“Esta novela es una radiografía del mal”

Mario Mendoza no quiso mostrar con su novela Satanás un caso aislado de violencia o de barbarie. Se propuso narrar la inevitable presencia del mal en todas las calles, en cada esquina, “en el aire que se respira”. Campo Elías Delgado, famoso por los crímenes que cometió en el restaurante Pozzetto de Bogotá a mediados de los años 80, es el eje de esta historia que le valió a Mendoza el Premio Biblioteca Breve que por primera vez recibe un escritor colombiano. La novela estará a la venta a finales de este mes. SEMANA habló con él.

Semana: ¿Es cierto que conoció a Campo Elías Delgado?

Mario Mendoza: Sí, tuve una proximidad. Algún profesor en la universidad lo llevó a la facultad de letras para compartir una bibliografía. Ahí nos conocimos, conversamos en tres o cuatro oportunidades y se creó un vínculo que no alcanzó a ser una amistad pero sí una aproximación. Teníamos un trato cordial y ese fue el origen de esta novela. Yo ya había intentado escribirla en un par de oportunidades. Dejé pasar el tiempo, boté los textos de estos primeros intentos a la basura y esta vez la cosa fluyó y salió bien.

Semana: ¿Por qué tuvo dos intentos frustrados para escribir la novela?

M.M.: Había una falta de madurez por parte mía. Las historias van madurando, creciendo dentro de una persona y yo no estaba listo para asumir una responsabilidad semejante, y la literatura es un oficio que se va aprendiendo poco a poco

Semana: ¿Qué imagen recuerda de Campo Elías?

M.M.: Una persona obviamente marginal, un típico outsider, callado, apartado, excelente lector, un tipo que se refugiaba en los libros para ocultar ciertos problemas personales, pero una persona muy afectuosa cuando alguien le caía bien. Como teníamos un intercambio de bibliografía conmigo tenía un trato amable, cordial.

Semana: ¿Cuál fue su reacción cuando se enteró de los asesinatos?

M.M.: Yo estaba en Bogotá terminando la monografía para graduarme en el departamento de literatura. La sorpresa mía fue grande al verlo en todos los noticieros, en los periódicos. Además porque no sólo fue lo de Pozzetto: primero actuó en la 116, en La Alhambra, después asesinó en la 52 con séptima, en el apartamento donde él vivía, y después entró a Pozzetto caída la tarde. El siquiatra Luis Carlos Restrepo, en un reportaje que dio precisamente a SEMANA, advirtió que la clave de los asesinatos estaba en un libro que llevaba Campo Elías en su saco: Doctor Jeckyll y Mister Hyde. Ese fue el origen del libro.

Semana: ¿Se puede hablar de un boom literario colombiano?

M.M.: Sin duda. El jurado habló en la premiación justamente del boom, dando nombres como los de Santiago Gamboa, Juan Carlos Botero, Jorge Franco, Abad Faciolince. La prensa española celebraba mucho que un colombiano se hubiera ganado el premio. Somos como una generación porque digamos que en edades no hay mucha distancia entre nosotros pero las temáticas sí son distintas. Se puede hablar de una generación pero no de un movimiento.