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EXILIO OBLIGADO

Leonardo Favio, el canta-autor argentino, se recupera en Pereira de la fractura de una pierna. Allí habló para SEMANA de su exilio.

20 de diciembre de 1982

La llamada Zona Rosa de México los ve juntos, Leonardo y Carola, ahora con sus dos hijos, Nicolita y María Salomá. Los niños se asombran con los mimos y payasos que ofrecen el espectáculo callejero. Leonardo y Carola disfrutan de ese asombro y comparten su felicidad. Así desde hace 15 años.
Desde el sillón donde acomodó su pierna, lesionada, todavía hinchada, Leonardo evoca: "Hace 15 años yo estaba -igual que en la canción- en un bar, con un amigo. De pronto vi que entraba una chica a llamar por teléfono. Sacando valor de mi propia timidez me acerqué y le hablé. Ella me respondió. Nos pusimos una cita para vernos más tarde y regresé a la mesa con mi amigo. Estaba satisfecho por lo que había hecho, sin tener completa seguridad que esa chica cumpliría la cita. A pesar de mi espíritu negativo la cita se cumplió. Aquella noche yo estaba invitado a comer con Leopoldo Torre Nilson, el director de mis mejores películas como actor. Fuí con ella. Hablamos mucho en medio de la comida y toda la gente que compartía la mesa. Después le propuse que viniera conmigo a casa. Vino y no se fue más. Así es Carolita...".
Tras 15 años, con dos niños de la unión, Carolita sigue junto a Leonardo. Ahora ha viajado desde México para estar junto al actor, director y canta-autor. En Pereira viven la recuperación de Leonardo, la que obligará al artista a depender de un par de muletas, hasta que el clavo metálico que le colocaron en la cabeza del femur fracturado, resultado de un resbalón en Villavicencio, solidifique plenamente la unión con el hueso.
La pareja reside desde hace seis meses en México, en obligado exilio al que los ha sometido el régimen de Argentina. Cuando regrese al país azteca Leonardo tiene planeado terminar un libro para una película -"El hombre con la pata de pájaros"- con la que hará denuncia a todo lo que ha ocurrido en el país del sur desde la fecha -26 de marzo de 1976- en que los militares se tomaron el poder.
"Son muchos los crímenes -recuenta Leonardo- que ha cometido la dictadura fascista. Desde la desaparición de obreros, estudiantes, dirigentes, hasta la mayor masacre que se ha hecho en el Continente con la absurda y demencial guerra de Las Malvinas. Toda esa sangre que se ha derramado durante más de seis años, en una tarea sistemática y cruel, no puede perderse. Es necesario que exista un proceso como el de Nuremberg. Si hay justicia, yo creo en ella, debe llegar de la mano del odio que los asesinos han generado en un pueblo que de por sí es pacífico y manso. Los crimenes que se han cometido tienen para ellos una sola justificación: defender los intereses de la oligarquía, y eso desde el punto de vista del pueblo, es un doble crímen".

EL PREMIO NOBEL
Sobre la mesa de la sala distintos títulos de Gabriel García Márquez reflejan la inquietud en materia de lecturas de Leonardo Favio en su obligado encierro. Una maleta repleta de cassettes -donde alternan tangos y temas de "Los Cuyos", con música clásica y coros gregorianos- permiten detectar los gustos musicales con los que matiza sus lecturas. Todo el país se ha entusiasmado hasta el delirio con la obtención del Premio Nobel por parte de Gabo. Consultamos la reacción de Favio al respecto:
"Es un golpe de oxígeno que necesitamos los latinoamericanos. Nosotros, a nivel internacional solamente ocupamos el interés de las agencias cuando tenemos golpes de estado, guerras internas o externas, pero solo como una curiosidad casi zoológica. Los grandes intereses manejan no sólo la política o la economía internacional también nos manejan en la distribución de roles, para la gran comedia o el gran drama, en esa representación somos los payasos o la comparsa. A propósito de los premios, a nivel del Nobel, la prensa entregada de mi país ignoró por completo la obtención, el año pasado, del Nobel de La Paz a Pérez Esquivel. Un silencio vergonzoso rodeó ese hecho, aumentando su complicidad a todo lo que ocurre en el país. Para Colombia el premio de García Márquez significa no sólo el reconocimiento a un gran escritor de nuestra lengua, también el orgullo de una democracia que sirve de ejemplo para toda Suramérica".

CRONICA DE UN HOMBRE FELIZ
Su primer largometraje, en calidad de director, se llamó "Crónica de un niño solo" y en sus imágenes reflejaba pasajes de su propia vida de niño solitario y desamparado. A partir de ese filme Leonardo Favio se convirtió en uno de los más serios y talentosos directores argentinos. Una rica filmografía da prueba de su capacidad para narrar historias que conmueven a los públicos. El propio Leonardo explica su acceso al cine:
"Decidí hacer cine por mi incapacidad para utilizar otro lenguaje. No sé escribir, lo hago con todas las faltas de ortografía imaginables. Cuando escribo es Carolita la que me ayuda y corrige. Por eso escogí el cine para expresarme y dejar correr mis ideas. En la pantalla no se advierten las faltas de ortografía que hay en el guión. Una vez el general Perón quiso ofrecerme un cargo público. Se lo rechacé explicándole: "General no puedo ser funcionario público, pues no sirvo para eso, ni siquiera sé escribir. Además le puedo ser más útil haciendo lo mio y estando de todos modos con usted". El general agradeció mi sinceridad y estuvo de acuerdo con mi posición. Siento el cine en la sangre. Hoy no puedo hacerlo por diversas razones, entre otras porque estoy arruinado, no tengo nada. El canto es el único recurso con que dispongo para vivir. El canto fué siempre mi tabla de salvación.Hoy lo es más que nunca. Sin embargo no puedo frenar las ganas de filmar. En estos días de quietud sueño, pienso, deliro. Por los deseos incontenibles que tengo de filmar. Espero hacerlo pronto. A pesar de todas las limitaciones que me rodean, estoy tranquilo. La inactividad para mi es insoportable, pero con Carolita a mi lado y mis hijos en México esperándome, me siento feliz. Tengo mucha suerte, la he tenido siempre.
Tengo suerte, inclusive para las desgracias. Ahora estaré quieto durante seis meses pero afortunadamente podré estar quieto. Si esto me hubiera ocurrido hace un año, sin dudas me hubiera muerto de hambre, yo con mi familia. Ahora lo puedo soportar y seguramente me ayudará a terminar mi proyecto cinematográfico y me servirá para meditar, soñar y madurar".

"SI MI GUITARRA CANTA"
Ya comienzan a aparecer los resultados del obligado reposo. Prepara en el temporal domicilio de Pereira sus próximas canciones. Una de ellas -"Si mi guitarra canta"- pregona su espíritu latinoamericano, denuncia los atropellos sociales y anuncia su deseo de integración. Leonardo habla de sus canciones, así:
"A veces siento una forma de verguenza por haber hecho algunas canciones. Soy consciente de que entre las canciones que tengo hay algunas muy bonitas. A veces "cometo canciones". "Cometía", mejor dicho. Pero eso es por el temor a quedar desguarnecido, ya que yo soy muy confuso, me confundo mucho. Sobre todo en materia política. Hay hechos desconcertantes que me producen vértigo. No sé manejar "diplomáticamente" algunas situaciones. Eso me llena de incertidumbre, sobre todo cuando se busca una definida forma de consecuencia. Ahora estoy decidido a dar un derrotero definido a todo lo que haga. Cine, canciones, actitudes, todo será más claro y definido, de eso estoy completamente seguro. Si los golpes sirven, los que recibí en los últimos tiempos, cuando tuve que abandonar mi país, y este accidente me dejó postrado, me van a servir de mucho".
Leonardo Favio se recupera física y espiritualmente en Pereira. Dispone de todo el tiempo que le brinda su convalescencia. Ordena sus ideas, sus pensamientos, sus sentimientos y sus propósitos. Cuando en unos meses, o en algunos años, se vean en sus obras -cine, canciones- resultado de su trabajo, que no haya dudas: muchas de esas obras habrán nacido en Pereira, Colombia, Sur América.