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EL ULTIMO SUSPIRO

Las memorias del médico que vio morir al Libertador

24 de octubre de 1983

"Los últimos momentos de Simón Bolivar", Alejandro Próspero Reverend, Editorial Incunables, Bogotá, 1983, 87 páginas.
Publicado por primera vez en 1886, esta memoria del médico de cabecera de Simón Bolívar en Santa Marta, denota el desarrollo de la enfermedad que lo sepultó, sus expresiones sobre la vida que pensaba llevar en Francia, sus reclamaciones para que se le permitiera vender propiedades en Venezuela con las que pudiera subvenir a sus necesidades, y entre líneas, una constante preocupación y desconfianza hacia los gobernantes de Nueva Granada y Venezuela tanto en su capacidad para manejar los asuntos públicos como para atender a las obligaciones que tenían con él como Libertador.
No queda bien librado el propio médico autor de este opúsculo, que consideró la enfermedad de Bolívar como un simple catarro contraído en Cartagena, y no ubicó la gravedad del mal que lo aquejaba. Los medicamentos que fueron administrados al paciente no contaron con un método racional, y, por decirlo así, el Libertador fue muriéndose de pesar por el abandono en que lo tenían sus conciudadanos, más las condiciones ominosas de una atención médica tan deficiente.
Allí cayó como león herido, diria más tarde Rojas Garrido ante la canicula samaria. Alli salió todo lo que habia de humanidad en Bolivar, su capacidad para afrontar la ingratitud y el destierro semivoluntario, semiprovocado por sus enemigos, su desprendimiento por los pocos bienes que poseía y que dejó en manos de sus más allegados, su amor por el Mariscal Sucre, a cuya descendencia siguio prodigando favores en el testamento. No se escapaba a Bolivar que transitaria otros predios diferentes de los de América, pero se imaginó que dejaría su vida de soldado para descansar tranquilamente en la Francia que siempre quiso, y de la que no imaginaba los avatares que sacudían a todas las dases sociales con el régimen de Luis Felipe. Su deseo fue frustrado por la enfermedad que lo enterró en San Pedro Alejandrino, aliada con la amargura con que estaba viendo su obra de años derrumbada por los ambiciosos.
La editorial Incunables que dirige Alberto Arias y Arturo Alape se ha propuesto rescatar estas obras de gran, valor, para los estudiosos de la historia colombiana. -