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El actor Johnny Marco (Stephen Dorff) recobra la humanidad cuando recibe la visita de su hija Cloe (Elle Fanning).

CINE

En un lugar del corazón

La cineasta Sofia Coppola, siempre fiel a sus obsesiones, ganó el León de Oro de Venecia con esta película fascinante. ***1/2

Ricardo Silva Romero
2 de abril de 2011

Título original: Somewhere

Año de estreno: 2010

Género: Drama

Guion y dirección: Sofia Coppola

Actores: Stephen Dorff, Elle Fanning, Michelle Monaghan, Ellie Kemper, Chris Pontius

Tráiler: http://bit.ly/9kFFCi 

Las reglas del juego están claras desde la primera escena: la cámara espera, quieta, sin trucos ni afanes, a que de tanto en tanto aparezca un Ferrari que da vueltas por una pista de carros desierta. Y así, pausado y triste como ese comienzo que poco a poco adquiere sentido, es el fascinante largometraje que vamos a ver: En un lugar del corazón. Ahí, en ese largo plano que le pide al espectador que haga parte del relato, que ponga a funcionar su imaginación y su memoria, se encuentran tanto el fondo como la forma de esta nueva película de la cineasta norteamericana Sofia Coppola. Está claro: se nos narrará, durante la hora y media siguiente, la historia de un hombre que ha dejado de vivir hacia delante, la historia de una estrella de cine, Johnny Marco, cuya vida no va ya a ninguna parte. Seremos testigos de las visitas que su hija de 11 años, Cloe, le hace en el fantasmal hotel hollywoodense Chateau Marmont. Veremos esos extraños momentos, siempre al lado de la niña, en los que, de pronto, se ve obligado a vivir.

En un lugar del corazón, cuyo título en inglés, Somewhere, en español tendría que ser En algún lugar, es a todas luces obra de Sofia Coppola. Como sus otras tres películas, las estupendas Las vírgenes suicidas (1999), Perdidos en Tokio (2003) y María Antonieta (2006), básicamente cuenta la historia de un limbo: la tragicomedia de un personaje con suerte -alguien que en apariencia, visto por encima, tiene todo lo que quiere- que no logra volver a la vida ni logra dejar de vivir. Esta vez, sin embargo, la protagonista no es una especie de princesa abandonada que trata de lidiar con su propia soledad. Esta vez el héroe es, ni más ni menos, el hombre decadente que la ha abandonado sin darle explicaciones. Eso es: En un lugar del corazón es, de alguna manera, la cara B de la historia que Coppola ha estado contando desde que escribió su primer guion, La vida sin Zoe.

Si aquel extraño mediometraje, dirigido por su padre, el Francis Ford Coppola que dio al mundo la saga de El padrino, contaba la fábula de una hija fantasiosa que solo parece una niña cuando recibe la visita de su padre, En algún lugar del corazón retrata a un personaje hastiado que solo parece una persona cuando recibe la visita de su hija.

Algunos espectadores sufrirán la fotografía opaca del brillante Harris Savides, aquellos planos largos que parecen describir el aburrimiento, o esos diálogos escuetos en los que lo más importante es lo que no se dice. Pero quien se deje ir en aquellas imágenes que se toman su tiempo, quien acepte las reglas de un juego que pretende ponernos en los zapatos de un personaje que se ha ido quedando sin espíritu, quien asuma las pausas de esta trama como quien asume los ritmos de una canción sin coros, más temprano que tarde comenzará a sentirse parte de En algún lugar del corazón. Su final extraño no lo tomará por sorpresa.