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Los asesinos Ray (Colin Farrell) y Ken (Brendan Gleeson) esperan una nueva orden en la medieval ciudad belga

CINE

Escondidos en Brujas

Ver esta tragicomedia digna es lo mejor que puede hacerse con la cartelera de cine de estos días.

19 de septiembre de 2009

Título original: In Bruges.
Año de estreno: 2008.
Guión y dirección: Martin McDonagh.
Actores: Colin Farrell, Brendan Gleeson, Ralph Fiennes, Clémence Poésy, Jordan Prentice

Primero: imáge-nes turísticas de la bellísima Brujas, en Bélgica, bajo la música conmovedora de un piano que se toma su tiempo. Segundo: la voz en off de un asesino a sueldo que confiesa que ha tenido que esconderse en aquel lugar después de cometer un crimen que ha salido de la peor manera posible. Tercero: la llegada a la ciudad medieval de los dos entrañables protagonistas, los verdugos prófugos Ray y Ken, que no saben qué pensar de los días que les esperan. Y así, sin mayores alardes formales, con un sentido del humor que viene de la compasión, empieza Escondidos en Brujas. El drama irá creciendo escena por escena, por supuesto, los dos hombres se enfrentarán a sus graves dilemas igual que personajes cómicos atrapados en una tragedia, pero tanto el humor como la compasión se sostendrán hasta la última escena.

Escondidos en Brujas, el primer largometraje del premiado cineasta británico Martin McDonagh, es una buena comedia negra sobre las segundas oportunidades en la vida. Las referencias a la obra pictórica de El Bosco la convierten en una reflexión sobre el infierno. Las estupendas actuaciones de Colin Farrell, Brendan Gleeson y Ralph Fiennes, sin lugar a dudas tres de los mejores actores de estos últimos años, transforman lo que pudo ser un chiste cínico tipo Guy Ritchie en un relato verosímil que en verdad vale la pena. La música de Carter

Burwell, asiduo colaborador de los hermanos Coen, redondea la operación: ver Escondidos en Brujas es, quizá, lo más digno que puede hacerse con la cartelera de cine de estos días.