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ESCENAS PARA LOS LOCOS BAJITOS

El III Festival Colombiano de Teatro infantil reúne en Medellín a los grupos internacionales y nacionales más representativos de este género.

14 de agosto de 1995

LOS FESTIVALES de teatro, con su desfile multicolor de máscaras, zancos, artificios medievales y luces futuristas, siguen siendo el termómetro más fiel del estado de salud de una dramaturgia. Por esto, aunque en Colombia se siga hablando de crisis, de la poca afluencia de público a las salas y de las dificultades económicas para los montajes, el hecho de contar con festivales tan consolidados como el Iberoamericano de Bogotá y el Latinoamericano de Manizales dejan siempre una luz de optimismo.
Medellín, una ciudad que cuenta con un interesante movimiento escénico, no se podía quedar atrás. Por eso, desde hace cuatro años realiza el Festival Colombiano de Teatro Infantil, que convoca a los grupos más representativos de este género dramático tanto en el ámbito mundial como nacional. El interés de este evento, según su director Luis Alberto Correa, es congregar obras que le interesen a todo el grupo familiar. "El teatro infantil no se reduce al espectáculo de títeres ni a obras simples con intenciones exclusivamente pedagógicas. Es un género en el que prima lo lúdico y artístico y debe poder cumplir tanto con las expectativas de un niño como con las de un adulto, utilizando toda clase de técnicas escénicas y abordando incluso los temas más protundos de la humanidad".
Siguiendo este criterio, el festival ha invitado este año al grupo Lavi e Bel de España, con A moco tendido, una obra que con la técnica gestual y corporal de dos actores es capaz de recrear a más de 20 personajes en una historia de final feliz. De Israel viene Sonrisas de Pablo Ariel, una pieza condecorada por la Unesco; de Cuba viene el grupo Papelote con Okin, pájaro que no vive en jaula, una de las propuestas de mayor éxito internacional de la isla. Y como atracción especial, de Brasil llega el grupo Malusolengos, que trae La biblioteca mágica, una deliciosa expresión del mamulengo, un espectáculo de títeres ancestral realizadó con figuritas fabricadas por los mejores artesanos de ese país.
Y del ámbito nacional no podían faltar esos grupos nacionales que contra viento y marea han logrado crear una tradición del teatro infantil colombiano, como Hilos Mágicos de Bogotá, El Grillote de Cali, La Burbuja de Pamplona, La Carreta de Barranquilla y Manicomio de Muñecos de Medellín, entre otros. Gracias a estos 25 grupos, a una espectacular feria y a más de 35 funciones del 22 al 29 de julio, Medellín estará de rumba con sus locos bajitos y demostrando que el teatro en Colombia está más vivo que nunca.