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EL TIEMPO SE PLURALIZA

El diario de todos los Santos abre sus páginas a justos y pecadores

29 de diciembre de 1986

Los lectores habituales de El Tiempo se sorprendieron hace algunas semanas cuando empezaron a encontrar en sus páginas editoriales una columna firmada por Hugo Escobar Sierra. Conocían ya la heterogeneidad ideológica del diario, donde es posible encontrar lado a lado las firmas de franquistas irredentos como Manuel Piquero ("Picas") y de castristas de corazón como Patricia Lara. Pero que empezara a escribir allí de manera regular un alvarista de tan beligerante perfil como el ex ministro y senador conservador del Magdalena, veterano de las batallas editoriales de El Siglo, parecia asombroso. ¿Qué estaría pensando en el retiro de su tumba el doctor Eduardo Santos?
Su sobrino Hernando, actual director de El Tiempo, dice a SEMANA que tampoco es para tanto. "Es la apertura pluralista, de la cual somos tan enemigos en El Tiempo", explica riendo. Y añade, más serio: "Además Escobar Sierra no es un hombre sectario, y ha sido un colaborador permanente de los gobiernos liberales".
Pero sectario o no, a muchos les parecerá que la presencia habitual de Hugo Escobar en el gran diario liberal (aunque Santos precisa: "No es columnista permanente, sino que manda artículos, y nosotros los publicamos si son agradables o actuales o interesantes") no hace sino confirmar la creciente conservatización de El Tiempo, visible desde que "Picas" abandonó la crónica taurina para sentar sus reales en la página cuarta.

En efecto, Escobar Sierra no es el único conservador que ha sido llamado a El Tiempo para cubrir las bajas liberales que se han venido presentando en sus páginas de opinión. Y esas bajas han sido particularmente numerosas en los últimos meses, cuando muchos de los más frecuentes colaboradores editoriales de El Tiempo han pasado a ocupar altos cargos en el gobierno liberal de Virgilio Barco: Lucy Nieto, Guillermo Perry, César Gaviria, María Izquierdo de Rodríguez, Fernando Cepeda Ulloa. Con el autoexilio en Madrid de Daniel Samper y la reciente caida en desgracia de Patricia Lara, motivada por sus discrepancias con el subsecretario de Estado de los Estados Unidos, el "ala liberal" de El Tiempo ha venido quedando reducida a las plumas de los "ex guerrilleros del Chicó" Enrique Santos Calderón y Jorge Restrepo, que alternan con Beatriz Santos "Fémina", y no tienen más retaguardia ideológica que la prosa densa de Abdón Espinosa Valderrama o la más frivola, en la Revista del Jueves, de su hija Maria Isabel Espinosa de Lara.
Porque fuerza es decir que los demás colaboradores que oficialmente podrían ser calificados de liberales representan el extremo más reaccionario de ese partido que el ex presidente Carlos Lleras definió alguna vez como una "colectividad de matices de izquierda". Se trata de Germán Arciniegas, Carlos Lemos Simmonds Jorge Padilla, Roberto Posada ("D'Artagnan") y Rafael Santos ("Ayatollah") .

Del lado conservador, en cambio, Hugo Escobar Sierra está copiosamente acompañado. A su lado firman Douglas Botero Boshell ("Kerenski"), Eduardo Lemaitre, Juan Pablo Uribe, Andrés Holguín, Alfonso Esguerra Fajardo y Francisco Pizano. Sin mencionar a algunos columnistas técnicamente no deliberantes en materia política, que antes de la Revolución Francesa hubieran sido llamados de robe o d'épée, (de hábito o de espada): Alonso Llano Escobar sacerdote jesuita, Rafael García Herreros, presbitero eudista, y los generales de la República Alvaro Valencia Tovar y Jaime Durán Pombo.

Sin embargo, más que en el pluralismo ideológico o en el frentenacionalismo partidista, la clave de esta heterogeneidad editorial de El Tiempo puede encontarse en la frase de su director sobre su nuevo fichaje Escobar Sierra: "Ha sido un colaborador permanente de los gobiernos...". Lo que distingue a los columnistas habituales de El Tiempo, más que su filiación política, es que han sido ministros, o van a ser ministros. Con la excepción de aquellos, también numerosos, que han sido presidentes de la República, o tienen ganas de serlo. --