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El médico Anton (Mikael Persbrandt), que pasa la mayor parte de su tiempo en África, trata de enseñarle a su hijo a llevar los conflictos sin violencia.

cine

En un mundo mejor

La cineasta danesa Susanne Bier dirige, con el pulso de siempre, uno más de sus apasionantes melodramas morales. *** 1/2

Ricardo Silva Romero
9 de julio de 2011

Título original: Hævnen

Año de estreno: 2010

Género: Drama

Dirección: Susanne Bier

Guion: Anders Thomas Jensen

Actores: Mikael Persbrandt, Trine Dyrholm, Markus Rygaard, William Jøhnk Nielsen, Ulrich Thomsen.

Nadie saldrá estafado. Ni el vasto auditorio del melodrama, ni los cinéfilos exigentes que ya lo han visto todo, ni el público que simplemente busca una película que sea inteligente y que al mismo tiempo no lo haga sentir culpable el viernes en la noche. En un mundo mejor, la nueva fábula de la brillante cineasta danesa Susanne Bier enlaza con suma habilidad los dramas de dos familias de clase alta; muestra, con una cámara elegante que no da un paso de más, los colores de las esquinas más tristes del planeta de hoy y se hace ciertas preguntas sobre nuestra vida en sociedad (¿somos capaces de perdonar, ¿podemos superar estos inevitables deseos de venganza, ¿en verdad existe la redención, ¿hasta qué punto somos responsables de la suerte de los otros, ¿debemos concentrarnos en lo nuestro) sin caer en la tentación de aleccionarnos, pero sin hacernos pasar el buen mal rato que nos han hecho pasar las mejores obras de Bier.

Casi todo marcha en la tensa En un mundo mejor. Gracias a las buenas actuaciones, al esquemático guion de Anders Thomas Jensen y al talento de Bier para poner en escena conflictos devastadores entre personas buenas, entendemos los dramas de esas dos familias: la primera, que busca paz, sufre la ausencia de un padre médico que se ha empeñado en salvar vidas en los lugares más tristes de África; la segunda, que quiere reivindicación, no logra sobreponerse a la muerte de la madre. Las dos familias se cruzan porque los dos hijos mayores un día se conocen en los pasillos del colegio: el pacífico Elías, que extraña a su papá, aprende del iracundo Christian, que odia al mundo por quitarle a su mamá, que la ley que ha sobrevivido a las civilizaciones es la ley del Talión. A su vez, Christian aprende de Elías y de la pesadilla en la que acabarán metidos, que suele odiarse en abstracto, pero que amar de la misma manera tiende a ser igual de peligroso.

Susanne Bier ha hecho de su carrera una suma de dramas morales que no caen nunca en moralismos. Sabe muy bien lo que hace: recrea a la perfección los suspensos emocionales a los que nos vemos sometidos. Con En un mundo mejor, en el esfuerzo de probar que tenemos adentro la violencia, ha corrido el riesgo de ser fría. Y, por momentos, lo es. Pues a diferencia de lo que hizo en sus anteriores películas, las estupendas A corazón abierto (2002), Verdades ocultas (2004) y Después de la boda (2006), esta vez nos presenta a una serie de personajes que se meten solos en sus líos. Que no están atrapados, como suelen estarlo sus conmovedores héroes, en un destino sin salida que pone a prueba su humanidad, sino que están jugando con fuego porque sí: porque eso prueba que llevamos adentro la violencia.

Vemos En un mundo mejor, la ganadora del Óscar de 2011 a la mejor película extranjera, comiéndonos las uñas. Pero no es tan fácil sentir sus dramas como propios.