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Fin de semana de locos

Los fanáticos de los grandes eventos musicales tendrán que hacer maromas para no perderse este fin de semana a los legendarios Alan Parsons, Fatboy Slim y Paul van Dyk.

30 de enero de 2005

BOGOTÁ, VIERNES 4 de febrero. Son las 11 de la noche. Gonzalo avanza muy lentamente por la autopista norte. A pesar de ser tan tarde, el trancón es fenomenal poco antes de llegar al peaje. Miles como él se desplazan hasta el autódromo de Tocancipá, donde se presentará nada menos que Fat Boy Slim, el gran músico y productor, y uno de los mejores DJ de todos los tiempos. Tiene tiempo de sobra para pensar en el agitado fin de semana musical que le espera y que, al menos desde que tiene memoria, nunca antes había vivido la ciudad. Hace cálculos y supone que, por temprano, lo de Fat Boy termina a las 3 de la madrugada pero se puede prolongar hasta las 6 ó 7. Una posibilidad sería desenguayabar en algún restaurante típico de Briceño y ver cómo recarga baterías para estar a las 4 ó 5 de la tarde haciendo cola en el Palacio de los Deportes para conseguir una buena ubicación en el concierto de The Alan Parsons Project que comienza a las 8 de la noche. ¡Alan Parsons en Bogotá, el productor de The Dark Side of the Moon, el autor de I robot, de los Cuentos de Edgar Allan Poe, de todas esas joyas de su infancia! Y cuando se acabe el concierto tendrá que apurarle y retomar otra vez la autopista norte, esta vez hasta el Parque Jaime Duque, porque ni loco piensa perderse el toque de esa leyenda viviente del house, el trance y el techno que se llama Paul van Dyk. Otra megarrumba que se extenderá hasta bien entrado el amanecer del domingo.

ALAN PARSONS PROJECTC

uando usted oye obras maestras de la historia del rock como Abbey road, de los Beatles, y The dark side of the moon, de Pink Floyd, tiene una deuda de gratitud con Alan Parsons, quien en 1969 entró a trabajar en los estudios Abbey Road, de Londres. Apenas tenía 20 años. Alan Parsons valora mucho esa etapa formativa al lado del cuarteto de Liverpool y George Martin, su productor. "Aprendí no sólo que George Martin y los Beatles eran un buen equipo, sino también que, en su caso, el ingeniero desempeñaba un papel influyente en el resultado final", le comentó Parsons a SEMANA.

A los 23 años se consagró como productor e ingeniero de sonido gracias a su trabajo detrás de los controles en el mítico The dark side of the moon, de Pink Floyd. Este álbum, a pesar de haber sido grabado hace más de 30 años, suena como si hubiera sido grabado en la era de la tecnología digital. "Nunca existirá un sustituto para una excelente técnica de audio, no importa el nivel de sofisticación o la gran tecnología que se tenga a disposición. Grandes trabajos se han hecho con tecnología muy primitiva. Los nuevos desarrollos tecnológicos no garantizan una mejor calidad en el sonido", opina Parsons.

Parsons aprovechó su cuarto de hora de gloria para incursionar en la música. Con Eric Woolfson creó en 1975 The Alan Parsons Project, con el que ha grabado una gran cantidad de álbumes, entre ellos el muy exitoso Eye in the sky de 1982. El año pasado, tras cinco años de silencio reapareció con A valid path. Parsons promete en Bogotá dos horas de rock con varios de sus éxitos y una muestra del material de su nuevo álbum.

o Sábado 5 de febrero, 8 de la noche. Palacio de los Deportes, Bogotá.

o Boletas: 80.000 pesos y 110.000 pesos.

FAT BOY SLIM

No es fácil definir a este músico, productor y DJ británico que nació en el balneario de Brighton, en el Canal de la Mancha; que comenzó su carrera como bajista de la banda de culto The Housemartins; que luego se pasó al acid jazz y mientras comenzaba a desarrollar su talento como DJ, desarrolló un par de proyectos como solista, y que en los 90 se metió de lleno en la onda electrónica. Fatboy Slim, cuyo verdadero nombre es Norman Cook, jamás ha olvidado su pasado, y Palookaville, su último álbum (publicado en Colombia por Sony Music), es casi un trabajo de rock convencional. Eso sí, con su toque personal que consiste en combinar estilos y unir el pasado con el presente. Su reciente remezcla de Sympathy for the devil, de los Rolling Stones, es un muy buen ejemplo de ello. Como señala Nano Pombo, uno de los organizadores de este evento, "Fatboy Slim es un 'DJ multitarget' que pasa con gran facilidad del 'house' y el 'techno' al rock clásico". Su capacidad innata para demostrar que en la variedad está el placer le ha permitido convocar audiencias de hasta 360.000 personas en un solo evento, como ocurrió en Sao Paulo.

En Tocancipá se instalará una enorme carpa con capacidad para 10.000 personas, y Fatboy Slim contará con un sistema interactivo de video cerrado que le permitirá comunicarse con el público, en tiempo real, a través de mensajes en las pantallas gigantes.

Los asistentes contarán con un amplio espacio para estacionar. Además, a partir de las 8 de la noche y hasta las 6 de la mañana, cada hora habrá un servicio de bus en ambas direcciones entre la calle 85 con carrera 16 y el autódromo.

PAUL VAN DYK

Amitad de camino entre el underground, la vanguardia y las vertientes más comerciales de la música dance, Paul van Dyk es uno de los grandes íconos del movimiento electrónico y uno de sus grandes impulsadores desde hace 15 años.

Van Dyk nació en 1971 en Eisenhuettenstadt, una pequeña localidad en la antigua República Democrática Alemana, y se crió en Berlín Oriental. En 1990 cruzó el muro, y una vez unificada Alemania, Van Dyk comenzó a hacerse notar en la escena berlinesa al darles un giro muy importante a las fiestas de música dance en Alemania como DJ. A partir de 1993 su producción discográfica se multiplicó y, según Tim Barr, autor de The Rough Guide of Techno, su trabajo más representativo es 45RPM, de 1994. Van Dyk ha combinado su trabajo de DJ con el de productor y remezclador. Ha trabajado con figuras legendarias de la escena electrónica y del pop como Sven Väth, Curve, Inspiral Carpets y New Order. En 1999 los lectores de la revista inglesa DJ lo eligieron como "el mejor creador de música" y recibió el premio Mejor DJ Internacional. Su laboratorio de prácticas fue el club E-Werk, donde celebraba una fiesta mensual con invitados de la talla de Sasha, Darren Emerson, Carl Cox, John Digweed y Nick Warren, y otra vez vive un pico en su carrera pues acaba de ser nominado para los premios Grammy 2005 en la categoría de mejor álbum de música electrónica.