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FRANKIE & JOHNNY

En una historia digna de Garry Marshall, Al Pacino y Michelle Pfeiffer reivindican el amor sencillo.

30 de marzo de 1992

HACE 40 AÑOS O más, las grandes leyendas de Hollywood deleitaban a los espectadores con romances de antología. El público en masa quería ver a sus estrellas -masculinas y femeninas- protagonizando amores imposibles y dramáticos en pantalla.
Garry Marshall, el mismo director de la aclamada película "Pretty Woman" sacó a Julia Roberts del anonimato, reivindica el amor sencillo, ese que era el preferido de los directores antiguos, como tema principal. Y para ello se vale de actores de la talla de Al Pacino y Michelle Pfeiffer, dos cotizadas personalidades del cine norteamericano. El primero es suficientemente conocido por sus papeles en "Scarface" y la serie de "El Padrino". La segunda saltó a la fama por su destacada actuación en "Relaciones peligrosas", al lado de Glenn Close.
El director encontró en la sencillez del argumento su principal punto de apoyo: el flirteo y la conquista amorosa entre un cocinero ex presidiario y una mesera separada. Se trata de una historia de amor extractada de los filmes clásicos, pero matizada con circunstancias contemporáneas.
A pesar de su simpleza, la película tiene la virtud de rescatar un tema que había tomado los caminos más intrincados, llenos de conflictos pasionales a veces infundados y reforzados. Marshall se olvida de los complicados nudos amorosos y presenta una visión fresca del amor, sin pretensiones sicológicas o sexuales obsesivas. -