectáculos y muestras del folclor de la isla. Invitados especiales expondrán sobre diversos temas relacionados con la evolución de las expresiones artísticas en este país.

Además de Cuba estarán presentes 10 países de Iberoamérica. Algunas compañías son viejas conocidas por el público manizaleño y otras, procedentes de Argentina, Chile, Brasil, Nicaragua y Panamá, llegan por primera vez al evento.



Para todos los gustos

La Zaranda de España, Yuyachkami del Perú, Malayerba de Ecuador y Teatro de Arena de México son compañías que han hecho historia en los 32 años de vida del festival y ahora regresan a escena con sus más recientes montajes. Malayerba presentará la obra Nuestra señora de las nubes, basada en el tema del exilio, los desplazados y la posibilidad del reencuentro con todo lo que se ha abandonado a la fuerza. El director Aristides Vargas ha advertido que la historia se mueve en torno a una premisa: nadie tiene derecho de expulsar a otro de su tierra natal. Para ello Vargas opta por dos protagonistas, llamados Oscar y Bruna, quienes se encuentran en un momento equivocado y en un lugar que no les pertenece. Sin duda este montaje será una de las principales atracciones del festival, dada la trayectoria del grupo, con más de 20 años de historia.

El Teatro de Arena de México celebrará, de paso, sus 10 años de fundación con Las historias que se cuentan los hermanos siameses. La puesta en escena parte de una noche de insomnio en la que dos hermanos siameses se cuentan la historia de otros siameses que se lograron separar. Dicha posibilidad asalta a los protagonistas y esta inquietud genera una serie de reflexiones sobre la contradicción entre el encuentro y la huida.

Por su parte La Zaranda de España, luego de su exitosa participación en 1988 con el montaje María Meneo María Meneo, estará presente con la obra Cuando la vida eterna se acabe. Basada en un texto de Eusebio Calonge y dirigida por Paco de la Zaranda, la obra busca revivir las sensaciones que despiertan los sueños.

Yuyachkami de Perú regresa al festival con un clásico del teatro griego: Antígona, de Sófocles. “¿Qué hacer cuando una ley injusta se opone a lo que nuestra conciencia nos dicta como ciudadanos?”, es un interrogante que plantea la obra. El grupo peruano ha ido más allá del texto original para hacer una adaptación con elementos políticos contemporáneos: “Para la realización de este proyecto hemos tenido relación con muchas mujeres parientes de desaparecidos que han venido a contarnos sus historias. Sus testimonios han alimentado nuestra puesta en escena.¿Cómo olvidar a tantas mujeres enfrentándose solas al poder para indagar por sus esposos, padres o hijos? ‘Antígona’ las resume”.

Como ha sido costumbre, el Teatro Fundadores, la Universidad Nacional, el Multicine de la Universidad Católica, el Auditorio Confamiliares y el Galpón de Bellas Artes serán los escenarios para la presentación de más de 40 espectáculos, sin contar con los espacios adecuados para el teatro callejero. Allí vale la pena resaltar la presencia del grupo colombiano Teatro Tierra, que tanto éxito tuvo en el pasado Iberoamericano de Bogotá. Una programación variada, con grandes invitados dan parte de que el festival está vivo, para fortuna de todos.